miércoles, 26 de noviembre de 2014

Con el Padre sobre el tesoro más bien guardado

        
   Está bien, Padre. Explícamelo todo.
-         Todo es Amor, hijo. Todo lo que existe contiene mi Amor, este es el secreto más bien guardado, según diríais, a lo largo de vuestra existencia. Siempre he estado con vosotros. Ha habido de pasar el tiempo hasta vuestro presente para empezaros a dar cuenta que así está siendo. Cada vez  sois más los que sabéis de la verdadera esencia del Amor. El Amor en vuestra dimensión, no es como lo aceptáis y lo interpretáis. No es Amor, según mi Voluntad. Aquello que denomináis amor es un aviso que sois mucho más que aquel que se identifica con todo lo que vivís.
-         ...
-         Solo existe el Amor, hijo. Aquel que lo siente, entiende mis palabras. Mi presencia se conoce, pero no se siente. Cada vez sois más los que me sentís y os dais cuenta del verdadero sentido de lo que nombráis Amor.
-         ...
-         No es lo mismo conocerlo que sentirlo. Cuando lo sentís os dais cuenta del verdadero sentido y existencia de su presencia en vuestras vidas a lo largo de vuestro proceso. Me sentiréis a mí, no me conoceréis. Conociéndome no llegaréis a mí. Sintiéndome me aceptáis como parte vuestra, pero no porque venga de “fuera de vosotros”, sino porque soy parte de vosotros. Yo Soy cada uno de vosotros. Yo Soy tú, y tú eres Yo. (Pausa). Sintiendo el Amor en vosotros, sabéis de la sabiduría del universo y del lugar de donde procedéis, porque este, se encuentra en vuestro interior
-         Todo es Amor. Y entonces, ¿por qué cuesta tanto sentirlo cada uno? – pregunto.
-         Porque las energías con las cuales habéis vibrado no os han dejado llegar a él.
-         ¿Y por qué no hemos vibrado más alto?
-         Porque todo tiene su momento. La Voluntad del Padre debía de llevarse a término.
-         ¿Y así está siendo?
-         Sí, hijo. Al final, el Amor está siendo sentido en vuestros corazones. Habéis aprendido a abrirlo, y aquellos que lo habéis hecho, me sentís. (Pausa). Cuando los que os encontráis en este proceso que vivís, os dais cuenta que todo es Amor y desde el Amor construiréis vuestra Voluntad, Una con la mía, habiendo elevado vuestra consciencia, entonces, vuestro planeta y la Voluntad del Padre habrá sido llevada a término.
-         Solo existe el Amor – me digo en voz alta, sintiendo la majestuosidad de lo que esto representa. Todo está abrazado por tu Voluntad, porque, cuando así sea, el ser humano habrá pasado de su divinidad hacia ti, Padre. (Pausa). Somos Amor, y solo el Amor puede crear y hacer sentir la inmensidad que cada ser es.
Vuelvo a darme cuenta que no hay palabras para describir la placidez celestial en uno mismo. Si hubiera de encontrar una palabra, esta sería Dios-en-mí o Amor Divino. Dios, Amor, dos sonidos que contienen toda la energía de la Creación en uno mismo. Todo es puro, incondicional y para todos, incluyéndome.
-         ¿Hay algo que podamos hacer para sentirte? – le pregunto.
-         Escuchar el silencio. Allí me encontrareis. Abrid vuestro corazón y me encontrareis. ¡Sentiros! ¡Sentid quienes sois! Siendo vosotros, me sentiréis, y cuando me sintáis, sentiréis el universo y conoceréis la Verdad. (Pausa). El Amor junto con la Consciencia os aportará el mayor bienestar que hayáis podido conocer: vuestra plena realización, la Voluntad Divina manifestada.
-         Perder los miedos es parte importante del proceso, Padre.
-         Está incluido en el proceso de sentir el Amor en vosotros – me responde.
-         ¡Gracias Padre! ¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!

Finalizo estos momentos, sintiendo la pureza y el Amor dentro de mí.

¡Gracias Padre! 

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