miércoles, 13 de diciembre de 2017

Momentos de un alma consciente



Cuando un alma recuerda su esencia y su procedencia,….
Cuando un alma encarnada se le ha concedido la consciencia de su presencia aquí en este plano Tierra, va dándose cuenta cómo los seres que le rodean parecen estar alejados de toda realidad existencial, predominando sus apegos mentales y la lejanía con la realidad. Defienden con todas sus fuerzas su pasado adquirido, rechazando toda opción, al nivel que sea, relacionado con otras maneras de percibir y vivir la vida. Ya no digo sentir, porque sus corazones todavía no son percibidos por los seres a los que pertenecen.
Cuando un ser despierto y consciente del sentido por el cual está encarnado, su misión en esta vida actual y en este plano dimensional, se encuentra en un ambiente donde lo que predomina es la forma y el imperativo de querer que los demás se sometan y acepten lo que ellos creen, entonces, el proceso de esta alma pura puede convertirse en un avance donde, a menudo, puede parecerle que se encuentra fuera de lugar, no comprendido ni aceptado por quien es, sino según los patrones establecidos por los que le rodean o sus tutores si todavía es un niño o niña que hace meses o pocos años que aparecieron en este mundo de baja vibración en relación al Hogar que acaban de dejar hace poco.
El único camino para estas puras energías es la aceptación, y a menudo, el omitir sus palabras debido que no serán aceptadas o entendidas.
En estos tiempos actuales, hay quien es consciente de su estancia en este plano terrenal y su misión a realizar a lo largo de todo su proceso encarnado. Son almas irradiando su pureza, su amor y su sabiduría para aquellos que quieran escucharla desde sus corazones.
Estos seres iluminados, debido a su pleno recuerdo del sentido de su presencia en este planeta, se convierten en grandes observadores de su entorno y encontrando a las almas decididas a ser ellas. Sus energías les delatarán y su alma pura y llena de luz irradiando a cada paso dado, percibirán estos seres, que también en el silencio, han decidido guardar para ellos la sabiduría adquirida de su aprendizaje a lo largo de los años vividos hasta el presente.
Cuando nuestro ser consciente se da cuenta que existen otros seres dispuestos a ser ellos mismos, entonces, es cuando se acerca a ellos y llegan a sintonizar transmitiendo su amor y sabiduría, haciendo que sus vidas cambien y se estabilicen.
Mientras, nuestra alma encarnada ha tenido que tomar la decisión de ir a su interior para recordar continuamente el lugar de donde procede y el sentido de su presencia en esta vida. Es aquí, en su interior, donde puede ver de una manera clara y nítida los pasos a dar mientras se encuentre en esta dimensión evolutiva hacia la quinta. Muchos todavía se hallan en la tercera dimensión  por no querer dejar su pasado y hacer que lo que fue, sea actualmente cuando las energías ya no son las mismas. Sus raciocinios no le permiten ver o darse cuenta de algo diferente a lo que ellos piensan. Sus miedos y sus egos les dominan.
Nuestro ser consciente, por momentos, pide clemencia al Hogar de donde procede para que pueda ser llevado a otras tierras más afines a lo que siente en su interior. Aquí donde se encuentra no hay una salida para él, pero si la sanación y la Luz de todos aquellos que le rodean. Nuestro amado ser pide ser llevado más allá de donde ahora está. Pide con todas sus fuerzas que pueda realizarse y transmitir como él lo siente, de una manera libre y plena, aquello que se le ha instruido desde las altas esferas de la Luz.  
Uno se siente solo, pero acompañado por sus hermanos celestiales.
Uno se encierra en su interior para poder conectar con su Hogar y tener las comunicaciones para esclarecer su situación actual, que aunque sabiéndola, no se siente identificado con el lugar donde está. A veces suele suceder que llegue el momento que ya en cierto grado notable de consciencia no te sientas identificado con allí donde vives y desees volver al Hogar y estar en un lugar según sientes interiormente.
Nuestro ser de Luz sabe del por qué está donde está. Sabe del por qué ha atraído en su vida todo lo que está viviendo. Sabe todo lo aprendido a lo largo de su proceso, con todas sus vivencias, gran parte de ellas no queridas. Sabiéndolo y sintiendo el amor en su interior, la armonía y la paz absoluta dentro de sí, hay momentos que predomina más el de dónde viene, queriendo volver allí, que el sentido por el cual está donde está.
Este ser sabe de lo que será su vida. Sabe de su realización y los resultados a obtener. Su sabiduría le permite llegar a conocer sus pasos y los resultados que se obtendrán a través de ellos, todo y así, aunque vibra con una gran alegría, emoción por lo que vivirá y totalmente agradecido por lo que se le está concediendo, a veces, se siente muy lejos de aquí, de este planeta, dándose cuenta que no encaja donde decidió venir y que no pertenece a este mundo. Su consciencia, a veces, le hace sentir y vivir instantes como éstos. Todo y así, nuestra alma despierta y consciente quiere continuar estando encarnado por la misión que tiene para realizar y que ya está realizando, cada vez más, con una mayor manifestación de su resplandor y majestuosidad.
Hay seres de luz encarnados que, debido a como está actuando su mundo actual, recuerdan su Hogar para recordar su esencia y su misión en esta vida.
Puede parecer como una contradicción el hecho de servir a la Divinidad Superior y tener añoranza de su verdadero Hogar. Estando en él, encarnado, les consuela y les da coraje para continuar sus procesos según ellos acordaron y encontrarse dentro de la materia para traer el verdadero Hogar aquí a la Tierra.
Son seres de Luz y de un gran Amor.
Son fuentes silenciosas y comprensivas actuando desde la humildad, la fortaleza y la firmeza de sus presencias.
Llegará un día, donde cada vez serán más las almas que recordarán sus esencias y sus procedencias. Cuando haya un número concreto, entonces, el mundo en que viven dará un salto cuántico en la vibración de su energía y todo el pasado desaparecerá estableciendo la Nueva Tierra donde todos los seres que en ella habitarán se relacionarán de una manera armoniosa y amorosa, complementándose entre sí y estableciendo relaciones conscientes a través de las energías. El humano dejará de ser humano, y aparecerá una nueva raza, única, donde todos seremos Uno y no habrá diferencias materiales, porque estaremos unidos por nuestro corazón.
La vida que se establecerá en su momento en este planeta será desde el corazón, y no por sus cargos, sus posesiones materiales, porque llegará el día que todo lo material pasará a un segundo término y lo que predominará y ensalzará será el potencial divino de cada uno manifestándose de una manera natural y libre.
Mientras, hay seres celestiales que han encarnado para poner luz en este mundo y mostrar la dirección a seguir por cada alma para llegar a uno mismo y poder sentir el Hogar de donde todos procedemos.
Estos seres de luz aceptan su propósito terrenal y, cada uno a su manera, transmiten la finalidad por la cual encarnó. Ellos han llevado a término el proceso de años para poder llegar a un despertar de las consciencias para que luego, individualmente, puedan continuar por sí solos, cada uno, su camino de Ascensión.
Han sido seres que han tenido que vivir una vida no siempre agradable, pero teniendo a su favor, todo el acompañamiento celestial y amoroso del Universo, del Hogar del cual pertenecemos.
Se han sentido solos e incomprendidos a menudo, y han tenido que silenciar sus palabras para esperar el día que éstas pudieran llegar a ser comprendidas.
El día ha llegado, y toda la sabiduría interior de estas fuentes de vida, deben de ser transmitidas, y sus presencias, el maná esperado durante tanto tiempo.
Ha llegado la hora de una nueva vida conforme uno mismo puede sentirse realizado con toda su majestuosidad. Así lo sentirán en sus corazones. Ha llegado la hora de nuestra plena realización, de una nueva vida donde empezar a avanzar desde nuestro interior, sin los lastres de nuestro pasado. En  estos momentos ya es un hecho.
La puerta está abierta para ti. A lo largo de tu camino irás encontrándote con otros seres que sienten lo mismo que tú, y juntos, ensalzaréis vuestra alma y la de todos aquellos que con vosotros estén.
Gracias por ser y estar.  

Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.

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