sábado, 29 de agosto de 2015

La paciencia del Corazón


Desde hace días, vengo recibiendo consultas por las redes sociales, algunas de ellas coinciden en su contenido.
“¿Cómo puedo hacer para ponerme en contacto y ver a mis guías, a los seres de luz?, o, de un tiempo hacia aquí intento ponerme en contacto con Dios, hablarle para que me ayude, pero parece desoírme porque no veo ningún resultado en mi vida”.
Estas palabras son dos ejemplos sobre el hecho de poder comunicarte o entrar en contacto con los seres de luz, o el hecho de esperar que Dios intervenga en nuestra vida, y no siempre así es.
Conozco el camino hacia la conexión con nuestros hermanos de la Luz. Sé del proceso para llegar a tener la sensación y el abrir la puerta a ellos para relacionarnos de una manera espontánea, constante y con plena naturalidad como ahora tu y yo estamos unidos por estas palabras que estás leyendo. Nuestra relación es lejana, pero cercana a la vez. La energía de lo leído nos está uniendo. Es la energía lo que une o separa. Es la energía lo que acerca o aleja, lo que crea la inmediatez o la eterna espera.
Antes que nada quiero felicitarte, amada alma que has llegado a cuestionarte estas preguntas o de similares, porque quiere decir que tu corazón te habla y le estás escuchando. Parece que ha llegado tu hora, y esto nos honra a todos los demás. Valoramos tu interés y tus pasos hacia allí donde sientes en lo más profundo de tu ser. Preguntarse aspectos como estos permitirán que en su momento puedas hallar las respuestas y abrir la puerta hacia tu verdadero ser. ¡Sigue, continúa! ¡Adelante, porque el camino está despejado para que puedas llegar allí donde sientes que debes de llegar!
Parece ser que todavía no está siendo así, por lo que te cuestionas si lo estás haciendo bien o no. Amada alma, tu mente te está traicionando. Es tu mente que te da la sensación de tardanza o que no consigues nada. Es tu mente, con todo tu pasado, lo que has sufrido, tus dolores, tus melancolías y tus tinieblas, la que te ofusca, pero nada de eso es. Tu camino es firme y decidido. ¡No te detengas! ¡Continúa adelante, porque lo que vas a sentir será tu verdadero Hogar en ti!
La impaciencia de la mente quiere que todo sea “ahora y aquí”, cuando tú quieras, y el proceso no funciona así. No es cuando tú quieras, sino cuando estás preparada, amada alma, y no esperas, porque sabes que en su momento, así será. Tienes el convencimiento que así será, y lo que ahora estás haciendo te está llevando hacia la voluntad de tu corazón.
La impaciencia de la mente, distorsiona la realidad que estás viviendo en estos momentos. Tiene prisa por controlarlo todo, tu vida, porque así tu ser se siente seguro, pero todo es ilusorio, porque no hay nada que esperar, porque aquello que esperas ya es. Solo es tiempo de recibir y percibir lo que ya hay en ti y tienes. No hay nada que esperar y tenga que hacerse, porque todo ya existe. Todo ya es.
Ahora nos encontramos en tiempos de darnos cuenta de nuestro potencial y de la abundancia que hay en nuestra vida, a todos los niveles. Hemos entrado en la hora de empezar a recibir y abrir la puerta de la consciencia plena de la existencia, de nuestra existencia.
A veces, para llegar al nuevo paso de nuestro proceso, debemos de reposar para integrar todo lo que ya hay en nosotros y hemos adquirido. Cada vez que hemos orado desde el corazón, hemos abierto nuestra intencionalidad para que la sanación sea en nosotros, y este paso nos llevará a percibir de una manera más clara todo lo que esté en resonancia con el Amor, por lo tanto, con nuestros hermanos de la Luz y con la energía de más alta vibración que es el Amor. Durante este período parece que estemos estancados y que no veamos resultados en nuestra vida. Nada más lejos de la realidad que tener estos pensamientos. Estos instantes son la integración de lo que ya hemos hecho hasta ahora, para integrarse en nuestro ser, y así poder liberar y activar, un poco más nuestro ADN para llegar a manifestar nuestra plena esencia: nuestra Divinidad.
Mientras nos estamos renovando e integrando, por decirlo de otra manera, mientras nos estamos regenerando después de ya dar ciertos pasos, pensamos que estamos estancados al no ver resultados. ¿Cómo quieres recoger los frutos, si la tierra no se remueve y adoba, después de plantar las semillas? La impaciencia de la mente te hace distorsionar la realidad, diciéndote que al plantar las semillas recogerás en muy poco tiempo sus frutos. ¡Escucha a tu corazón! Él te dirá de la veracidad de tu proceso. Reposa. Acepta estos momentos que vives y recuerda todo lo que has hecho hasta ahora, y verás, seguramente, lo mucho que has aportado a tu proceso para que todo sea. Es ahora cuando todo se está integrando y preparándose para abrirte una nueva puerta que podrás percibir tus anhelos del alma.
Tu corazón es sabido. Tú eres un alma sabia cuando escuchas la voz de tu silencio interior, lleno de melodía celestial, serenidad y armonía. En ellas, sabrás la verdad de tu proceso. Sencillamente aquiétate y escucha tu interior. Esta paz que vas a encontrar será el altavoz conforme todo está yendo bien. Confía. ¡Ten el convencimiento que tus pasos te están llevando a tu voluntad inicial, cuando empezaste a querer cambiar tu vida o aspectos de tu vida. Sé paciente.
La impaciencia de tu mente te llevará al desconcierto y a ninguna parte.
La paciencia de tu corazón tiene el pleno convencimiento que todo es y será.
Aunque no veas los resultados esperados en estos instantes, no quiere decir que lo hecho no ha servido para nada. No hay ningún acto de amor que no active la materialización de alguno de los aspectos de nuestro potencial amoroso, divino.
No queráis ser llevados por la impaciencia, la dominancia rígida de vuestra mente. Una gota de agua puede pensar que está sola, pero siempre está acompañada por millones de gotas más, que como ella, siguen un curso hacia las aguas abiertas del mar o el océano, donde se unirán con otras, creando alimento para otros seres vivos.
Eres un ser maravilloso, amada alma, y no tienes ningún motivo para pensar que no estás siendo escuchada por la Fuente de la cual todos procedemos. Estos momentos de aparente quietud o estancamiento, solo es el preludio de tus pasos realizados, de tus oraciones o de tus visualizaciones emanadas desde la esencia más amorosa de tu corazón. Te mereces lo mejor, y por esto, ahora, nuestros hermanos ascendidos, de la Luz, están trabajando a tu favor. Deja que ellos también hagan su parte. Así lo acordasteis, al encarnar tu ser. Ellos, desde el Hogar, están y estarán siempre contigo. Nunca has estado sola, honrada alma. Ahora quieres darte cuenta de sus presencias. Bueno, quiero darte las gracias por haber llegado hasta aquí, todo y así, poderlos ver no es lo más importante, sino poderlos Sentir. Sintiéndolos apreciarás su amor, su paz, su compañía, su protección hacia ti, su armonía y la sensación plena de hermandad, de familiaridad. ¡Oh, sí! ¡Ya lo creo que la sentirás!, pero para llegar a este punto, debes de aprender a confiar, y a tener presente la paciencia de tu corazón. Él siempre está sereno. En él encontrarás esta serenidad y convencimiento conforme todo está yendo bien y siguiendo tu proceso.
La gota de agua nunca ha estado sola desde su nacimiento, así tú igual. Siempre ha estado acompañada por millones de otras gotas que confeccionaban el caudal que regaba los campos por los cuales pasaba y dibujaba la belleza de los rincones de la naturaleza por los cuales serpenteaba. Así tú, eres para todos nosotros. Eres parte del Hogar donde sólo el Amor rige cada uno de los pasos y obras que se realizan y, ahora, tu presencia está abriendo las puertas de esta consciencia de aquel quien eres.
Dios, el Amor siempre ha estado en ti. Siempre responde a la llamada de aquellos que con la fuerza del corazón deciden dejar su pasado para adentrarse a lo que han venido a hacer en estos instantes de cambios planetarios y dar sentido a su presencia aquí en este amado planeta.
Dios se activa en ti cuando le hablas desde el corazón. Dios no acude, se activa dentro de ti, para que sientas el Amor que eres y tu potencial como Divinidad que siempre has sido.
Ahora es el tiempo de recordar nuestra plena naturaleza y esencia.

Estás dejando atrás el pasado para dar paso a tu Voluntad emanada del corazón, Una con la Voluntad Superior.
Sé paciente. Acurrúcate en tu corazón para que te abrace en su temple, en su armonía y paz. Así podrás percibir la realidad de tus momentos actuales y tendrás motivos para alegrarte.


Que el Amor y la Paz sean en ti. 

lunes, 17 de agosto de 2015

El Camino ya esta abierto

Antes que nada, agradezco el hecho de estar conmigo, amados hermanos de la Luz, en estos momentos de mi vida, en esta situación que estoy viviendo llevando a término la Voluntad del Padre.
Este Sol nuestro nos aporta un gran aprendizaje y una luz que nos permite ver de una manera mucho más clara y consciente aspectos de nuestro camino, de nuestro ser en relación al mundo que vivimos. Vivimos diferentes etapas en nuestro proceso de Ascensión, y este nos abre las puertas para vivir según aquel quien en verdad somos.
Lo que siento no encuentro palabras para explicarlo, y cuando me pongo para escribirlo, entonces siento la fuerza del sentir, como si me dijese: ¡Siente!, no quieras escribirlo, porque lo que sientes es para ti, para saber del proceso, del camino, de ti mismo y nosotros. Entonces, cuando mis manos se dirigen al teclado, se detienen y sienten con una gran intensidad y nitidez la emoción de los momentos que estamos viviendo y más allá del ahora. Ante estos momentos, solo me queda aquietarme y sentir y sentir, porque ¡es tan amoroso lo que nos rodea y espera!

Durante años he estado escribiendo y publicando cada semana, uno o dos artículos, depende de la época de mis comunicaciones. Llevo más de diez años mostrando el camino a través de mis palabras, que aunque no mías, eran mis dedos que las escribían. Empecé con la lengua catalana, mi lengua natal, pasando después, al castellano para poder llegar a todos aquellos de habla española. Durante las cuatro estaciones de nuestros años se han ido publicando pautas de reflexión, mensajes desde el Hogar, experiencias humanas y todo tipo de comunicación emanada desde el corazón. 
Hoy, en este verano soleado de mis latitudes, siento que lo que se había de decir ya se ha dicho. Todo lo que el ser en proceso de evolución había de darse cuenta, ya se ha transmitido. Ha llegado la hora de integrar y manifestar este maná que se ha ido dando a lo largo de los años, y sobre todo, desde el cambio del milenio. Aquellos que me acompañan del mundo de la Luz, así me lo transmiten. Llevo ya un tiempo que las ganas de escribir, tal como lo estaba haciendo hasta hace poco, parece como si estuviesen llegando a su fin. Aquellos que me habéis ido leyendo en las redes sociales, sabréis que mis escritos ya no son los mismos, y de esto ya hace unos cinco años que empezaron a cambiar, y cada vez más, hasta el día de hoy.
Todavía siento que debo de escribir, pero hay semanas que mi camino me lleva a servicios que no me permiten haceros llegar unas palabras como hasta ahora he ido haciendo. Hace poco no pude daros nuevas palabras, confirmando lo que acabo de decir. Alguno de vosotros quiso saber de mí si me pasaba alguna cosa. Os tengo que decir que toda está yendo bien, y que lo que siento dentro de mí, es una plenitud, serenidad y una mayor consciencia sobre nuestra existencia, el mundo de la Luz y de mi camino en particular. Todavía siento que continuaré escribiendo pero no sé si todas las semanas podréis leer nuevos mensajes, reflexiones o palabras de la Divinidad Superior o el Hogar Espiritual de donde todos procedemos. 
Lo que es importante es que os conozcáis, y os invito a releer palabras ya escritas, a todos aquellos que todavía esperáis una luz que os indique la dirección de vuestro andar, para saber de vosotros y cuál es vuestra procedencia y naturaleza.
Agradezco una vez más, todas vuestras palabras emanadas del corazón hacia mi ser. Me habéis dado fuerza, sentido a lo que hacía y grandes dosis de aprendizaje particular con vuestros comentarios, bendiciones, agradecimientos y el hecho de compartir aquello que habéis vivido a raíz de lo leído. GRACIAS.

Las vidas continúan, y es en este verano, para algunos invierno, donde lo más profundo de nuestro ser está siendo acomodado por el amor de la Fuente de la cual todos procedemos. Este sentir nos hace ver de una manera mucho más clara nuestra esencia, y el nuevo camino que se nos presenta delante. El corazón de cada uno empieza a sentir con más claridad e intensidad aquello qué hacer y cómo actuar a partir de ahora. El pasado se está desvaneciendo en nosotros, para vivir en todo momento según sentimos. El pasado se está liberando con la toma de consciencia que la humanidad está adquiriendo en estos tiempos. Estamos dando paso al presente continuo. El corazón nos guía, siendo su voz la guía de la Divinidad de cada uno, por lo tanto, para muchos, la vida ya no tiene sentido en relación a como estaba funcionando, y por lo tanto, lo que estaban haciendo hasta ahora, ya no será.
Cada uno tiene un lugar y una misión a hacer. Estos son los tiempos de las realizaciones divinas de cada ser.

Aquello que se había de transmitir, ya se ha dicho. Ahora es la hora de materializar.
Con esto solo os digo que continúo amándoos y sintiéndome agradecido por vuestras presencias en mi vida. No sé de qué manera, pero sí siento que continuaré estando con vosotros por facebook y mis blogs, ahora bien, quizás no sea con la asiduidad que era hasta ahora, ni de la misma manera. Todo y así, todos los encuentros que vaya realizando (Seminario ¡SENTIR!, talleres, cursos o encuentros varios) continuaré presentándolos para podernos reunir todas aquellas almas que así tenga que ser para continuar el camino hacia nosotros mismos. ¡Me alegrará veros!

Desde mi corazón, un abrazo y que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.


jueves, 13 de agosto de 2015

La hora del vuelo

Una vez, un discípulo paseando por el recinto del monasterio donde era instruido, vio a su maestro sentado en un banco contemplando el valle que se extendía a sus pies.
Llegando ante él bajó la cabeza, saludando a su mentor, diciendo:
-         ¡Buenos días, maestro! Hay algo que querría saber y hasta ahora no he podido encontrar la respuesta.
El venerable le devolvió el saludo y dijo:
-         Algún día yo ya no estaré. (Pausa). Llevas ya un tiempo entre nosotros. Has aprendido y has sabido abrir tu corazón y escuchar tu verdadera voz que habita dentro de ti. (Pausa). ¿Cómo harías para encontrar la respuesta a tus preguntas?
-         Iría a otro maestro – le respondió.
Entonces, haciendo un pequeño silencio, el anciano lo miró y con los ojos bondadosos y comprensivos hacia aquel joven que tenía delante, continuó:
-         Y así podrías ir buscando y buscando hasta encontrar a alguien que te respondiese a aquello que nace dentro de ti.
-         ¡Sí! – dijo el chico.
El maestro movió la cabeza como asintiendo las palabras del chico, pero sin dejar de mirar el valle que estaba contemplando.
-         Llega un momento del camino que el apoyo que tenías desaparece. ¿Sabes por qué? – le preguntó con una suave y amable voz.
-         ¿Por qué maestro?
-         Porque la semilla debe de convertirse en fruto. ¿De qué serviría si siempre se la protegiese de las inclemencias del tiempo y se guardase en una pequeña caja?
-         No es esta la finalidad de su existencia – respondió el chico.
-         ¡Bien!, veo que has aprendido – dijo sonriendo el sabio, al ver que aquella alma ansiosa de aprender dio una respuesta adecuada. Pues así sucede con cada uno de nosotros. No estamos aquí para aprender y aprender, teniendo a alguien como Fuente. Hemos de encontrar nuestra propia Fuente en nuestro interior. (Larga pausa).
A continuación dijo:
-         ¿Ves los pájaros volar? – observando hacia la dirección donde se encontraban.
-         ¡Sí! – respondió mirando hacia ellos.
-         Pues ellos aprenden según ven y sienten. Llega el momento que deben de valerse por sí mismos. ¡Y muy bien que lo hacen! – dijo haciendo una sonrisa. Así tú, eres igual que ellos. Estás en el nido hasta que llega el momento de volar por ti mismo, y este momento ya ha llegado.
-         ¡Basta amado maestro! ¡Si todavía no sé todo lo que tú sabes! ¡Todavía debo de aprender mucho sobre mí y la vida!
-         Aprendiendo de ti, aprenderás de la vida, y para aprender a sentir tu alma, solo te necesitas a ti. Escúchala y sabrás lo qué te dice. (Pausa). Todo lo que has aprendido aquí es para que aprendas a volar. Cuando ya lo sabes, debes de dejar que aquello por lo cual has venido a hacer, sea llevado a término. Solo tú sabes lo que es.
-         Pero yo no sé lo que he venido a hacer todavía.
-         El pájaro tampoco sabe lo qué hacer en todas las situaciones que pueda encontrarse, pero ha aprendido a volar, y es en los constantes vuelos que va haciendo, que aprende toda la técnica del dejarse llevar por las brisas e ir donde encontrar su nuevo alimento. (Pausa). Amado aprendiz y maestro de mi alma, no soy yo quien debe de indicarte todas las decisiones que debes de tomar. Solo tú sabes del camino de tu tesoro. Has aprendido a andar y a discernir. Ahora – continuó – debes de emprender el vuelo para llegar a la finalidad de tu alma.
-         ¡Pero yo no quiero dejarte, maestro! – dijo el chico inquieto por lo que acababa de escuchar. Todavía tengo que aprender mucho.
-         La dirección de tu vuelo es diferente a la mía. Agradezco tu presencia en mí. Me siento honrado por estar a tu lado durante todo este tiempo, pero el maestro debe de continuar su camino, y el discípulo convertirse en el maestro que es, no en quién soy yo.

El chico quedó pensativo, y después de unos instantes el venerable anciano se levantó del pequeño banco de madera en el cual se encontraba y se dispuso a irse, cuando el joven le dijo:
-         ¿Así ya no nos veremos?
-         ¡Oh, ya lo creo que nos volveremos a ver!, pero no será tal como nos vemos ahora.
Entonces dio unos pasos y se detuvo.
El chico le observaba y no apartó la vista de aquel ser tan amado por él durante todo aquel tiempo.
-         No tengas miedo de ser tú, porque en el vuelo que harás te acordarás de mí y de todos aquellos que contigo hemos estado. No estarás solo – finalizó diciendo y alejándose del joven aprendiz preparado para mostrar el maestro que era, sin él saberlo.
Cuando el chico vio a su mentor a cierta distancia, le llamó:
-         ¡Maestro!

Este se detuvo. Giró la cabeza y vio como venía corriendo hacia él hasta llegar justo delante. Entonces, el chico le abrazó y le dijo:

-         ¡Gracias!


jueves, 6 de agosto de 2015

¿Todavía creéis en el tiempo?


Sentid y sentiréis la inmensidad del presente. Cada sensación e instante magnifica y amplia el presente de vuestro proceso. Vuestro mundo y vuestras almas se dirigen a la liberación del tiempo en vosotros y a la manifestación de vuestro verdadero ser que se encuentra en el ahora.
Vuestra vida es presente y es a través de sentir estos instantes gloriosos que sentiréis la serenidad de vuestro ser y la verdadera esencia que sois. Es en el presente que podréis abrir el cofre de vuestro verdadero tesoro: el daros cuenta de quienes sois en verdad, el poder sentir vuestra naturaleza más sutil, hermanada y unida a la del universo y toda fuente creadora de vida: el AMOR.
Cuando amáis, no es a través del tiempo, sino desde la conexión de vuestra verdadera naturaleza, y cuando así es, solo la Luz puede llegar según vuestra Voluntad dirija, porque vuestra intencionalidad y la de la Fuente Superior serán Una.
Cuando sentís el Amor dentro de vuestra materia, ésta se eleva y sana vuestra vida, como la de aquellos que os rodean y acompañan en vuestro camino. Lo denso se convierte en etéreo, en sutil. Cuando la sutileza de la más alta vibración existente se manifiesta, los ojos de tu corazón abierto perciben el sentido y la inmensidad de tu presencia en esta dimensión donde os encontráis. Ayudáis a elevar a vuestro planeta físico, y con él, abrís las puertas de nuestra presencia, cada vez con más asiduidad, junto a vosotros. Cada vez somos más Hermanos los que nos acercamos y estamos velando la Intencionalidad Divina Superior a través vuestro. Sois parte de ella y vuestro recordar os permite aceptarnos cada vez más. Somos nosotros, vuestros Hermanos de la Luz que os acompañamos en vuestro presente para diluir el tiempo de vuestras mentes y poder sentir la eternidad que sois. Una Luz y fuente amorosa que riega las almas de todos aquellos que se encuentran cerca de cada una de vosotras, amadas almas.
Para ser, debéis de alejar el tiempo de vosotros. Así nos abriréis las puertas de vuestros corazones y nos aceptaréis en vuestras vidas actuales. 
El tiempo creado a lo largo de vuestras ilusiones basadas en el miedo, hizo que os aprisionarais en vuestros caminos. Muchos de vosotros os habéis empezado a dar cuenta que el camino se va obstruyendo y estrechando cada vez más desde vuestros pilares temporales. Desde hace unos años vuestros hacia aquí, desde la Fuente Central de la cual procedéis, se os facilitó la visión de la Verdad y el aumento de vuestra Consciencia. Muchos aprovechasteis estas bendiciones del Hogar para poder empezar a recordar de una manera más acelerada aquel quien en verdad erais. Este despertar y luminosidad que ibais adquiriendo os permitió, y todavía ahora, como presente de vuestro proceso, liberar la temporalidad para vivir plenamente en el ahora, desde el corazón y el presente como llave para llegar a activar y manifestar la divinidad que cada uno sois.
Algunos de vosotros ya vivís en el presente y de una manera absoluta, desde el corazón. Son aquellos que están incrementando la Luz y la Consciencia en vuestro amado planeta. Muchos de vosotros estáis en esta fase de sentir desde la apertura de vuestro corazón. Empezáis a sentir como algo innato en vosotros, y como parte de vuestra Divinidad.
Permitís que seamos Uno con vosotros, y vuestras vidas y nuestras presencias se unen para que aquello que habéis venido a realizar sea llevado a término.
Así será.
Para llegar a vosotros, debéis de liberaros del tiempo, donde concurren todos los miedos, los intereses, el ego y las resistencias de vuestro avance.
Aquello por lo cual encarnasteis está llevándose a término, y tu, amada alma, eres parte de esta Gran Obra Universal que es la manifestación plena de la Luz y el Amor que eres.
Nosotros estamos contigo y siempre hemos estado y estaremos. Nuestro Amor te abraza, aunque no siempre podáis percibirlo debido a vuestra mente. Cuando el corazón tome el lugar que le corresponda, entonces, el presente empezará a estar en vosotros, cada vez con más constancia y asiduidad, porque no es algo adquirido, sino la manifestación de lo que ya sois.

Os amamos profundamente, y vuestra esencia es la misma que la nuestra. Nuestro Amor hacia todos los que habitáis este mundo físico también se encuentra en vuestro interior.
Recordad que sois Amor y Luz.
La VERDAD os llevará al PRESENTE continuo.


Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.