miércoles, 25 de enero de 2017

Grandes tiempos los que vivimos

Bienvenido a los tiempos de Ascensión que estamos viviendo. La Tierra, así como las almas que la habitan, están transmutando sus energías y elevando sus vibraciones.
 Estos últimos años han sido tiempos de un Gran Despertar que ha activado, cada vez más, los ADN de la materia individual para avanzar hacia la manifestación de la esencia que cada uno es.
Nuestro planeta ha dado grandes pasos hacia su activación. Las consciencias de los que nos encontramos encarnados han hecho posible nuestra responsabilización de nuestra propia existencia y la del planeta.
Nos encontramos en un proceso donde las Divinidades piden paso en este plano dimensional. Hemos elevado sus energías y nos dirigimos hacia la plena manifestación de nuestro ser.
Todos son aceptados. Todos son respetados. La Tierra abre sus brazos para acogernos y el Cielo nos riega con la bendición del Amor. Las semillas prístinas que nos encontramos en tierra, solo podemos esperar lo mejor. Brotar y ver como nuestros frutos son presentados ante la vida para ser degustados, y poder alimentar así, a parte de aquellos que nos rodean.
¡Bienvenidos a los nuevos tiempos! Tú tienes un lugar en él. Tu predisposición y tu coraje para seguir a tu corazón te han llevado a tener un lugar en este nuevo mundo que ya ha empezado a crearse. Todo se transforma. Una transmutación procedente de lo más íntimo de cada uno. Los interiores se expanden y se purifican, así nuestro entorno ve reflejado los resultados de nuestro proceso.
Cada vez iremos viendo más los efectos de todo lo realizado hasta el presente. Todo nuestro trabajo empezará a vislumbrarse con más notoriedad. ¡No desfallezcáis viejas almas!, porque lo sentido durante tanto tiempo en vuestro interior, ahora debe de empezar a ver la luz y llegar al fin de lo acordado desde el Hogar.
Son tiempos donde la vieja energía ya no tiene razón de ser. Cada vez son menos los que deciden no cambiar. La Tierra está haciendo una selección para poder instaurar los pilares de la Nueva Existencia.
No estamos solos, ni nunca lo hemos estado. Cada vez sois más los que podéis percibir estas presencias más allá de lo terrenal. No debéis de temer, porque son parte de nosotros y nosotros de ellos. Son seres llenos de Amor irradiándolo hacia cada uno de nosotros. Nos guían, nos acompañan, nos aman y nos protegen de todo aquello que no se corresponde según el camino a seguir cada uno.
Aceptadlos y abrid vuestro corazón para dejar que sean parte de vuestra vida. Hablad con ellos y dejad que os respondan, siendo una gran parte de sus transmisiones a través de vuestros sentimientos y sensaciones. Veréis como lo que sentís estando con ellos,  pertenece justo, a aquello que habéis sentido en vuestro corazón durante mucho tiempo y queríais que vuestra vida avanzase con este estado lleno de paz, sosiego y amor.
No estáis solos. Estamos siendo acompañados por nuestros hermanos de la Luz, del Hogar. Abríos a ellos y dejad que os ayuden en vuestro proceso.
En los tiempos que vivimos, ellos tienen un gran papel para la Tierra y todos nosotros. Cada vez van viniendo más seres celestiales para ayudar a este amado planeta en su proceso de Ascensión. Nosotros somos parte de él, y por lo tanto, también recibimos las bendiciones de sus presencias para, al igual que nuestro mundo, poder continuar con la elevación de nuestras almas para la eclosión de nuestro verdadero ser pidiendo paso: nuestra Divinidad. Este es el camino a seguir: dar los pasos adecuados para conectar y manifestar, cada vez más, aquel quien en verdad somos: Dios.
Son tiempos memorables para todos los que vivimos estos instantes de la evolución de la Tierra. Todo se está recolocando y nuestras vidas van dejando atrás el dolor, el miedo, las resistencias y el querer controlar todo lo que vivimos. Estamos aprendiendo a dejarnos ir, a confiar, responsabilizarnos de nuestra vida y a ser nosotros mismos. Nuestro corazón nos habla y nos conduce hacia la vereda de la liberación. El sufrimiento va quedando atrás debido a la consciencia que va manifestándose cada vez más en las almas encarnadas.
Somos nosotros los responsables de este cambio con nuestra nueva actitud ante la vida. El querer ser nosotros nos ha llevado a abatir los muros de los miedos para permitir que el camino a seguir pueda ser transitado por nuestros pies y nuestra alma.
Vivimos tiempos de grandes cambios, no tan solo a nivel planetario, sino, sobre todo en nosotros mismos, que es lo que produce los grandes movimientos en nuestro entorno (mundo).
Gracias, amada alma por estar con nosotros en estos tiempos estelares y de gran resplandor. Tú eres artífice de los grandes cambios que se están produciendo en nuestros días. Gracias por ser y estar en el lugar y el momento adecuado dentro del proceso del ser humano, dejando su humanidad para dar paso a aquel quien en verdad es: Divinidad.


Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros. 

miércoles, 18 de enero de 2017

Cuando el dolor aparece


Llevo años al servicio de la humanidad. De diferentes países voy recibiendo mensajes, consultas y exposiciones de las situaciones que alguien está viviendo, pidiendo ayuda, o qué hacer en aquellos momentos. Incluso he llegado a recibir mensajes hablados donde debía de poner toda mi atención por la debilidad de las palabras expresadas junto con el llanto intenso de su interior.
He recibido, con el tiempo, peticiones de ayuda por parte de algunos de vosotros en momentos de desesperación. Os puedo decir que mi corazón siente vuestro dolor. Éste, viene dado no tan solo por el dolor físico, sino por el emocional que es el más penetrante y, no siempre, nos permite ver la situación tal como es.
En momentos de desesperación, he respondido a vuestras peticiones. Así lo sentía dentro de mí.
No siempre es lo que parece.
Hace unos días recibí un mensaje hablado donde, quien se expresaba, sentía como su vida le daba un revés, no sabiendo qué hacer y sintiéndose atrapada por la situación presentada. Le respondí, y siento la necesidad, hoy, de hablaros de estos momentos no queridos en nuestra vida.
A veces parece que nos estamos recuperando de algo vivido que nos marcó, cuando se nos presenta ante nosotros una situación no esperada que puede llegar a cambiar el rumbo de nuestra vida. Es como si acabásemos de superar algo, cuando nos golpean con más dolor. No salimos de una, cuando entramos en otra. Da la sensación como si la vida no nos dejara ser felices. Lloramos, nos lamentamos y lo podemos ver todo negro, sin una salida al respecto.
Amadas almas, a todos los que os podéis encontrar en una situación similar, os digo que mi amor está en vosotros, y que aquello que vivimos, aunque pueda llegar a parecer duro y frío, os digo que no hay vivencia que tengamos que no alimente nuestra alma.
Cuando nos hemos hundido en las creencias inculcadas y nos sentimos identificados con el dolor de nuestro mundo, entonces, es cuando más atrapados nos podremos llegar a sentir cuando vivamos algo inesperado que pueda alterar nuestro interior, creando un malestar o un dolor, siendo el emocional el que más nos apegará a lo mundano e impedirá llegar al aprendizaje que nos aporta, a no ser que nuestra actitud sea de ACEPTACIÓN con cierto grado de consciencia conforme lo vivido tiene su sentido y nos encontramos en medio de esta situación para nuestro mayor bien.
Quedándonos en el dolor y lamentándonos, podremos quedar atrapados en un dolor profundo, anulando nuestro ser e intensificar nuestra actitud de víctima ante la vida. Tengo que deciros que no es así. Nosotros tenemos la capacidad de superación de cualquier aparente revés que la vida nos pueda llegar a dar.
Hay momentos que lo vivido no es de nosotros mismos, sino de alguien de nuestro entorno más querido. De alguien a quien amamos. Cuando vemos que hay que tomar unas decisiones para el mayor bien del otro, de esta persona, que le hará cambiar el ritmo y estilo de vida, entonces, teniendo presente nuestra relación con ella, vemos como nuestra mente nos empieza a hablar de lo mal que lo pasaremos, de las limitaciones que tendremos a partir de ahora en nuestra vida. Nos anuncia un futuro incierto y muy negro. La mente nos habla según las creencias e identificaciones que hemos asociado con nosotros a lo largo de los años. Pero nuestra mente es pasado y nos transmite basándose en lo adquirido en un pasado. Los tiempos han cambiado, y el presente de nuestros días está envuelto con un empoderamiento y responsabilización de cada uno ante su vida.
He llegado a conocer personas que en su momento me hicieron ver conforme “la vida siempre se desahoga con los mismos”, pero a medida que yo iba siguiendo mi proceso de evolución, empecé a darme cuenta que nosotros somos los únicos responsables de nuestra vida. Continúo sintiendo el dolor de quienes me hacen llegar sus peticiones de ayuda, pero también tengo que decir que no siempre puedo ayudarlos de la manera que ellos querrían, porque no siempre la solución se encuentra en hacer algo por ellos, sino, casi siempre, en un cambio de actitud nuestra ante la situación.
Estoy aprendiendo mucho de vosotros, y os lo agradezco, aunque no sean situaciones aparentemente queridas o alegres, pero nuestra alma se siente reconfortada por la reacción y aprendizaje que realizamos ante los supuestos obstáculos que nos podemos encontrar en nuestro camino.
No hay nada que no nos aporte algo, tanto para nosotros si estamos implicados en ello, como para la persona que lo “sufre” personalmente. Son golpes que no siempre se superan en el momento, pero debéis de ser pacientes, tanto con vosotros, como por la otra persona que lo vive directamente.
Una de las cosas que aprendí a lo largo del tiempo, es que no hay nada que vivamos que no tenga un sentido para nosotros y no nos aporte nada. Todo, absolutamente todo lo que vivimos, tiene que ver para nuestra evolución.
Somos mucho más que materia. Somos mucho más que seres indefensos. Nuestra capacidad de superación es grande, porque cada uno de nosotros contiene la esencia innata del Amor. ¿Cómo puede el Amor crear tanto dolor? Algunos podéis llegar a preguntaros en algún momento. El Amor libera y solo quiere lo mejor para cada uno de vosotros. El Amor eleva vuestro ser y libera todo aquello que llevamos dentro y no nos pertenece. Estas palabras se refieren, desde creencias, a hábitos, costumbres, tradiciones, maneras de actuar, de pensar y obrar.
Cuando vivimos sin dar pasos hacia esta liberación de nuestro interior, entonces, es cuando el universo, la vida, o decidlo como queráis, nos da una mano para poder llegar a la felicidad plena y al momento de poder expresar la alegría, de una manera libre y constante, hacia nuestro amado mundo. Todo tiene un sentido. No hay nada arbitrario, desde el punto de vista espiritual, que no nos haga crecer como seres amorosos que somos.
Somos mucho más que materia. Somos Amor, y nuestro proceso nos lleva a conectar con él, y para esto debemos de activar nuestra consciencia para darnos cuenta que no somos seres inválidos, limitados o a merced de los demás. Somos seres con un potencial inmenso, lleno de Luz y Amor.
Lo vivido solo es para que podamos, a través de nuestra predisposición y actitud abierta, percibir el sentido, el fondo de lo vivido, y no quedarnos con la forma, con lo que nuestros ojos ven, que no siempre es lo que parece.
Nuestra vida está siendo guiada desde el Amor, desde la esencia pura e incondicional del Amor que habita en nosotros.
Cuando el dolor aparece, tened presente que son las manifestaciones de nuestros miedos ante la vida a partir de aquel momento, y sobre todo, de la oportunidad que tenemos para elevar nuestra alma y aprender algo nuevo o que ya hemos abierto la puerta de la sanación de algo que ya hemos empezado a dar pasos hacia su plena liberación.
¡No os hundáis! ¡No os desaniméis!, porque aquello que vivís os llevará al verdadero ser que sois, no quien os han hecho.
Lamento el dolor vivido en nuestro amado mundo, pero también yo tuve que vivir situaciones, a lo largo de mi vida, que me hicieron quedar solo y vivir experiencias de incomprensión, miseria y de una gran soledad. En su momento viví lo que se denomina “la parte oscura del alma”. Lo viví, pero mi interior me decía que debía de continuar a pesar de todo. Había algo en mí que me empujaba a seguir y no quedarme atrapado en cada una de las situaciones que estaba viviendo. Solo así conseguiréis avanzar en vuestro camino, dándoos cuenta que nada es para siempre. Todo es temporal. El dolor es mental, no real, aunque sintáis sus síntomas. Del malestar podemos aprender, y uno de los mayores aprendizajes que podemos hacer, es el de la ACEPTACIÓN. Aceptar lo vivido y no temed, porque aquello que vivís es parte de vuestro proceso y liberación.
Sois seres completos, libres y amorosos. No siempre nos damos cuenta que así es, por eso el universo, de cuando en cuando, nos da una mano para recordar. Por eso, lo vivido.
Ante todo, amadas almas que vivís un proceso de dolor, AMAD, AMAD, AMAD. Sólo amando y teniendo compasión para todos aquellos que padecen, podremos crear una energía que los puede llegar a sanar, si así ha de ser para su alma. Amad. Sentid el Amor en vosotros y llegaréis a sentir la calma dentro de cada uno. Sentid el Amor en vuestro interior, y aligeraréis el dolor de aquellos seres cercanos que su vida ha dado un vuelque, empezando una nueva etapa, quizás con cambios físicos, emocionales o mentales. Estad a su lado y ved al otro, o a vosotros mismos, si es a vosotros que os ha sucedido, como seres completos, enteros, con grandes capacidades de vivir, aunque a veces, la nueva vida tenga que ser con modificaciones, a nivel de estilo y ritmo, en relación a cómo vivíamos hasta hace poco.
Sea la pérdida de alguien que ya no veremos más, una amputación de algún miembro de nuestro cuerpo, el darnos cuenta de la relación de nuestros hijos con las drogas, un despido improcedente dejándote con varias deudas pendientes sin poderlas hacer frente a partir de ahora, o una sensación de abandono ante la vida. No importa lo que vivamos, porque cada experiencia es la adecuada para nosotros. No hay nada porque sí. Todo está abrazado por el Amor.
Somos nosotros, que a lo largo de los años nos hemos estancado, apegado y creado unas capas de protección por miedo a que nos hieran o no ser aceptados. Entonces es cuando, con el tiempo, aparecen las situaciones de ayuda, de segundas oportunidades para llegar a nosotros y empezar a recordar aquel quienes somos.
ACEPTAD Y AMAD, porque no hay nada porque sí. No existe nada al azar en nuestra vida. Nosotros hemos sido y somos, los únicos responsables de nuestra vida.
Por eso, tenemos la salida del dolor que habita en nuestro interior. ¡Conócete y aprende de lo vivido, porque el fondo de la forma que ves y experimentas, te liberará y te acercará más a la felicidad y la plenitud de tu ser!
Cuando el dolor aparece, la puerta del recordar y el aprendizaje se abren.

Mi AMOR está en cada uno de vosotros.
Todo tiene su sentido.


Que el Amor, la Paz y la Comprensión de lo vivido sean en cada uno. 

miércoles, 11 de enero de 2017

Cuando empieza el aprendizaje

Cuando alguien hace un aprendizaje espiritual, un aprendizaje relacionado con nuestra alma y no dirigido hacia nuestra mente, entonces viene a ser como nuestro ADN, donde cada capa es diferente a las demás con unas características concretas, pero a la vez está relacionada con todas las otras. El conjunto de nuestro ADN no podría activarse y proceder a la evolución del ser que lo contenga, a no ser que cada parte del mismo influencie y estimule al resto del conjunto. Con esto quiero decir que una capa activada hace que otras también se activen, como el efecto dominó, donde todas las fichas están de pie una al lado de otra, y haciendo tú un gesto, hace que todas las demás también caigan, es decir, queden influenciadas e implicadas. Lo mismo sucede con las leyes espirituales. Cada una de ellas es única, pero están implicadas con otras, y cuando integramos una en nuestro interior, hay otras que también se activan. Todas, absolutamente todas están relacionadas.
Todo verdadero aprendizaje relacionado con nuestra alma está dirigido a una interiorización del ser y a una toma de consciencia y responsabilización de nuestra vida. Esto conlleva otros aspectos que nos hacen elevar todavía más, aunque sólo hayamos dado un solo paso.
Todo aprendizaje es una gran aventura, y sobre todo, cuando es consciente por parte de quien lo vive. Cuando te permites experimentar, aceptar y estar abierto a todo lo que pueda presentarse ante ti, como regalo de la vida, entonces, es cuando puedes llegar a entender que no hay nada porque sí, y todo lo vivido tiene su sentido.
Otro de los aspectos que está relacionado con el aprendizaje espiritual, es el tiempo. Sabemos, y se ha dicho muchas veces que “el tiempo no existe”, espiritualmente hablando. Bien, cuando nos encontramos en medio de una situación no querida a voluntad inicialmente, es cuando te das cuenta que el tiempo desaparece de tu campo de visión. No lo tienes en cuenta, aunque sí los días, o ciertos días, debido que parece que los hayan creado exclusivamente para ti, para que puedas hacer con ellos lo que tú quieras. Exactamente es así, porque hay momentos que no sabrás qué sucederá aquel día, y esto sucede cada jornada al despertarnos, siendo unos instantes donde sólo te queda ir a tu interior y hacer aquello que te gusta o te gustaba hacer cuando no hacías la tarea principal diaria. El tiempo desaparece, viviendo solo el presente, dándote cuenta cómo de rápido va pasando cada intervalo, porque desconectas de él para dedicártelo a ti, sabedor que eres tú quien lo tiene que llenar con tu actitud, tu acción, tu decisión y presencia, estés donde estés.
Estás tan centrado en tu presente, que cuando miras un poco hacia atrás, ya ves que ha pasado un mes, medio año, o dos años, sin darle más importancia, pero todo lo que habrás hecho te habrá servido para sentirte bien, porque en el fondo, esto es lo que importa. O el tiempo puede contigo y te hunde, o te elevas por encima de él y lo superas. En estos casos es una bendición tener todo el tiempo para ti. Solo, contando exclusivamente contigo mismo.
Cada día es una oportunidad para dejarte llevar por las sorpresas preparadas para ti. Hemos de aprender a crearnos bienestar estando en una tempestad. Viviendo momentos de grandes borrascas, turbulencias, e incluso, de huracanes que barren todo lo que encuentran ante sí,  aprendamos a estar en medio de este huracán en todo momento, en el ojo del huracán donde reina la paz. Estando aquí observa a tu alrededor, donde todo parece estar desubicado de su lugar adecuado, pero la gente continua viviendo como si fuese este desorden, su estilo habitual de vivir. Todo y así, la sensación de saber estar centrado en el centro de tu ser, te permite sentir  la paz que sientes y el Amor que te rodea y se acurrucándose en cada una de tus células.
El tiempo desaparece cuando tú eres tú, porque éste no hace mella en tu físico y parece no acompañarte, con todo lo que esto representa, teniendo más vitalidad y un rejuvenecimiento de tu soporte físico.
Es en momentos como éste, donde no piensas en el tiempo, porque eres tú quien lo crea, lo alarga o lo acorta. Eres tú quien lo hace desaparecer al ser tú. No importa la edad, porque lo que se entiende como años, también desaparece de ti, porque estás centrado en aquel quien eres, y cuando dejas que la Divinidad que hay en ti y tú eres se manifieste, todo se vuelve intemporal.
Os puedo decir que no hay tiempo. Cuando dejamos que todo sea Presente, entonces, vivimos más tiempo, de lo que se conoce a nivel terrenal como tiempo, y con una mejor cualidad existencial. Espiritualmente no existe el tiempo, ni el pasado ni futuro, porque el único momento de poder para cada alma es el presente junto con el libre albedrío. La manera de utilizarlo, según el grado de consciencia de cada uno, nos va a llevar a este bienestar nombrado anteriormente y a una visión de la vida, más allá de lo humano.
Todos somos seres completos y divinos. Lo importante es sentirlo, debido que lo tienes integrado, y no tener solo el conocimiento que así es. Ha llegado la hora de mostrarnos tal como somos. Cada uno sigue su proceso en medio del lugar adecuado para poder recordar e ir dejando su humanidad para dar paso a su divinidad.
No hay tiempo.
No hay nada que no sea tú mismo.
La vida te apoya para avanzar según tú sientes. A veces debemos de dejar ir para encontrarnos solo, con nosotros mismos. Entonces, es cuando empieza los mejores momentos, los más intensos para llegar a nosotros.
Sólo el Amor existe y es desde el Amor que podemos llegar a nosotros. El pasado está basado en nuestra parte mental. Dejemos que se libere, porque los tiempos vividos en nuestro presente se basan en el corazón. Él os dirá qué hacer y la respuesta adecuada a la situación que viváis.
Escuchad vuestro corazón, para poder elevar vuestra vida y vuestra alma.
Todo aprendizaje es una puerta abierta a un nivel superior de sabiduría. Esta sabiduría se obtiene por haber vivido el conocimiento que podéis llegar a tener. Sólo la experiencia particular puede llevarte a la obtención de la maestría.
La vida continúa.  Sentid el agradecimiento por todo lo vivido y aprendido.

Que la Paz y el Coraje sean en cada uno de vosotros para seguir el camino de vuestro interior, y que este año 2017 podáis cruzar la puerta de vuestra completa manifestación.

Mi Amor está en cada uno de vosotros.


martes, 10 de enero de 2017

No mires tanto al horizonte




No mires tanto al horizonte. Lo que tanto anhelas se encuentra en tu presente. No es físico. Tu realización no pertenece a la materia, sino a la manifestación de aquel quien eres. Recuérdalo, porque por más mirar en la lejanía para poder divisar lo que tu corazón te hace sentir, te hace ver una realidad que no es la que tu alma debe de vivir en estos momentos.
Vive tu presente y siéntelo dentro de ti. Él te irá llevando de la mano. Deja que todo sea, y acepta la inmensidad de lo que ahora estás viviendo porque sus pasos te llevarán a donde sientes. Acepta estos momentos porque tienen un sentido sagrado para tu alma. (Pausa).
Más allá de tu presente existe una vida esperando presentarse según tu sentir y tu mente. Los años han permitido cruzar este año. Lo que conocéis como 2017, os llevará a la elevación de vuestro ser, al haberos responsabilizado de vuestra vida. Aquella con la cual siempre soñasteis, ahora llama a vuestra puerta. Confírmala y abrázala desde el corazón, porque será desde aquí donde recibirá las energías adecuadas para empezar a materializarse en cada uno de vosotros el sentido por el cual nacisteis esta vez.
El Hogar estará con vosotros, para todos aquellos de corazón abierto y oídos atentos a todo lo que uno pueda llegar a sentir o recibir más allá de esta dimensión en la cual nos encontramos.
Ten Fe y responsabilízate de tu vida.
¿Qué vida quieres?