jueves, 25 de mayo de 2017

Nuestra alma



Amada alma, ¿cómo puedo hablar de ti, si no eres algo externo a mí? 
Solo sintiendo sabré de ti.
Durante siglos, nuestra humanidad, para poder entender o explicar algo no físico, tuvo que crear unos símbolos, unos objetos para identificar y hacernos ver y creer que aquello invisible a nuestros ojos físicos, pudiese llegar a todos aquellos que pudieran estar interesados en lo que se conoce como alma.
¿Realmente existe el alma? ¿Es algo ajeno a nuestra esencia para decir que es una parte de nosotros? ¿Con forma incluida?
¡Cuántas veces hemos oído expresiones del tipo: el alma de un árbol, los animales también tienen su alma, o todos los seres vivos tienen un alma!
Todos tienen alma porque todos somos Amor. Procedemos del Todo y complementamos el Todo, como parte de él que somos. Cada ser es el Todo porque tiene un alma, siendo ésta, la esencia del universo, del Hogar del cual procedemos. Todos somos energía esencial de Vida. Todos somos Amor.
Hay algo básico, innato en nuestro ADN, y es el hecho de tener el conocimiento de lo que es y representa lo que se conoce como alma.
Seguramente habéis oído muchas veces que el alma es una parte de nuestra existencia. Las palabras, con el tiempo y se ha podido ver, han sido malinterpretadas o distorsionadas según las creencias de quien las ha transmitido. El concepto que se ha ido transmitiendo está basado en unas raíces religiosas que nos han llevado a entender lo que se entiende como alma, como algo ajeno a nosotros.
Para todos aquellos que ya lleváis tiempo en el camino del despertar, es probable que vuestros oídos hayan recibido palabras como: estamos en este proyecto de vida para elevar nuestra alma y evolucionarla.
Con los años, abriendo las puertas de la conexión con el Hogar y nuestros hermanos de la Luz, llegué a sentir la sabiduría en mí, guiado por mis acompañantes celestiales que me llevaron a darme cuenta del verdadero significado de lo que es y representa el alma en nuestras encarnaciones.
El alma no evoluciona porque es la parte divina de cada uno. Es la esencia de Dios en cada uno. Somos parte de él. Al encarnar, traemos en este mundo la esencia divina del universo. El alma siempre ha sido completa, es y será resplandeciente, luminosa, con la energía del amor con toda su majestuosidad. El alma no tiene que evolucionar. Lo que entendemos como evolución, es el hecho de acercarnos a ella y aceptarla en nuestra vida dejando que su esencia se exprese a través nuestro. Es nuestra relación con ella el proceso de evolución en nuestra vida. La evolución del alma no es tal, sino el acercamiento de nuestro ser a ella, a nuestra esencia divina, que siempre ha estado con nosotros y estará. Nuestra alma no necesita evolucionar, porque ya está evolucionada, podríamos decir, debido que siempre hemos sido divinos y pertenecidos al Amor Universal, a la energía de más alta vibración existente en el firmamento. Nosotros no debemos de evolucionar, sino de acercarnos cada vez más a nuestra verdadera esencia y dejarla manifestar. Lo que se entiende como evolución es el recordar quienes somos realmente y liberar de nuestro ser todos los acondicionamientos, creencias y pasado basado en las limitaciones, victimismos y pautas de distanciamiento con nosotros mismos debido a las creencias inculcadas basadas en ciertas religiones. Todo estribaba en controlar a los seres humanos y dominarlos para poder llevar a término los intereses personales de cierta visión de la vida basada en lo terrenal.
No estamos en esta vida para hacer evolucionar nuestra alma, sino en abatir los muros que nos inculcaron y aceptamos en su momento para conectar con nuestra esencia y sentir el Dios que cada uno de nosotros es.
El alma, es sencillamente, nuestra esencia divina, la energía de más alta vibración existente en el universo: el Amor en su máximo resplandor, puro e incondicional, creador de toda vida y armonizador natural de todo aquello que la mente pueda llegar a alterar.
Este acercamiento a nuestra esencia amorosa es el proceso de evolución de cada ser en las encarnaciones vividas.
El alma no es algo externo en nosotros y que depende de algo superior, sino que tú, eres parte de la mayor energía de alta vibración existente a lo largo de los universos. Tú eres la divinidad superior encarnada para elevar este planeta y ayudar a la humanidad a recordar quién es, para llegar a la plena Unicidad.
Es el Dios que somos a las puertas de poderlo llegar a aceptar y manifestarlo.
Lo que entendemos como alma, no es una parte de nosotros, a nivel espiritual. Nuestra alma es nuestra esencia divina, innata, nuestra esencia espiritual esperando que el ser que eres vaya acercándose a ella a través de recordar quiénes somos y poderlo manifestar con todo su resplandor. Dicho de otra manera, poderte expresar con toda tu majestuosidad según la esencia que eres. No hay que evolucionar el alma, porque en cualquier momento puede expresarse con toda su irradiación. Depende de nosotros.
Eres Amor. Eres Dios, y no hay un alma esperando ser evolucionada, sino un ser en proceso de aceptar y acercarse a aquel quien en verdad es, y mostrarse tal como es.
Tu alma es Dios en ti. Tú eres Dios.
Actualmente, en los tiempos que nos encontramos, hay grandes inquietudes para ir a nuestro interior, y será a través de ir a nuestro interior que llegaremos a encontrarnos con nuestra esencia innata divina. Esto es el proceso de la evolución que tanto se habla en los tiempos que vivimos.
El alma no es una parte de nosotros. Nosotros somos el alma innata del universo y de toda vida. Somos el TODO encarnado, mostrando nuestra belleza y nuestro potencial según nuestra esencia. Somos fuentes de Vida y Amor. Somos el Cielo aquí en la Tierra.
No veáis el alma como una parte de vosotros, porque no estáis fragmentados. Sois un Todo luminoso que ilumina el camino hacia la liberación y transmutación de la oscuridad.
Alma. Dios. Divinidad. Energía Superior. El Gran Espíritu. Yo Superior. Diferentes palabras para definir lo mismo, que pueden llegar a confundir al humano en proceso de acercamiento a su esencia.
Las puertas del conocimiento superior, de la sabiduría existencial se encuentran al alcance de cada uno de los seres en proceso de ascensión. Esta ascensión representa liberar unos conocimientos transmitidos a lo largo de los siglos, para llegar a la información, sensación y sentimientos recibidos desde el Corazón.  
Nos encontramos en tiempos donde ya se empieza a dar cuenta que desde la mente continuaremos estando atrapados en el tiempo, y que la manera de ir a la esencia, a la Verdad de la existencia, es empezar a vivir desde el Corazón. Empezar a adentrarnos en nuestro interior para entender lo exterior, y poder así, percibir la belleza y la abundancia que nos rodea y se nos concede.
Cuando alguien siente su esencia, su alma, su vida cambia y la visión de esta deja de basarse desde lo humano para percibir y sentir desde el corazón. Entonces todo tiene sentido y tu vida toma otra senda hacia la plenitud. No importa lo que hagas, porque tu visión y los resultados obtenidos te harán sentir la gratitud y el amor que toda tu vivencia comporta.
Tu corazón te guiará. Tu esencia te protegerá, porque es el Amor quien te protegerá. No hay otra protección que sentir el Amor en ti.
No estamos aquí para evolucionar nuestra alma, sino para podernos acercar a aquel quien somos. Nuestra alma no necesita evolucionar porque ya es completa y absoluta. Solo es cuestión que cada uno se dé cuenta de este hecho. Quien evoluciona es el ser humano hacia su divinidad, no nuestra alma, porque nosotros ya somos Dios manifestado. ¿Qué no te acuerdas?


Que el Amor y la Paz sean en ti. 

miércoles, 17 de mayo de 2017

Y así fue...

Y así fue como las almas, hasta ahora guerreras, se convirtieron en sirvientes del firmamento en su mundo aislado de toda existencia de dos lunas.
La brisa del cambio apareció en su dimensión para poder elevar la energía de sus existencias.
Se habló durante mucho tiempo, y al final, en medio de un proceso de Ascensión, con la voluntad de las propias almas, aquel planeta se elevó, abriendo las puertas del Hogar celestial en cada uno de los presentes.
Durante siglos todo se fue preparando para dar el gran salto, y ahora, los tiempos que vivimos, son los anunciados por nuestra Hermandad de la Luz. Ahora es el momento esperado para la realización del sentido de la vida que cada alma acordó en sus preludios de encarnación.
Todo se confabuló para dar vida a un proceso que llevaría a los seres humanos a dejar su humanidad para mostrar la Divinidad que cada uno de ellos en el fondo era. En lo más profundo de sus entrañas, acurrado en sus ADN, esperaban cada aspecto del ser poder ser activados y mostrarse para llegar al ser multidimensional que en el fondo eran.
Los tiempos anunciados es nuestro presente para ir más allá de nuestro pasado. La liberación de quien fuimos nos permitirá llegar a la cima de nuestra máxima
presencia encarnada. Nuestra materia llegará a mostrar su más sutil esencia, pudiendo mostrar al verdadero ser que cada alma es en medio de la experiencia terrenal.
Nada habrá sido en vano. Durante siglos todo se preparó minuciosamente para dar cabida al resplandor de la esencia albergada en cada uno.
Muchos os daréis cuenta de los resultados que iréis obteniendo a lo largo de los próximos siete años. Habrá una resurrección en cada ser liberado de su mente donde la luz de sus corazones les llevarán a la materialización de lo que habrán venido a hacer. Serán cambios radicales en muchos de ellos, debido a la transmutación de sus vidas. Sus corazones les hablarán claro y alto.
Serán seres protegidos por su propio amor y guiados por su propio corazón. Las almas se elevarán hasta alcanzar la plena Unicidad con el Hogar de donde todos proceden, así como sentir la plenitud y las presencias de todos los seres que velan y tutelan este mundo que vivís y a toda humanidad.
Grandes cambios se producirán y un gran despertar de consciencia habrá a lo largo de todo el planeta.
¡Alegraos por el tiempo que vivís!
¡Escuchad a vuestro corazón que será el susurro de vuestro camino en medio del proceso universal!
¡No dudéis y no desfallezcáis, porque los tiempos anunciados y esperados por todos vosotros, ha llegado!
Revisa tu vida, y te darás cuenta cómo ha ido cambiando en pocos años. Recuerda lo que sientes ahora y lo que sentías tiempo atrás. Esto es un síntoma de los grandes avances que todos vosotros habéis creado para una Tierra llena de Amor, Paz y Unicidad.
Amor. Paz. Unicidad.
Vuestra vida cada vez os pertenecerá menos, porque vuestra dedicación a la Gran Voluntad Superior, hará que esta sea quien os guíe y se manifieste a través vuestro. Ya no sois aquel quien fuisteis, y cada vez iréis notando más el nuevo ser que se irá expresando a través vuestro.
¡No temáis! Todo va bien.
Sentid el sosiego y la armonía en vuestro interior.
Sentid el Amor, vuestra esencia innata. Entonces, todo será y las puertas del Hogar se abrirán de par en par para ya no cerrarse más.
Gracias por ser y estar.


Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros. 

domingo, 14 de mayo de 2017

"Abrazando el Corazón"

Antes que nada, quiero dar las gracias por la estima que recibo de todos vosotros, amada familia de Mallorca, cada vez que me invitáis a venir. Los momentos de Amor y Luz que vivimos son inexplicables con las palabras humanas, y nuestro corazón siempre se ha expandido sintiendo la Unicidad entre todos aquellos que cada vez hemos estado en los eventos creados. A todos, gracias.
Hoy me complace anunciaros el nuevo encuentro que se realizará en Mallorca a principios de julio, a lo largo de una semana con toda una serie de momentos relacionados con nuestro proceso para poder sentir nuestra esencia y poder deleitarnos de unos días de tranquilidad, descanso y contacto con el entorno, la naturaleza.
Vivimos momentos importantes de nuestro proceso, y estas jornadas nos ayudarán a dar nuevos pasos en nuestro camino. Solo quiero invitaros y a todos aquellos que vengáis poder compartir unos días de amor, esclarecimiento y luz.

Para asistir, no es necesario inscribirse a todas ellas, sino solo a aquellas que vuestro corazón así lo sienta. la charla inicial y presentación de la semana, así como el encuentro final, del domingo 9, son de asistencia gratuita, pudiendo asistir aunque no hayáis podido venir a lo lago de la semana.

Hasta entonces, un abrazo.


jueves, 11 de mayo de 2017

No hay plan B


-         Maestro – dijo un día un discípulo ante su mentor, llevo años a su lado y siento que ya no soy el mismo del primer día que le conocí. Hay algo que quiero preguntarle en relación a lo que nos sucede en nuestro sendero individual.

El maestro se quedó observándole esperando la pregunta del joven que tenía ante sí.
-         Espiritualmente, cuando algo no sale como debería de salir, ¿hay un plan B, una segunda opción a realizar?
Los ojos del tutor no dejaron de mirar a los de su discípulo, haciendo una sonrisa y teniendo un respeto por la pregunta realizada. De repente, sus labios se dispusieron a hablar, diciéndole:
-         Amada alma, no hay segundas opciones en el camino espiritual. No hay errores en la adjudicación de los hechos a vivir por parte de alguien. El universo, señalando hacia arriba con su dedo índice derecho, no envía al azar las bendiciones para los que vivimos encarnados en esta vida. No hay equivocación en los designios celestiales. Todo tiene su sentido desde la Fuente de la cual procedemos. (Después de una pausa, prosiguió diciendo:) Aquello que vivimos en este plano, así debe de ser. No siempre el ser humano entiende lo vivido, debido a la forma en que convive. Aquello que nos es designado, es lo adecuado para nuestra alma. No hay nada erróneo en nuestro proceso. Todo sigue un flujo para nuestro mayor bien y el de todos. Lo que puedes llegar a experimentar influye a todos aquellos que te rodean. No es en vano, ni superfluo lo que de la vida recibes. No existe una segunda opción por si la primera no es la adecuada. Toda opción es la adecuada para nuestro camino. Hay diferentes oportunidades depende de la reacción del discípulo que todos llevamos dentro, pero la bendición recibida como primera opción es la adecuada.  
Después de una pausa, el maestro continuó:
-         Toda nuestra vida tiene un sentido mayor a nuestras creencias. Nuestros pensamientos, a veces traen hacia nosotros una explicación según el momento que nos encontramos, no desde la elevación del alma.
Entonces el discípulo intervino diciendo:
-         Pero no siempre lo que vivimos nos hace sentir bien.
-         Al igual que una semilla en su proceso de brotar y elevarse necesita el agua para crecer, así el alma necesita de su esencia para elevarse. La semilla puede pasar por períodos de sequía, pero la humedad existe en el interior de la tierra, por más profunda que esté. El humano, en los períodos de sequía necesita ir, también, a lo más profundo de su interior para reconectar con su esencia que le permitirá sentir aquel quien es y su sentido en esta vida. Este hecho de ir a su interior, permitirá que lo exterior no influya en lo interior, y que lo interior, haga cambiar el entorno de uno mismo. ¿Entiendes mis palabras, amado ser? – dijo el mentor al joven.
-         Sí, maestro – le respondió. No hay nada que vivamos que no tenga un sentido para nuestra alma, y así poder seguir nuestro proceso hacia aquel quien somos.
-         Así es – dijo el maestro, asintiendo con la cabeza.
-         Y teniendo presente esto – continuó diciendo el joven, todo lo que recibimos y el universo nos da es para avanzar o rectificar algo que nosotros no somos conscientes o no nos damos cuenta en aquellos momentos.
Quien le escuchaba hizo un movimiento afirmativo con su cabeza. Luego, dijo:
-         Cuando aprendemos, dejamos el dolor y el malestar a un lado del camino, porque ya no nos pertenece.
-         ¿Hasta cuando este proceso, amado maestro?
-         Hasta que ya no te cuestiones más la vida. Solo la sentirás y sabrás qué hacer. Será entonces, cuando sentirás aquel quien eres y sabrás qué hacer en todo momento. La paz y la serenidad serán en ti. Sentirás el amor intensamente y solo querrás transmitirlo según tus cualidades. Entonces, todos se beneficiarán porque serás el espejo de cada una de las almas que se te acercarán.
Se hizo una pausa, y en unos instantes el discípulo dijo:
-         Gracias maestro. Ahora entiendo tu silencio y tu presencia.  
Los dos se saludaron haciendo una suave reverencia y el maestro se giró y se fue.
El discípulo se quedó allí quieto, en el lugar donde se había producido el encuentro entre una visión terrenal y la espiritual.
Hizo una respiración profunda y se dispuso a irse, sintiendo un gran agradecimiento por lo recibido.

Había dado un paso importante hacia su maestría. 

miércoles, 3 de mayo de 2017

A mi vida

Los tiempos de mi baja estatura siendo niño, quedan ya lejanos.
Toda una vida para poder llegar a entenderla y moverme por ella según el sentido de mi presencia en ella.
Siento un profundo agradecimiento por lo vivido y por todo lo que mi vida me ha ido ofreciendo a cada paso dado según mi presente.
¡He recibido tanto!, aunque no siempre este “tanto” fuera tal como me hubiese gustado según mi parecer.
He vivido momentos de entusiasmo por lo que acontecía a cada instante.
He sentido en mi interior el hecho de poder materializar lo que quería en aquel preciso instante y deseaba.
He estado en la cima del bienestar material, conociendo también, las áridas épocas de subsistencia y escasez.
He podido vivir cerca del mar y en medio de la montaña, así como en una gran capital, como en poblaciones cercanas a ella.
Mi vida no ha sido estable, yendo de acá hacia allá, según los acontecimientos que mi existencia me deparaba.
Llegué a pensar que yo no podía hacer nada para salir de las situaciones que me encontraba, a darme cuenta, con los años, que era yo quien las creaba con una finalidad superior.
Ahora, en el sosiego de la sabiduría puedo ojear mi vida y ver el proceso que ha seguido hasta mi presente. Vuelvo a decir, que solo agradecimiento puedo sentir en mi por todas las situaciones vividas a lo largo de los tiempos.
Quise conocer a Dios, y llegué a encontrarte ante él y sentirlo en mi interior.
Quise viajar, y la vida no me dejó estar más de dos años en un mismo lugar, hasta que llegué a estar en contacto con el mar, durante diez y nueve años, que me hizo darme cuenta de mis emociones y aprendí, con él, a llorar nuevamente, después de tiempo practicando sin resultado ninguno. Al final mis lágrimas recorrieron mi tez, alegremente, hasta sentir la exaltación conforme había conseguido activar mis ojos para que se expresaran libremente. Fue una gran liberación y un triunfo a la vez, al encontrar esta puerta donde mis emociones pudieran salir y hacerme dar cuenta que la presencia de mis lágrimas tenían una finalidad superior y no solamente para expresar lo reprimido.
Aprendí a llorar, después de muchos años no haciéndolo. Fue con la práctica que conseguí abrir la puerta bloqueada de mis emociones. Ahora, con el lloro en mi interior para expresar incluso la alegría, hacerme dar cuenta de la veracidad de lo recibido, ahora puedo decir que es parte de nuestro potencial como humanos en fase de divinidad que todos somos. Más allá de lo estándar se encuentra el verdadero sentido de toda presencia que en nosotros hay.
Siento un profundo agradecimiento por todo lo vivido, porque los pasos dados, y lo sentido en cada situación vivida, la mayoría de ellas no queridas, ahora puedo verme reflejado en el firmamento reconociendo mi esencia y mi presencia en este mundo experimental que nos encontramos.
Solo siento agradecimiento por haber vivido lo que me fue dado a cada momento.
Mi ser empezó poniendo distancia con mi entorno, y ahora, siente la diferencia con quienes me rodean y el lugar donde vivo, pero sintiendo la conexión que todos tenemos para una Voluntad Superior. En retrospectiva, y con los años, mi ser se dio cuenta que no hay nada al azar y que todo lo que viví me llevó a quien ahora soy. Sé que ya lo he dicho algunas veces, pero siento un gran agradecimiento por vivir en medio de este universo y con una finalidad concreta en este plano terrenal, hecho que me ha permitido elevar mi alma y predisponerme a dar uno de los pasos más importantes en este nueva etapa que me encuentro.
Aprendí a liberar la densidad que había en mí.
Aprendí a amar incondicionalmente, porque el amor que se aplica en el mundo donde nací no se corresponde con el amor espiritual que es el que sentía en mi interior. Ahora puedo amar según siento, de una manera pura e incondicional. Aprendí a amar desde mi corazón.
A lo largo de mi proceso de pasar de la inconsciencia, eso pensaba yo, a la consciencia me llevó, no tan solo a aprender a llorar, sino también a abrir mi corazón. ¡Qué alivio! ¡Qué sensación de libertad sentida en mi ser! Tuve que cambiar mi visión de la vida y darme cuenta que yo podía responsabilizarme de ella. Al final así fue, sintiendo la plenitud de mi interior, con toda su apertura e irradiando la energía de mi esencia de una manera libre y plena. ¡Cuánta majestuosidad cuando nos abrimos del todo y nos acercamos a nuestro mundo, sabiendo que eres Dios!
Todo lo vivido, cada paso dado, cada experiencia y supuestas adversidades y denominados retos, aliviaron mi camino, con mi predisposición de querer llegar a mí. Por fin lo conseguí, y deseo que cada uno de vosotros lo consiga. Sé que así será, y mientras aceptar todo lo que viváis con la predisposición del aprendizaje que aquello que vivís os aporte. Cada toma de consciencia, es decir, cada aprendizaje integrado, os hará liberar del peso que lleváis desde vuestra infancia y otros tiempos encarnados, que os permitirán avanzar en vuestro proceso hacia aquel quien en verdad sois.
Me encuentro en unos momentos de mi vida, donde me esperan grandes cambios. Estoy preparado para ellos y dispuesto a adentrarme en ellos. Siento como mi creatividad y mi amor quieren expandirse para llegar más allá de donde ahora estoy. Mi ilusión es grande, con una gran alegría en todo mi ser, dispuesto a cruzar estas puertas que el proceso de la humanidad y mi amada Tierra nos deparan.
Soy parte de cada uno de vosotros, y todos lleváis parte de mí en vuestro interior. Siento la fuerza y la firmeza de la Unicidad con el Hogar del cual todos procedemos.
Con los años fui abriendo puertas, y cada una que conseguía abrir y cruzarla sentía como me elevaba e iba, en un principio percibiendo, y luego con el tiempo, dándome cuenta, sintiendo y viendo el paraíso del cual todos procedemos. No estamos solos y nuestros hermanos de la Luz están aquí, en nuestro plano dimensional para darnos una mano en los momentos que convengan para poder subir nuevos peldaños hacia nuestra plena manifestación.
La Divinidad Superior, así como diferentes comunicaciones con la Hermandad Celestial me han hecho ver y saber el nuevo proceso que a mi presencia le depara.
Aquí me encuentro para empezar una nueva vida más en acorde a cómo es mi vibración. Me alegra que todo tenga sus frutos cuando actuamos y vivimos desde el corazón. El amor nos acompaña a lo largo de nuestro camino. No hay de mejores y de peores. Solo existe el adecuado según cada uno. Así lo aprendí a lo largo de mi proceso, como otros aspectos relacionados con nuestra existencia y el vivir el día a día en este plano terrenal.
Os amo.
Mi corazón os acoge a cada uno de vosotros. Me siento parte de todos y del Todo. No estamos aislados ni solos, solo distanciados y cerrados en nosotros mismos. Cuando aprendemos a abrirnos, entonces es cuando la vida empieza a cambiar según las pautas de nuestro verdadero ser, de nuestra esencia. Cuando el amor hace presencia en la vida de uno, es cuando ésta empieza a tener sentido, recibiendo solo lo mejor para uno mismo.
Mi amor está en cada uno de vosotros y mis pasos aceptando mi presente y dispuesto a crear una nueva vida después de toda una preparación y abertura de mi todo mi ser. Aprendí a sentir, y sintiendo, me acerqué a mi naturaleza y a la verdad de lo que nos acontece. Aprendí a saber de mí, y deseo que cada alma, cada corazón pueda abrirse para poder sentir la majestuosidad de donde procedemos y el gran ser que somos más allá de lo terrenal.
Doy gracias por todo, por todos y por mí.

Como decía en algún fragmento la canción de Armando Manzanero “Contigo aprendí”:

Contigo aprendí
Que tu presencia no la cambio por ninguna    (amada vida)
……
Que puedo irme mañana mismo de este mundo
Las cosas buenas ya contigo las viví
Y contigo aprendí    (amada vida)
que yo nací el día en que te conocí”    (amada Divinidad)


Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros.