miércoles, 30 de noviembre de 2016

La Fragancia de tu Esencia

Y el jazmín esparció su esencia para dar de la mano al aire, y juntos, aromatizar la tierra donde había nacido”.

Por fin llega la Entrega, a cada uno en su instante, siendo entonces donde se puede sentir la fragancia de la existencia. Tu vida se eleva y, desde la cima de la Aceptación, del Fluir y la Fe, puedes apreciar la belleza de aquel quien eres emanando el Amor de tu Fuente interior y sintiendo en tu corazón la Unicidad y el Amor del cual fuiste creado. Un manantial irradiando la Luz de tu ser y la Serenidad de saber y haber recordado aquel quien, en el fondo, siempre fuiste.
Ahora, ha llegado el momento de esparcir tu esencia por este amado mundo. Tu interior llama a la puerta de servir a la Divinidad que siempre se ha acurrucado en tu interior esperando ser reconocida.
Ahora ha llegado el tiempo donde lo humano deja lugar a lo divino, donde aquel quien fuiste deja paso a quien eres y has sido en todo instante de tu existencia encarnada. Ahora has recordado que tu esencia no es humana, sino divina, y esta divinidad será la que empezarás a manifestar a partir de ahora.
Este instante es cuando recuperarás tus fuerzas para hacer frente y avanzar con la fortaleza de tu naturaleza para travesar las tempestades que hasta ahora, quizás, hayas podido estar viviendo.
Son tiempos de reafirmación y empezar a brotar en la luz que hay en tu interior, para mostrar tu belleza y tu amorosa esencia, regando así, los campos fértiles de tu andar para ir recogiendo los frutos tan esperados.
Ahora es el tiempo de la recolecta para muchos de vosotros. Abriros y dejad que el sentir de quien sois os lleve a la realización en vuestra vida actual y a la manifestación del verdadero ser que sois y siempre fuisteis.


“El jazmín sintió la plenitud en su interior al verter su aroma único e inconfundible, recordando a su entorno que la belleza se encuentra en ti y el universo nunca te olvida. Al inspirarlo, tu interior se transforma y te recuerda la armonía y el bienestar que siempre fuiste”.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

La Sabiduría del Sentir

No me preguntéis quien soy.
Sentidme y sabréis de mí. Mirad lo que hago y mi actitud ante la vida, y sabréis de mí. Mis pasos os indicarán aquel quien soy. Mis silencios os hablarán y os harán sentir quién hay dentro de mi materia.
Aquel que siente mi esencia y respeta mi naturaleza ante la vida,…. puede llegar a percibir el verdadero ser que soy.
Mi mayor presentación es mi ejemplo. Por favor, no me preguntéis quién soy porque aquel quien quiera conocerme, que sienta mi interior. Él os hará saber toda mi esencia. Sintiéndola ya no tendréis más necesidad de preguntar: ¿y tú quien eres? No queráis obtener una etiqueta de mí. Sentidme, abrid vuestro corazón y sabréis más de lo que representa un enunciado intelectual
Prefiero mostrarme con mi presencia, con mi ejemplo, aquel quien en verdad soy. No importan las palabras, etiquetas que nos definen según unos cánones establecidos y más o menos conocidos. No queráis etiquetar a nadie, porque nadie es según lo definido. Todos vosotros sois mucho más que uno o unos conceptos racionales. Decir “administrativo”, es no decir nada de la persona en sí, de su interior, de su naturaleza y manera de ser. Decir que es “terapeuta”, tampoco nos dice nada de cómo es en verdad este ser.
La mayoría de las etiquetas convencionales os llevarán a encasillar a alguien con vuestras creencias, y cada uno es mucho más de lo que podéis llegar a percibir mentalmente de él. Somos seres con grandes capacidades para realizarnos de maneras diferentes. Todo oficio o actividad representa, la mayoría de las veces, una visión no real de la situación y de la manera de ser de alguien.
No etiquetéis. No preguntéis quién es alguien, en todo caso, “¿qué haces? ¿Es lo que siempre has deseado hacer? ¿Sientes que es el camino a seguir?” Estas cuestiones serían más acertadas para conocer a alguien que no “¿quién eres?”. Normalmente te dirán según su visión personal, no quién es.
Preguntar por preguntar. ¿Qué más da quién es aquel con quien estamos en estos momentos? Lo importante es lo que sentimos estando con él. Lo demás sobra, porqué ya iremos dándonos cuenta del verdadero ser que es, sintiéndolo. Escuchad a vuestro corazón, que él os dirá la verdad de la situación que estáis viviendo y con quien estáis viviendo. Una vez lo sentís, llevad a término su guía, porque os está indicando la mejor dirección para vosotros.
No preguntéis quién es el otro, sino, cómo ha llegado hasta aquí, debido que, lo que os hace sentir os agrada y os da bienestar. Vuestro corazón os hablará alto.
En mi caso, hay otra pregunta que no tengo una etiqueta para definir en una sola palabra, y es cuando se me pregunta: “¿y tú qué haces, a qué te dedicas?” Durante años he recibido multitud de etiquetas, de nombres que se relacionaban con mi misión en esta vida. Durante años procuraba decir algún nombre que los que me preguntaban podían llegar a entender, pero siempre no representaba lo que realmente hacía y no me sentía identificado. Era, todo y así, una manera para acercarme a los demás y poder llegar a ellos.
La gente a veces necesita una confortabilidad para sentirse seguro y pensar que está en buenas manos. Todo es mental. Sus corazones cerrados no permitían entender la grandeza que cada uno es, empezando por ellos mismos.
Fueron pasando los años y ahora, cuando alguien me pregunta “¿y tú qué haces, a qué te dedicas?”, mi respuesta no es una palabra. Sencillamente, con el tiempo, me fue llegando el qué decir ante situaciones como estas. Mis palabras pueden ser entendidas o no. Si así es, los oyentes entienden mi obra, y si no lo entienden, sencillamente escuchan y dejan de preguntarme.
Todavía, actualmente, hay un gran distanciamiento entre lo que uno hace y lo que le gustaría hacer. Cuando interior y exterior coinciden a voluntad de uno mismo, entonces, aquel quien eres se manifiesta con todo su resplandor ante el mundo. Cuando no es así, la vida nos ofrece un aprendizaje para aprender a perder los miedos y empezar a dar pasos hacia nosotros mismos, empezándonos a mostrar tal como somos y dirigiéndonos hacia aquello que sentimos. Cuando nuestra obra está en total consonancia con lo que sentimos, entonces estaremos llevando a término aquello que hemos venido a hacer, siguiendo el camino ascendente de nuestra misión.
Es en estos casos, cuando hay una realización en nuestras vidas, sintiendo la felicidad, el gozo y el Amor en cada acto que realizamos. Nuestro proceso, entonces, va acelerándose hasta liberarnos de todos los apegos y abriendo nuestro corazón de tal manera que, llegado el día, veremos la necesidad de hacer la Entrega de nuestra vida a las manos de nuestra Divinidad.
Entonces llegaremos a entender, a niveles superiores, nuestra existencia y el camino a recorrer dentro de nuestro proceso.
Será el Amor quien nos guiará y protegerá.
Será el Amor quien nos hará ver claro y discernir.
Será el Amor quien nos hará sentir la plenitud en nosotros, dejándonos llevar, cada vez a niveles más altos por aquel quien en verdad somos.
La vida, entonces, dejará de ser tuya para cruzar el umbral del servicio a la humanidad y a todo el planeta en el cual habitamos.
Nuestra Luz y nuestro Amor serán los espejos para todas aquellas almas predispuestas a escuchar y a sentir.
La mayoría de las veces no es necesario preguntar para saber. Sintiendo conoceréis la verdad.
No preguntéis, ¡SENTID!



miércoles, 16 de noviembre de 2016

Alma en éxtasis contenido


En estos momentos un alma siente la plenitud y la serenidad de estar con su estado prístino, más allá de su condición humana como ser.
Estando en la elevación de su existencia puede vislumbrar y discernir todos los caminos que traviesan la sabana existencial y las aportaciones en cada camino para poder elevar al alma, cuando, en el lugar y momento adecuado deba de encontrarse con ellas.
Las bendiciones están extendidas en cada sendero por más pequeño y aparentemente escondido pueda llegar a estar. No hay toma de caminos que no nos lleven a nuestra esencia.
Estando esta alma en la cima del desapego terrenal puede divisar toda actitud y sus consecuencias para aquel que decida emprender su viaje en aquella dirección.
Estando desde aquí puede ver los caminos creados por el mismo ser encarnado, en el momento de su encarnación. Todo es calma y aceptación desde donde nuestra alma puede observar las veredas de nuestra vida y los atajos existentes para poder acortar el trayecto hacia nuestro sentido en esta vida. Hay calma, paz y una inmensa tranquilidad en este estado que te permite sentir aquel quien eres y ver las posibilidades de tu vida para poder tomar el camino adecuado para la elevación de nuestra alma.
Desde aquí podemos percibir y darnos cuenta de todos los actos pertenecientes del desamor aparente en el mundo donde nos encontramos.
Desde aquí donde nuestra alma se encuentra puede ver los acontecimientos emergentes dentro del proceso de evolución de la especie humana. Aquí no hay duda. No hay crítica ni juicio, solo percepción clara y nítida sintiendo el Amor en cada acto supuestamente adverso a la condición humana y el camino a seguir hacia la elevación de la humanidad y el planeta.

Apártate del árbol que no te deja ver el bosque

En este estado de elevación puede verse el proceso que está siguiendo cada alma encarnada y los resultados a conseguir en su momento. Nada es lo que parece. Pudiendo ver y sentir con intensidad el amor que hay en cada acto y situación creada, nuestra alma expande su esencia abrazando a todas aquellas otras energías que la acompañan, formándose una Unicidad con todas ellas. Siente el Amor hacia ella y ella irradia su  esencia amorosa a todos aquellos seres luminosos que la rodean y con ella están.
Nuestra alma sabe de lo que realmente es la Plenitud existencial. Solo el Amor puede llevarte a ella. Sintiéndola se transciende todo lo terrenal, lo físico que pueda haber en ti. Sientes la liberación absoluta de tu ser y permites que la puerta de la mayor paz existente abrace cada una de tus células sintiendo conforme debes de dejarte ir y ser llevado según tu naturaleza superior en ti. Sabes que nada debes de temer y que tus pasos serán guiados por un Amor Superior, habido en cada uno, esperando ser reconocido en su momento para activar y despertar cada una de las consciencias y permitir que la intencionalidad inicial de nuestra presencia en esta vida pueda ser manifestada tal como se acordó anteriormente.
¡Qué paz habita en un alma encontrándose en plena contemplación desde la elevación donde ahora se encuentra! Hay una sensación conforme todo está en orden y realizándose según la Voluntad inicial.
Todo debe de realizarse sin quedarnos con el detalle, porque éste nos puede llevar a una distorsión del sentido del acontecimiento. Más allá de su presencia, hay una finalidad superior donde el presente actual nos llevará a la realización de cada alma y a una Unicidad cada vez más firme, fuerte y amorosa entre todas ellas. La Tierra está viviendo momentos de grandes cambios. A veces, estos cambios requieren almas que revolucionen o vayan en contra de lo establecido para remover a las otras almas y así, despertar las consciencias y derivarse a la responsabilización de cada uno para poder crear y vivir la vida que siente en su interior. Los adormecimientos y resistencias crean seres y situaciones que hagan despertar a las almas dispuestas a abrir sus corazones y vivir desde ellos.  Más allá de un suceso o situación aparecida, supuestamente adversa y asociada al desamor, hay un sentido espiritual para remover y activar las consciencias del mundo que se vive y así poder establecer una nueva tierra donde amar, aceptar las diferencias, respetar, escuchar y comprender sean los pilares de la resurrección del recuerdo en cada uno para poder manifestar, cada vez más, la Luz que cada ser alberga en su interior y su verdadera naturaleza amorosa para sentir la UNICIDAD, no tan solo con sus seres más cercanos, sino con la Familia a la cual todos pertenecemos más allá de este plano dimensional.
Nuestra alma siente el sosiego de encontrase en este estado de éxtasis contenido al poder ver y sentir como el proceso que la humanidad está siguiendo la llevará a una vibración más elevada y a una manifestación de la Luz y el Amor que cada uno es. Desde el lugar que se encuentra recibe las energías de emoción y alegría del Hogar al poder ver cómo la Gran Voluntad Superior será llevada a término con éxito.
Lo vivido actualmente sólo es parte del proceso para llegar allí.
Más allá de lo físico y la forma, se encuentra el fondo, la esencia y el sentido por lo que vivimos cada experiencia en esta vida y el por qué de lo sucedido en cada rincón de nuestro amado planeta.

Sintiendo el Amor en ella, nuestra alma, conocedora de su misión en esta vida y del sentido de nuestra existencia, siente una fuerte sensación de agradecimiento por estar viviendo estos momentos cruciales de la evolución del planeta y la humanidad. Sabe por qué está donde está y el motivo de su presencia en esta encarnación. Está contenta y feliz por estar donde ha de estar según la Gran Voluntad.
No hay mayor satisfacción que ser consciente de tu vida y poder percibir el sentido de lo existente y tu papel en cada presente vivido.


Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros. 

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Con el maestro

Una vez, un discípulo avanzado quiso ir a hablar con su maestro para comentarle una situación que estaba viviendo en relación a su formación y al punto que había llegado hasta ahora. Éste se acercó donde el venerable se encontraba, y a unos pocos metros se detuvo porque vio que parecía estar meditando.
Esperó unos segundos cuando su maestro inclinó la cabeza como si estuviera despidiéndose de alguien, y a continuación se giró viendo a su discípulo mirándole y esperando que se le diera el consentimiento de poder avanzar hasta donde su tutor se encontraba.
-         Siento cierta inquietud en ti, amada alma – le dijo el respetable anciano. ¿Qué es lo que inquieta tu interior?
-         Maestro, mi camino me ha llevado alto, donde puedo ver y darme cuenta del sentido de lo que sucede, pero desde hace un tiempo hacia aquí, que siento el dolor de este mundo en mi interior. Siento el desamor existente en las cuatro direcciones de este mundo. Mi corazón siente este dolor de los que habitamos esta dimensión. Parece como si cada vez percibiera y sintiera con más nitidez e intensidad todo el malestar existente en la esencia humana. Parece como si este dolor, por momentos, fuera el mío, aunque así no sea porque siento aquel quien soy en mí, amansando mi corazón y algún que otro pensamiento pidiendo paso. (Pausa).
-        
-         Maestro, agradecería unas palabras para entender y poder aceptar estos momentos donde el dolor de la humanidad se encuentra en mi interior.
-         ….(silencio por parte del maestro)
-         ….(aguardando sus palabras)
-         Has aprendido a escuchar a tu corazón. Has llegado a la sabiduría de la existencia. Tu corazón, ya no solo es oído, sino que te habla, amada alma, muy claro y alto. Sabes cómo volver a sentir aquel quien tú eres. (Pausa larga).
-         …. (el joven seguía en silencio escuchando y sintiendo la presencia de su mentor).
-         Cuando se ha abierto el corazón y se recibe más allá de tu presente y cercanía, sintiendo la compasión que tú sientes,……es que ha llegado tu hora.

El joven escuchaba atentamente y en relación a estas últimas palabras preguntó:
-         ¿Mi hora, maestro?
-         Ha llegado la hora que dejes el monasterio porque las almas que hay más allá de este recinto te esperan. Ha llegado la hora de tu servicio. Empiezas a sentir la necesidad de los que te rodean, de todos tus hermanos. Ellos te han llamado, y ahora tú, sientes la invocación de sus almas. (Pausa).
-        
-         Debes de dejar este lugar porque tu ser ya se encuentra preparado para llevar a término aquello que has venido a hacer y que ha dado sentido a tu presencia en este lugar. Ahora debes de ir al otro lado de estos jardines para transmitir y ayudar a todos aquellos que te esperan. No estarás solo porque tu Hogar te acompañará allí donde vayas y por ellos serás protegido. Escucha a tu corazón que será el nexo con tu Hogar.
-         Maestro – interrumpió el joven, ¿seguro que estoy preparado para lo acordado?
-         Hijo, no dudes nunca de tu corazón. Aquel quien yo he sido para ti, ahora tú serás para todos aquellos que en tu camino encontrarás y dispuestos a escuchar y abrir sus corazones. (Pausa).
-        
-         El tiempo que has estado con nosotros te ha ayudado a recordar y a conectar con aquel quien en verdad eres. No temas. Ya nunca más estarás solo. Ha llegado la hora que el discípulo se convierta en maestro.
-         Pero si necesito alguna respuesta o aclaración en mi camino, en mis obras, ¿podré venir a preguntarte?
-         Tu mente parece que no te deja dar este paso tan deseado por tu alma. Ten Fe, y deja que tu corazón te guíe. Recuerda que la maestría ya se encuentra en ti.
Habiendo dicho estas palabras, el maestro se dispuso a dar unos pasos para dirigirse a la puerta y continuar su camino, cuando el joven dijo:
-         ¡Maestro! Gracias por todo y por tu presencia en mi vida – mientras bajó su cabeza en señal de agradecimiento.
El venerable le sonrió. Le devolvió el gesto y prosiguió su andar tranquilo, irradiando una paz y una serenidad que solo las viejas almas pueden irradiar.
A partir de estos instantes el joven se dirigió hacia una de las puertas del monasterio. La cruzó y sintió la emoción intensa del recordar estando en el Hogar y que en poco volvería a encarnar en el ser que ahora es. 
Sabía que todo iría bien.


Se alejó de donde hasta ahora había sido acogido, bajando la colina y dirigiéndose hacia el pueblo, sintiendo el Amor y la Plenitud de saber que le había llegado su hora.  

jueves, 3 de noviembre de 2016

Estando en el Hogar

Hay aspectos, que cuando uno llega al Hogar, o dentro de sí, llega a sentir el Hogar con todo su resplandor, se da cuenta que hay aspectos que nos enseñaron en vida física que no se corresponde bien con lo que en verdad es.
Uno se da cuenta que lo vivido y la manera de entenderlo desde lo encarnado no es exactamente tal como es en el Hogar cuando en él estás. Cuando dejamos este vehículo físico, habiendo estado en “vida” en contacto constante con nuestros Hermanos Angelicales o interdimensionales, nos damos cuenta de lo que es realmente el Hogar.
Muchas veces estamos en él desde lo aprendido en esta dimensión en la cual nos encontramos, pero solo es una visión según lo que nos enseñaron. Cuando alguien consigue desprogramarse de lo aprendido y abre su corazón y todo su ser a la Verdad, habiendo obtenido la sabiduría del recordar quienes somos, transmitiéndola desde las palabras que conocemos y las imágenes según lo leído y aprendido en esta vida, entonces, no siempre se corresponde con lo que es en verdad.
Ahora, queriéndoos transmitir alguno  de estos aspectos procedentes del Hogar, siento como si las palabras les faltara la fuerza del sentimiento. Cuando un corazón mantiene su puerta abierta, es entonces cuando podemos darnos cuenta de lo que es en sí, al sentir el Hogar en uno mismo.
Hay, como ya he dicho antes, quien está rodeado de nuestros hermanos celestiales, colaborando juntos en la misión que uno ha venido a hacer en esta vida física. Cuando se vive conectado con quiénes somos y toda la Familia Celestial, entonces, estando en el Hogar diariamente, colaborando juntos en la aportación de instaurar el Gran Plan Divino en este mundo, entonces, y solo entonces, podemos darnos cuenta del gran sentido y la comprensión de toda nuestra existencia, tal como la Voluntad Inicial se inició.
Hay veces que se actúa desde lo gráfico, las metáforas, las historias y cuentos iniciáticos, para que el humano en fase de ascensión pueda ir entendiendo su proceso y dar pasos hacia su autoconocimiento. Son las palabras y la emisión de algo más allá de lo físico, pero a veces, es lo que se tiene más a mano para poder llegar a todas las almas que nos rodean. Muchas veces, estando encarnados percibimos algo superior a nosotros y miramos de entenderlo según la experiencia vivida por cada uno, y lo recibido en la instrucción habida a lo largo de nuestros años. A veces, como decía, no es exactamente tal como nos lo imaginábamos o creíamos, porque nuestra densidad física nos hacía tener cierta precaución a la hora de transmitir lo recibido y sentido.
Cuando transcendemos, al dejar nuestro pasado en esta dimensión, solo llevamos con nosotros nuestra energía con toda su información. Nuestro Amor se manifiesta entonces, en el grado obtenido a lo largo de nuestro proceso.
Dejar nuestro vehículo te hace sentir la plena libertad de quien en verdad eres. Dejas que tu Amor se expanda tanto como quiera y es, desde el desapego absoluto y la fuerza del Amor en ti que te permite sentir y entender aspectos, que estando en lo físico, y en circunstancias terrenales, quizás no te permitían verlo desde la mayor visión elevada que un ser puede llegar a ver y entender cualquier situación experimentada a lo largo de su proceso y en la obra activa de su misión.
De ahí la importancia de ir recordando cada vez más aquel quien en verdad somos y poder sentir el Amor, en nosotros y poderlo vislumbrar e irradiarlo también, en todo aquello que vivamos y veamos. Todo es Amor, y cuando este Amor Supremo que cada uno de vosotros sois se manifiesta, entonces, podremos ver con mayor claridad el sentido de cada instante y de cada acto que cada uno vive y los pasos de esta humanidad, con todos los acontecimientos de cada uno de los países, dándonos cuenta que nada es lo que parece. Somos Amor, y solo el Amor puede restablecer la armonía entre todos los seres que habitamos este rincón del universo de una sola luna.
Cuando dejamos nuestro cuerpo y transcendemos entramos en contacto con nuestra verdadera esencia y en las energías de nuestro verdadero Hogar. Es entonces cuando sentimos la pureza, el Amor, la plenitud y la compañía de todos nuestros Hermanos celestiales que nos reciben con los brazos abiertos para darnos la bienvenida de nuestra vuelta al Hogar, después de seguir un proceso de aprendizaje, habiendo dejado nuestras energías para todos aquellos que las hayan podido necesitar, dando un apoyo y un sustento mayor a la elevación energética de nuestro amado planeta actual y a toda la humanidad.
Uno de estos aspectos donde percibimos con una mayor claridad y profundidad es el hecho de no haber destino. En el Hogar no existen los destinos, sino la predisposición de cada uno para Responsabilizarse de su vida. Somos presente, y el destino es futuro, por lo tanto, como el tiempo no existe, espiritualmente hablando, el concepto que tenemos no es el correcto, porque el tiempo no existe.
No existe el Destino, y sí la Responsabilización de llevar a nuestra alma al encuentro de quienes somos en verdad y a la unicidad con cada una de las otras almas que nos rodean. Desde el Hogar lo vemos todo diferente, y de una manera muy sencilla y amorosa, porque todo es Amor, como ya he dicho, y solo desde el Amor podemos entender nuestra vida encarnada y el sentido con el proceso del universo y nuestra relación con él.
El destino es algo terrenal, algo que el ser humano en su no-consciencia creó para justificar todo lo que le estaba sucediendo, rechazando toda responsabilidad en su proceso. Este estado de no implicación en su sendero le llevó al estado de víctima, de un ser sin amparo y sin poder hacer nada para cambiar lo que estaba viviendo.
Los tiempos que estamos viviendo actualmente, nos están llevando de una manera acelerada a la responsabilidad de cada uno en su proceso para llegar a sentir aquel quien en verdad es. La consciencia va apareciendo cada vez más para esta comprensión. De ahí la importancia de recordar aquel quienes somos porque nos va a hacer responsabilizar, cada vez más de nuestra vida, y por lo tanto, de retomar el poder  de la creación en nosotros y obtener un aprendizaje importante para dar nuevos pasos hacia nuestro camino de la Ascensión.
No hay destino, con todo lo que esto comporta. No hay ignorancia de lo que nos puede deparar la vida, porque nosotros somos el Camino, la Verdad y la Vida, tal como el maestro Jesús nos anunció. Si nosotros somos la fuente de creación de nuestra existencia, esto comporta que no hay “peros que valgan”, porque somos capaces de instaurar la paz en nuestra vida y crear bienestar en nuestro interior. No hay excusas ni argumentos que puedan justificar nuestros actos, porque todo lo vivido solo es fruto de nuestro proceso de aprendizaje.
Cuando llegamos al Hogar podemos sentir y darnos cuenta a cada instante que todo “está en orden, es simple y sencillo y somos respetados por nuestra presencia, vibremos de la manera que vibremos. Todo se convierte en claridad y en una sensación de ser abrazado y respetado por el Amor tal como es, este Amor puro e incondicional que en la dimensión de nuestro planeta no siempre es interpretado así. Es un Amor de la mayor pureza que uno haya podido sentir en sí mismo. Te das cuenta que nunca has estado solo en este plano terrenal y que nunca lo estaremos. Solo era cuestión de abrir nuestro corazón y permitir que nuestros Hermanos de la Luz sean Uno con nosotros. Nuestra Luz y las suyas se unen para crear una de sola, y el sosiego y la plenitud sentida es única e inmensa. No hay palabras para explicarla. Uno debe de sentirla para poderla entender y sentir la magnificencia de ella y en el plano terrenal.

No hay mayor sensación de plenitud que poder sentir el AMOR en uno mismo, porque entonces abriremos las puertas del Hogar en nosotros, y cuando colaboramos conjuntamente en este plano que nos encontramos de lo físico, éste parece desaparecer para ir más allá de lo supuestamente limitado, sintiéndote acompañado y protegido en todo momento, pudiendo llevar a término aquello que has venido a hacer según el Gran Plan Divino establecido para esta vivencia en la materia.
Cuando sientes la Gran Hermandad en ti, siendo y sintiéndote Uno con ella, entonces, te das cuenta de la sencillez de la vida, de tu capacidad para crear la manifestación de tu realización en este plano y del Amor que rebosa de tu corazón hacia todas las almas que en este plano habitan.
Podemos saber y sentir el Hogar estando encarnados, pero cuando transcendemos, podemos verlo con una mayor claridad, según el proceso que hayamos seguido.  
El HOGAR no es algo externo a nosotros. Somos parte del universo, y todo el potencial asociado a él, se encuentra en nosotros como parte de él que somos . Yendo a nuestro interior nos encontraremos con la expansión de nuestro verdadero ser, en medio de nuestro universo interior, sintiendo y obteniendo la sabiduría al encontrarte a ti mismo. Es en nuestro interior donde podremos llegar a encontrar y conocer nuestra verdadera esencia y a todos nuestros hermanos celestiales, al igual que nosotros, pero con la pequeña diferencia que ahora nosotros, nos encontrarnos con un físico que nos permitirá llevar a término la esencia de nuestra Gran Familia aquí en esta dimensión. Estando con ellos, todo tú dejas de ser tu nombre y apellidos para convertirte en el ser libre, amoroso y en paz para extender nuestro universo con el Amor que eres. Sentiros y llegaréis a saber de aquel quien en verdad sois. Los ángeles, la Hermandad Blanca y todo el universo estarán con vosotros y sentiréis vuestra unión con algo superior que os permitirá saber que nada de lo vivido en la Tierra es lo que parece desde la racionalidad. Con la consciencia empieza a aparecer la claridad de nuestros pasos y las puertas de nuestra realización empiezan a presentarse ante nosotros y a abrirse para que crucemos sus lindares y lleguemos ante la Luz de nuestra esencia, esperando nuestro recordar, para ser irradiada según el sentido por el cual respiraste por primera vez.

No siempre las cosas son exactamente como nos las han transmitido o instruido. Cuando dejamos que nuestro vehículo físico ya no nos acompañe y trascendemos, entonces es como, para la mayoría, si pudiésemos sacar el brillo de lo vivido, el pequeño polvo que haya podido haber en nuestras actuaciones, en nuestra visión de la vida que teníamos, y darnos cuenta del Amor que hemos transmitido y dejado para que, nuestro Amor plantado en la vida dejada, pueda algún día, ser recogido como fruto de la Verdad y como muestra que en el fondo, todos tenemos un HOGAR.
Nunca estamos solos.

Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.