miércoles, 6 de abril de 2016

Rhalemize (diario de un alma atrapada)

                                                                                                               
Rhalemize es una pequeña población dentro de mi interior. Actualmente vivo en ella desde hace mucho tiempo, tanto, que no recuerdo si en algún momento viví en otro lugar que no fuera en él.
A medida que va pasando el tiempo dentro de este lugar donde ahora habito me siento cada vez más atrapada, perdiendo la noción del tiempo y de mi capacidad para reaccionar a mi exterior. Parece como si él no se adaptara a mi interior, a lo que siento en verdad.
Los años han ido pasando, y el tiempo parece no existir aquí donde vivo. Solo existe el presente marcado por la desaparición de los recuerdos albergados en el pasado. Solo es presente y todos los que nos encontramos en Rhalemize parecemos extraños los unos con los otros, debido a la falta de comunicación entre nosotros. Hay una tristeza que nos invade, pero no es exactamente tristeza, sino un resentimiento común en todos y una impotencia por no haber vivido tal como todos queríamos. Nuestras relaciones son intuitivas, emocionales.
En este lugar, donde todos siguen una rutina, exactamente igual al día anterior, y éste, al anterior y así sucesivamente, se crea una alteración cuando alguien propone algo nuevo en nuestra cotidianidad. Nos alteramos y miramos con recelo todo lo nuevo porque nos evoca a nuestro proceso de sumisión. Sí, todos los que en Rhalemize nos encontramos, procedemos de un pasado de fuertes influencias externas, dominantes, rígidas y de instantes de imposición en nuestra vida. Todas las almas que habitamos este lugar, venimos de un pasado, ahora desaparecido, y una falta de apoyo y consuelo en nuestros primeros años de vida. Ahora nos vemos abocadas a convivir en la más absoluta dependencia de quien nos rodea y ama.
Rhalemize no es un lugar de veraniego. Tampoco de fin de semana. Aquel quien llega para instalarse, ya no puede salir de allí, debido que el camino de llegada desaparece ante ti, quedándote sola en un espacio donde la pérdida de orientación te coge de la mano para llevarte a la actuación de una visión de la vida distorsionada y mecánica, donde no hay cabida para la espontaneidad. Aquí tú solo eres tú. Solo eres presente sin más motivación que el sencillamente ser y estar, sintiendo tu interior.
La vida deja de tener sentido una vez llegas a esta población. Es una opción en el camino donde muchos deciden pasar los últimos años de su vida en ella. Una vez llegas, hasta ahora no hay vuelta atrás, solo una sensación inconsciente de dependencia, yendo a más hasta que nuestro ser pasa de adulto a bebé nuevamente, donde ya no controlas nada y vas encerrándote cada vez más en tu interior, en Rhalemize. Hasta ahora, todos los que han llegado no han salido. Parece ser como si fuera un lugar de acogida para los marginados de la vida.
Cada uno llega con su pasado, pero la puesta en común entre los que aquí nos encontramos, vemos que hay unos puntos en común que nos ha llevado a alejarnos de la realidad que vivíamos antes de emigrar involuntariamente hacia la necesidad de una dependencia que va en aumento a medida que pasan los meses.
Rhalemize no sale en los mapas, porque se encuentra en el interior de aquellos que han decidido construir una vida alejada de uno mismo. Los de la bata blanca (médicos), tampoco saben exactamente el funcionamiento de esta población. Saben de su existencia, pero no la manera exacta de las leyes que la rigen y el sentido de ellas. Están perdidos, basándose en algunos de los síntomas que mostramos los que hemos llegado hasta aquí. Es imprevisto saber desde el raciocinio, quien dejará la realidad para viajar hasta Rhalemize.
Yo no me di cuenta que me iba alejando de mi entorno, mi familia, hasta que percibí que mi mente ya no era la que era. Mi memoria empezaba a difuminarse y no encontraba las palabras para expresar lo que sentía, aunque no siempre daba el paso para hacerlo. Alguna vez quise hacer ver a los que me rodeaban que yo también existía, pero no pude, porque no encontraba la manera de hacerlo. Me sentía insignificante. Por eso me enfadaba y me ponía nerviosa. Era conmigo misma, aunque el resentimiento que había en mí, hacía que dirigiera esta rabia de auto anulación contra quien yo creía que era el culpable, expresándola en forma de broma hacia la persona concreta y sintiendo un malestar en mí por no poder mostrarme tal como era.
Ahora ya casi no soy consciente de lo que sucede en mi vida. Siento que esta me va llevando a una rutina constante. A solo ser. Todos los que aquí nos encontramos sabemos del horario de todos, porque todos seguimos las mismas costumbres, hábitos y automatismos, día tras día. Nuestras palabras son tópicos, frases hechas, hasta que llega el día, que éstas también dejan de existir, entonces, solo nos dejamos llevar por quien nos rodea y está a nuestro cuidado.
Mi vida se va apagando, pero en el fondo no me desespero, porque empiezo a sentir la calma en mí, el sosiego de “no recordar” un pasado que me mantenía atada a la nulidad de mi persona. Ahora, mis pasos están siendo guiados, inconscientemente, por el dolor de lo que viví en mi vida. Siento la alegría en mi interior porque veo que soy amada por quienes me rodean. Lo siento con gran fuerza dentro de mí. Me siento muy lejos de lo que viven los demás, pero hay un sosiego en mí, al ya no tener preocupaciones. Mi vida, ahora, es presente y solo presente. No existe nada más. Mi cuerpo se va desmoronando, quejando y doliendo, viendo como mi movilidad va cada día a menos.
Mis anhelos ya no existen. No tengo ilusión por nada, ni motivaciones ni recuerdos exactos. Nada de nada. Solo mecanismos que me impulsan a hacer una y otra vez los mismos gestos, actos y expresar tópicos constantemente.
Me doy cuenta que vivir aquí me está llevando a los últimos días de mi vida, sin más que levantarme cada día y dejarme llevar como he ido haciendo a lo largo de mis años. Ahora ya no puedo hacer nada para romper este hechizo.
Yo ya no soy la misma. En algún lugar, me liberaré de este espacio donde me encuentro atrapada. Seguramente será la muerte quien venga a liberarme. Yo no me siento con fuerzas para deshacerme los nudos que me he ido haciendo yo misma con mi pasividad y mi rabia.
Me siento atrapada y mis pensamientos parecen que me han dado la espalda porque no los veo ni me vienen por mi mente. Ya no los encuentro como antes. Parece como si ésta estuviera vacía de todo contenido y me encontrara siendo llevada por un viento no querido hacia la descomposición de mi ser.
Aunque mi estado ya se encuentra bastante avanzado y no puedo valerme por mí misma, hay algo de mí que me dice que mi situación, viviendo en Rhalemize ayuda a aquellos que conviven conmigo. Mi situación ha hecho replantearse sus vidas, y ahora soy el punto de mira de sus decisiones. Sé que sus vidas también han cambiado, pero en lo más profundo de mí, siento como que un gran aprendizaje les estoy dando por el hecho de vivir aquí.
Ellos no se dan cuenta del sentido de mi presencia. Yo continúo amándolos, aunque noto como si mis pasos ya no fueran los míos. No sé hasta cuando sentirán mi amor hacia ellos. Reconozco que no lo muestro como quizás me gustaría, porque no encuentro motivación alguna ni el camino para romper con lo que viví.
Mi vida, diría que no fue perfecta, pero estoy contenta con los padres que tuve y mi marido. Mi obediencia y dedicación a ellos fueron creando el camino hacia Rhalemize. Ahora, ya estoy aquí. Ya hace tiempo que me encuentro en una vida que no es la mía, y que por momentos me gustaría cambiarla, pero ya no puedo. Ya casi no pienso en ello. No siento las fuerzas de otros tiempos, ni la voluntad que así sea.
Pausa larga.
En el fondo nunca me he amado, pero siempre he hecho lo que me han dicho que haga. Fui una niña obediente. Así me enseñaron y así me hicieron. Así lo hice hasta que un día llamaron a mi puerta y me dieron el pasaje para trasladarme a Rhalemize.
Ahora estoy aquí y no sé desde cuánto tiempo.

He escrito estas palabras, pero tengo que decir que no sé exactamente qué he puesto. No recuerdo nada de lo escrito. Sólo lo hago cuando siento lo que siento. Solo me queda el sentir, y eso, los que me rodean no lo saben. Ya no tengo pasado, ni futuro, porque ignoro si existen. Solo sé si el día hoy está soleado, porque me encanta el sol, o si estoy allí donde me siento bien en aquel instante. No recuerdo que sea nada más.
Me dejo llevar por algo inconsciente que me dirige, y que algunos llaman rutina.
Dejo que mi ser siga su proceso, porque aunque no sepa qué sentido tiene, algo dentro de mí me indica que aquellos que conmigo están, reciben un aprendizaje y mi amor cómo lo transmito.
(Pausa larga).
Me siento amada.

                                               
                                                RHALEMIZE

           
ALHEMIZER

ALZHEMIRE

ALZHEIMER


                                   

No hay comentarios: