miércoles, 25 de abril de 2018

Al Servicio Divino


Hay almas que se encuentran entre nosotros que han venido a hacer algo más allá de lo convencional o lo establecido.
Permitidme que os presente uno de estos casos. A nuestra alma la llamaremos Alba.
Alba nació siendo un alma procedente de las estrellas. Ella acordó nacer y rodearse de un entorno muy racional y terrenal, donde la imagen y todas las posesiones materiales predominaban como creencias para etiquetar a alguien conforme ha tenido éxito en su vida, independientemente de su estado interior. Todo se confabuló para que su presencia en este planeta pudiera realizarse según se acordó desde el Hogar.
Veía como los jóvenes y adultos de su entorno aceptaban lo injusto para obtener algo en su vida, aunque ésta no fuera de bienestar. ¿Os suena esta situación?
Fue creciendo e iba viendo como los comentarios y actitudes ante la vida se basaban en las posesiones materiales y económicas para llegar a ser alguien.
Alba vivió momentos muy duros en su proceso, aceptándolos y aprendiendo de cada uno de ellos.
Llegó a su madurez, a este estado adulto conforme uno no se siente como tal pero que la sociedad te etiqueta acompañándolo con unos tópicos referentes a la edad. Alba se sentía muy lejana a todo lo que oía y se le comentaba al respecto. Ella no se identificaba en nada con lo que se expresaba en su entorno.
Llegó a un punto de su camino que tuvo que ir a su interior para esclarecer una serie de aspectos relacionados con su existencia. Se tomó su tiempo, pero todo se aceleró a la vez. Su predisposición le permitió abrir puertas interiores que hasta ahora no había podido, e incluso ni las había visto. En aquellos momentos se encontraba preparada para saber de sí misma más a fondo y obtener una luz y claridad en su vida conforme no había obtenido hasta entonces.
Después de cada retiro,que algunos de ellos fueron de meses, se manifestaba con grandes cambios en su interior, mostrándose alguien diferente a pocas semanas atrás. Esta nueva imagen duraría hasta la próxima vez que volviera, voluntariamente, a adentrarse en sí y volver a abrir puertas que le permitirían obtener una nueva sabiduría, que no tenía nada que ver con lo que estaba viviendo en este plano terrenal.
Alba se sentía como una intrusa, voluntaria, donde lo que le rodeaba no coincidía con lo que ella sentía y percibía. Sabía que no era de este mundo, y que su presencia en él, era motivo de un sentido, una misión que decidió cumplir desde su nacimiento actual.
Gran parte de su entorno trabajaba y trabajaba para obtener unos ingresos mensuales o temporales y poder subsistir. Nuestra alma, sentía que no debía de aceptar este juego terrenal para salir adelante, porque se daba cuenta que solo era una limitación para controlar a todo ser que se incluía en aquella sociedad.
Un día, y con el tiempo fueron muchos más, decidió librarse a su Divinidad porque sentía que lo que había venido a hacer tenía relación con ella. Sentía con todas sus fuerzas y amor, que debía de librarse a las manos de su Divinidad. Así lo hizo, dejando de controlar su vida y de organizar para obtener. Se deshizo de toda iniciativa para conseguir algo de ingresos porqué sí.
Alba se liberó de todo miedo que pudiera albergar en su interior. Empezó a vivir exclusivamente en el presente, teniendo una Fe absoluta conforme todo lo que necesitase se le daría sin ella hacer ningún esfuerzo.
Nuestra alma se deshizo de toda intención prevista para valerse por sí misma y ser ella quien mostrase la iniciativa en su vida. Se entregó del todo.
Sobre estas decisiones y actitudes no las exteriorizó con las personas que le rodeaban, porque no estaban preparadas para entender su nueva visión ante la vida y su actitud de plena confianza y entrega.
Vivía cada día como si fuera el único, aceptándolo y haciendo solamente, aquello que su corazón le dictaba. Mientras, en su proceso, nada le faltaba.
Llegó el día donde se dio cuenta que Dios empezaba a manifestarse a través de ella. Nuestra alma quería que no solo fuese un día o de cuando en cuando, sino continuamente, donde su presencia fuese la de su Divinidad.
Los días fueron pasando y se daba cuenta que la vida le llevaba a situaciones no previstas donde su presencia ayudaba a alguien. Su corazón era su guía. Veía la belleza y el sentido amoroso en todo lo que sus sentidos podían llegar a percibir.
Era un alma de otro mundo, encarnada para un fin superior. Sanó y liberó a su karma, siendo un ser totalmente libre al servicio de la Divinidad Superior.
Se levantaba y sentía el amor en ella. Desayunaba o comía algo y en su interior sentía la plenitud y una gran gratitud por encontrarse en esta vida en el lugar que se encontraba. El universo le había hecho cambiar muchas veces de domicilio para su proceso evolutivo y llevar su misión a término.
Ya no organizaba nada si no lo sentía. Toda su vida era una sincronización constante para que su presencia y sus pasos le llevaran allí donde tendría un sentido de ser.
Podía estar paseando y recibir una llamada para una sesión individual.
Podía estar en casa y sentir que debía de ir a comprar algo, y cuando se encontraba en la calle, acercársele alguien y explicarle la situación que vivía. Alba escuchaba y sentía compasión por aquel ser. En el fondo, sentía compasión por todos los seres encarnados.
Podía ir a un encuentro previsto, y recibir un legado económico en efectivo sin que ella lo supiera. Los que asistían a sus sesiones individuales, a veces, también le hacían regalos con un extra de la aportación de las sesiones.
Nuestra alma entregada recibía de diferentes maneras todo aquello que necesitaba y se encontraba en el lugar adecuado para armonizar las energías del lugar o dar un consuelo o una esperanza a alguien que lo pudiera necesitar. Siempre tenía una sonrisa en su cara.
En las tiendas que iba a comprar, a menudo recibía detalles a su favor de parte de los dependientes. Ella nada pedía y siempre se relacionaba con el respeto y amor que alguien encarnado merecía. Era un alma entregada a su Divinidad, y ésta, nunca la dejaba de lado o se olvidaba de ella.
Cuando alguien entrega su vida, su alma y todo su ser al Dios que es, la vida se convierte en una aliada, creando y atrayendo todo lo que uno necesita.
Alba dejó de pedir, sencillamente si algo necesitaba lo obtenía.
Con el tiempo se convirtió en una Luz para nuestro mundo. Conectó con la Sabiduría Universal y con el Hogar del cual todos procedemos. Se sentía mejor con ellos que con los terrenales. Nunca estuvo sola y, cada vez más, podía llegar a sentirlos y verlos, recibiendo todo tipo de información al respecto, activándose su potencial espiritual más allá de lo habitual. Sus comunicaciones eran directas y claras.
Hoy, este ser real, es un ser lleno de Luz y Amor.
Alba sabe quién es y qué ha venido a hacer en este mundo.
Sigue los pasos de su corazón y no aparenta su manera de ser con los tópicos convencionales existentes sobre la edad y la actitud.
Aquellos abiertos de corazón saben de esta alma, siendo un pilar importante para nuestro mundo.
Muchos se encuentran muy bien a su lado. Sienten la paz y la tranquilidad del universo junto a ella.

Nos encontramos en tiempos de grandes cambios, y el universo nos ha enviado seres como esta alma para que podamos tener un espejo donde reflejarnos y darnos cuenta de quiénes somos y poder seguir la dirección adecuada en nuestro camino para llegar a nosotros mismos. Su palabra es un bálsamo y su presencia una fuente donde beber nuestra alma y sentir aquel quien en verdad somos: Amor.

Gracias ALBA.

miércoles, 18 de abril de 2018

Un espejo para nuestros tiempos



Vivimos tiempos movidos y dando pasos a una aparente sacudida mundial.
En nuestro interior podemos sentir unas inquietudes y estados anímicos removidos, extrañándonos a veces, por sentir lo que sentimos. Todo y así, no es del todo profundo, porque sentimos, también, como si fuera en el fondo, algo pasajero y esto es un indicio que algo está cambiando en nuestro interior. Nuestras energías se están renovando, liberando la densidad de nuestro ser y dando paso a unas nuevas energías con un grado mayor de vibración.
Cada vez que hay cambios en este sentido, nuestro cuerpo y nuestra parte sensitiva percibe los estados de nuestro interior conforme no acabamos de sentirnos bien, pero todo es debido a, podríamos decir, una limpieza energética para dar paso a un nuevo estado y así elevarnos y subir unos peldaños más en nuestro proceso evolutivo.
Nada es lo que parece. Aquellos momentos que nos hacen sentir no del todo bien, solo son toques de nuestro proceso para ir más allá de nuestro momento de Ascensión hasta una nueva cima que nos permitirá ver la vida, sentirla y vivirla con una nueva actitud y visión, hecho que nos abrirá las puertas de un mayor bienestar y oportunidad de entender nuestra existencia actual.
Vivimos tiempos donde lo pasado se está alejando de lo que fue y se apegó en el tiempo para subsistir en estos nuevos tiempos sagrados y del brotar de las nuevas semillas celestiales en cada una de las almas encarnadas en este planeta de una sola luna.
A veces uno puede llegar a necesitar una guía, un poco de luz para ver más claro su estado actual o hacia dónde dirigirse y poder llevar a término con toda su plenitud aquello que ha venido a hacer.
Yo os digo: no estáis solos. Nunca lo habéis estado. El universo vela por nosotros y nunca nos ha dejado de la mano.
Actualmente tenemos luces por todos los continentes para tomarlas como referencia y podernos ver, como si fueran espejos, y darnos cuenta de nuestra situación actual y la dirección a seguir a partir de aquel momento que abramos nuestro corazón y seamos conscientes de lo que representan estos seres/espejo para la humanidad que se encuentran, en estos momentos, viviendo experiencias de cambio y transformación.
El Hogar nos está enviando seres puros y amorosos para calmar nuestros miedos y permitirnos hacer una serie de cambios en nuestras vidas para llegar a aquel quienes somos en verdad: a nosotros mismos.
Estos seres luminosos y puros no son de gran altura ni profesan ambiciones ni se plantean proyectos ni expectativas. No son titulados en ningún máster universitario ni poseen títulos de ámbito intelectual. Nada de eso poseen. Sencillamente son y se muestran tal como son. Estos espejos para la humanidad son los Niños. Se encuentran en todo barrio, población, capital, país, continente, haciendo su presencia en todos los rincones de este mundo. Ellos son los espejos donde podemos vernos reflejados y darnos cuenta de nuestra luz u oscuridad, nuestra dirección adecuada a seguir y dar, por voluntad propia, los giros que se necesiten para enderezar nuestra existencia y dirigirnos hacia nuestra plena manifestación y realización en esta vida, cumpliendo así, el sentido por el cual encarnamos.
Los niños son manantial del maná para alimentarnos y saciarnos según nuestra alma y avanzar basándonos en nuestra verdadera esencia: el Amor.
Los niños, tal como son actualmente, tienen una razón de ser. Para aquellos que abran su corazón y puedan ver el fondo de sus formas, podrán darse cuenta que más allá de lo que nuestros ojos ven, nuestro interior nos hace sentir cuando nos encontramos ante un ser como los niños.
Ellos, como nosotros, están aquí con una finalidad superior. La diferencia entre ellos y nosotros, es que traen consigo una energía, una consciencia despierta diferente al grado de activación que podríamos traer los adultos. La mayoría de los niños son más adultos, espiritualmente hablando, que sus padres o los adultos que les rodean.
Tomaros vuestro tiempo y contemplad a los niños. Observarlos sin crítica ni juicio, sencillamente observándolos y viendo lo que hacen y cómo se lo pasan de bien haciendo lo que hacen. En ellos nos podemos ver reflejados para darnos cuenta, quizás, que a nosotros también nos falta divertirnos un poco y dejar de hacer servir la mente constantemente para hacer que nuestro pasado, problemas, tensiones y preocupaciones de antaño, aparezcan en nuestro presente en todo momento.
Los niños viven y actúan desde el corazón. Son todo Corazón. Su amor hace que deseen solo lo mejor para ellos. Miran de disfrutar y deleitarse de la vida a cada paso que dan. Son los grandes maestros para la nueva humanidad.
Su pureza y  su inocencia, entendiéndola como falta de maldad, hacen de estos seres, una fuente de agua pura y cristalina, donde todo aquel que la beba, saciará su sed de desear preocupaciones, malestar, dolor y miedos en su vida.
Han pasado siglos y siglos y todavía gran parte de los adultos no son conscientes de lo que representan para nuestro mundo, para nosotros mismos.
Hay quien reza y pide una ayuda para nuestro mundo, en cambio, continúan viendo a los niños como seres pequeños que no saben nada y deben aprender todavía mucho de la vida. Lo que no saben, aquellos que así piensan, es que estos seres contienen las semillas para una nueva vida sin contraindicaciones, intereses personales ni miedos. Ellos son el ejemplo del acercamiento de los unos a los otros, del divertirse y de dar sentido a nuestras vidas. Observadlos desde el corazón y veréis la madurez y sabiduría que contienen en su interior. Es en la manera de actuar y expresarse donde os daréis cuenta de cuál es el camino a seguir en la vida actual.  
Es cierto que ellos no saben todavía, de pequeños, adaptarse y vivir en este mundo terrenal. Vienen del Hogar, del cual todos procedemos y allí podían expresarse de una manera libre y majestuosa. Aquí, en este plano Tierra, deben de aprender a integrarse en este tipo de vida y ver la manera de acercarse a todos aquellos que acordaron encontrarse en esta existencia encarnada, antes de su nacimiento.
Todo está conjuntado y sincronizado. Todo está bien. No hay nada al azar y ellos lo saben.
Se debería escuchar más a los niños. No hablan por hablar, sencillamente juegan y actúan. No discuten por discutir, sencillamente se adaptan y fluyen. Su actitud es un reflejo para el adulto en esta vida que vivimos.
A veces, cuando se expresan parecen que transmitan una sabiduría que no se entiende de donde la han obtenido. Parecen sabios hablando, y a lo mejor sólo tienen, en esta encarnación, tres años. Ellos tienen claro cuál es el camino a seguir, y en cambio, no siempre los adultos tienen esta certeza.
Hay quien se encuentra con un bebé o un niño, y toda su parte más amorosa surge de su interior. Los niños hacen florecer aquellos aspectos innatos del ser. Hacen que la parte más amorosa de cada uno sean irradiadas allí donde están. Esta es una de las características de los niños actuales.
Escuchémosles y abramos nuestro corazón. Aceptémosles tal cual son, porque sus diferencias en relación a nosotros, seguramente serán las llaves para poder llegar a sentir dentro de nuestro interior, al verdadero ser que somos.
No es cuestión de la altura física, de tener un cuerpo fibrado, musculoso, porque lo importante en la vida no es la forma, sino el fondo, y los niños saben del fondo y el cómo aplicarlo en su día a día. Si su entorno los entiende y los respecta y trata de tú a tú, entonces, estaremos colaborando en hacer un mundo nuevo donde el amor y el corazón predominarán, haciendo que lo que fueron las guerras, las tensiones y los intereses personales, políticos y económicos, desaparezcan de la faz de la Tierra, porque nos iremos uniendo cada vez más y creando un nuevo mundo donde la armonía y la Paz predominarán en este planeta donde nos encontramos experimentando una Voluntad Superior para elevar, no solo la vibración de nuestro planeta y la humanidad, sino para elevar todavía más, a todo, no a nuestro universo, sino a todo el firmamento.
Los niños son parte de la llave existencial que ensalza y eleva a las almas.
  Aceptémoslos en nuestro corazón.  

Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros.

miércoles, 11 de abril de 2018

Maestro




Las palabras pueden llegar a confundir, sobre todo, si éstas son interpretadas por la visión terrenal, racional de aquellos que se encuentran, incluso, ya adentrados en el mundo que se conoce como “espiritual”.
Alguna de estas palabras son creencias que ponen una distancia entre quien es etiquetado y aquel quien lo etiqueta.
Venimos de una energía donde solo unos cuantos podían estar en contacto con seres de otras dimensiones, podían ayudar a los demás de una manera no convencional, así como hacer curaciones o ayudar a restablecer la paz dentro de uno, haciendo que pueda sentir la felicidad en su interior.
Estos seres que tenían todo este supuesto potencial en ellos, hacía que los de su entorno lo vieran como alguien especial que podía hacer cosas que los demás no eran capaces, aparentemente.
Hoy quiero mostraros lo que uno de estos seres quiso aclarar ante toda una serie de personas relacionadas con los medios audiovisuales, mediáticos en general, así como periodistas y algún que otro presentador de TV para matizar y esclarecer lo que representa, a menudo, el hecho de considerar a alguien como un ser que puede llegar a realizar actos “no normales” o tener una sabiduría más allá de nuestra existencia terrenal.
JC hacía años que dedicaba su vida a ayudar a los demás. Su experiencia le llevó a darse cuenta de cual era la dirección que debía de seguir en su vida. Sintió la voz de su corazón y empezó a adentrarse allí donde se susurró.
Actualmente, su vida no es como la de la mayoría de los seres que le rodean. Se dedica a ayudar a las almas para poderse manifestar de una manera libre y total en este plano existencial donde nos encontramos.
Hacía años que su vida estaba entregada a transmitir a través de sus encuentros, escritos y sesiones individualizadas todo lo que su verdadero Hogar le transmitió, así como su experiencia personal abrazada por su trabajo individual para poder encontrarse y llegar a manifestarse aquel quien en verdad era.
Llegó el día que sintió que debía de dar este paso para no distanciar más a los humanos por el hecho de haberse creado una imagen y concepto de algunos de ellos dedicados al planeta y a la humanidad. Había concertado una especie de encuentro para hablar a todos aquellos que sintieran en su corazón el hecho que todos somos iguales y estamos unidos por un fin superior dando sentido a nuestra existencia en esta vida actual.
Llegó la hora y la sala prevista a realizar este acto se encontraba llena, con algunas caras conocidas popularmente dentro del mundo espiritual.
JC entró en ella y se dirigió hacia el centro, ante todos, para poder ser visto por todos los asistentes, se encontrasen donde se encontrasen dentro de aquella sala.
Todos lo miraron esperando oír sus palabras al respecto.
Finalmente, después de saludar a todos los presentes, empezó a expresar lo que su interior le susurraba:

“Gracias por estar hoy aquí y dedicar parte de su tiempo a escuchar las palabras que van a ser pronunciadas por mi persona, que, aunque sea mi voz quien les llegue, agradecería que fuera su corazón quien las escuchara y las tuviera en cuenta.
Quiero comentarles el hecho de que en nuestro mundo, sin darse cuenta, está distanciando a los seres clasificando, creando diferentes estatus, con lo que esto conlleva de cara el proceso de evolución de nuestro mundo.
Llevo años entregando mi vida a un fin mayor, más allá de lo terrenal. Mi vida ha ido haciendo, con el tiempo, cambios y reajustes para irme adaptando, cada vez más, a los tiempos que íbamos viviendo. Por eso, hoy, ustedes y yo estamos aquí, para dar juntos un nuevo paso y expandir la Unicidad y el entendimiento de lo que cada uno representa en estos momentos que vivimos.
Quiero decirles que no hay nadie superior a otro. Muchos de ustedes pueden decirme que esto ya lo saben, pero una cosa es saberlo y otra sentirlo. Cuando se siente, es entonces cuando se vive integrándolo en su vida cotidiana. Mientras, solo se queda como un concepto más racional, y es la racionalidad la que nos ha llevado a distanciarnos los unos de los otros.
Hoy quiero transmitirles algo que me atañe directamente, y que en momentos de mi vida, fui etiquetado como aquel quien no era. Muchas personas que pregonan y presentan actividades relacionadas con el autoconocimiento y la consciencia, todavía tienen tendencia a etiquetar a aquellos que, en algún momento pueden hacerle una entrevista o quedar para comunicar algún aspecto existencial o sobre el proceso evolutivo del ser humano.
Miren, en mi vida he recibido tantas etiquetas, que tengo que decirles que todas ellas no se correspondían a aquel quien yo era y lo que hacía. Cada uno tiene una visión personal y parcial de lo que ve o cree.
Entre otras etiquetaciones me llamaron: psicoterapeuta, vidente, sanador, maestro espiritual, terapeuta holístico, maestro de Reiki, en fin,....toda una serie de nombres que no concordaban, exactamente, con lo que yo hacía.
Agradezco que estén hoy aquí porque quiero decirles a todos ustedes que, por favor, no etiqueten. El hecho de hacerlo parece que entonces ya tienen más clasificado a alguien sobre lo que hace. ¿Seguro? Hay seres que están de servicio a la Divinidad Superior. Estos seres no se incluyen en ninguna de estas categorías porque su misión en esta vida va más allá de lo que uno puede llegar a pensar. Alguien puede dirigirse a mi persona para que le dé una mano en su camino. Así lo haré. Entonces esta persona pregunta para tener una idea de quien soy yo: ¿y tú qué haces? Mi respuesta será, ayudarle en aquello que necesite para estar en paz consigo misma, dependiendo solo de usted y no de elementos externos como medicamentos, dieta, piedras o amuletos.
La persona insiste: ¿sí, pero usted què hace para ayudar a los que le vienen en busca de ayuda?
Depende de la persona. Cada persona es diferente. Pero, ¿cómo puede saber el qué hacer con quien tenga ante usted?
Mi respuesta será: Transmitirle Amor y mi Energía. Me pongo en contacto con su energía y percibo la dirección adequada a tomar. Al final, quien ha entrado en mi sala, sale alguien diferente, equilibrado y sabiendo qué hacer en su vida a partir de aquel momento.
-         ¿Cómo lo denominarían ustedes a esta función? – preguntó sin esperar respuesta de los asistentes.
La respuesta sería: ser, senzillamente, UNO MISMO. Nuestra esencia es la que produce los milagros y sanaciones, pero no como si fuera algo extraordinario, sino como un hecho normal y natural cuando alguien es uno mismo.
No quieran ver lo que no es, porque en el fondo, todos somos iguales con el mismo potencial espiritual. Cada uno de ustedes es divinidad. Cada uno de ustedes es un maestro para alguien o todos los de su entorno, como puede ser la família, la pareja o hijos, o con la gente que normalmente se rodea y comparte su vida.
Cuando hablan de “Maestro” – refiriéndose a alguien -, están creando diferencias entre los humanos, porque todos ustedes son maestros. ¡Sí, maestros! ¿Cómo puede ser entonces que no todos muestren su maestría? Aquí es donde interviene el proceso de autoconocimiento y lo que se conoce como despertar espiritual o una consciencia elevada.
Todos los que nos encontramos en esta sala tenemos la misma esencia. Estamos hechos de la misma esencia, pero no todos son conscientes de ella. No todos estamos en el mismo nivel que otros de nuestro entorno. Aquí es donde radica el por qué unos sí y otros tan poco. El grado de consciencia que tenemos nos hace acercarnos más los unos a los otros, o crear distanciamiento entre los humanos, creando seres especiales o superiores y los de la base, el resto.
No hay diferencias entre ustedes y yo. Cada uno viene a ser una Fuente de Luz y Amor para alguien de su entorno o su hábitat en general. Ustedes pueden manifestar aquel quien son, como estos seres que etiquetan como maestros. Por favor, dejen de etiquetarnos y sientan sus corazones, y van a darse cuenta que entre ustedes y yo, entre ustedes y cualquier ser no hay diferencias espirituales. Senzillamente, unos son conscientes y otros no. Es como si un grupo de personas están sentadas en un coche y con las manos al volante. Todos tienen el mismo coche, pero no todos saben utilizarlo y aplicar todas sus características. Algunos sabrán de las básicas, otros alguna más, y pocos, quizás, la mayor parte de ellas; pero todos, tienen el mismo potencial para hacer que su vehículo pueda llegar allí donde cada uno quiera.
Cuando se habla de “Maestro”, parece como si nos encontrásemos ante un ser especial, superior a los demás. Nada de eso es. Por eso, hoy he querido estar con todos ustedes para decirles que, por favor, no me llamen más “maestro”. No soy más que usted, que usted o usted – señalando a diferentes asistentes de la sala.
Yo Soy quien soy y aquel que escuche a su corazón, sabrá que nada parcial indica mi misión a realizar en esta vida.
Traten a aquellos que hasta ahora se les ha considerado como “Maestros”, como alguien como ustedes, que habiendo despertado su consciencia y llegándose a conocer, consiguió abrir su corazón y sentir su esencia divina, entregando su vida a la Divinidad que cada uno es.
Todos somos maestros y discípulos a la vez, porque incluso los conocidos maestros o mesías de la humanidad a lo largo de los siglos, ellos estaban aquí, principalmente por ellos, por su proceso evolutivo, y habiendo despertado su consciencia, sintieron que habían de entregar su vida a traer el Cielo aquí en la Tierra.
No hay personas especiales, porque todos somos especiales.  
Nadie es más que otro, senzillamente es más consciente. Esta es la gran diferencia.
No alabéis a nadie y adoréis a ningún ser humano, porque ellos son como ustedes. ¿Porqué no empiezan a amarse a ustedes mismos y a dejar de vivir desde la mente racional para iniciar un nuevo camino escuchando la voz de su corazón? Entonces, su visión de vida cambiará y se darán cuenta que no hay nadie más que otro, porque todos somos esenciales para los de nuestro alrededor. Todos somos Amor, y por lo tanto, este Amor nos hace a todos iguales, porque todos, a la vez procedemos del mismo Hogar Celestial. ¿Qué no lo recuerdan?
(Silencio alargado)
No me etiqueten como “Maestro”, porque yo también estoy siguiendo mi proceso evolutivo. Yo también tengo que aprender nuevos aspectos de mi camino. He aprendido mucho, pero a medida que voy adentrándome en aquel quien yo soy, más me doy cuenta que, en mí, todavía hay un camino a seguir que elevará todavía más mi alma.
No soy el maestro de nadie. Mi proceso continúa y, es cierto que cada vez me siento mejor conmigo mismo. Cada vez siento más mi esencia y aquel quien en verdad soy.
Cada uno de ustedes tiene el mismo potencial y capacidades que yo. Solo es cuestión de querer llegar a él. El no querer te aleja de lo que se denomina maestría. La predisposición adecuada le abre las puertas para adentrarse en su interior y llegar a conectar y conocer el Dios que cada uno de ustedes es.
Mi nombre es JC, un ser consciente y abierto de corazón, al servicio de la Divinidad, ayudando a recordar aquellos quienes son y poder llegar a sentir su verdadera esencia innata, sintiendo su corazón y los susurros que éste les puede llegar a decir.
Esto no es ser un “Maestro”, es ser UNO MISMO, escuchando a su corazón.
Agradecería que no me dijesen “Maestro”, sinó por mi nombre. Este pequeño acto ayudará a que usted, quien sea, y yo, nos podamos acercar desde el corazón, y no desde la mente al poder llegar a pensar que yo soy más que usted. Por favor, Yo Soy usted y usted es Yo. Abrámonos de corazón, y el fin de nuestro encuentro será una realidad.
A todos ustedes, gracias.”

jueves, 5 de abril de 2018

Yo estoy en ti, hijo

Todos somos parte del Universo, por lo tanto, todos albergamos en nuestro interior la semilla de la Divinidad brotando con nuestro consentimiento. Para todos vosotros, un abrazo.