domingo, 29 de diciembre de 2013

A todos, ¡Gracias!


Daremos dos pasos y cruzaremos un año que para muchos ha sido deseado durante mucho tiempo. Las energías creadas a lo largo de nuestro aprendizaje nos ha llevado a las puertas de donde nos encontramos en estos momentos: empezar a manifestarnos, a ver y a recoger parte de los frutos anunciados.
Quiero daros las gracias, absolutamente a todos, por hacer que mi presencia y todo lo que sentía que debía de hacer, tenga sentido y haya sido llevado a término. Agradezco vuestra respuesta a las convocatorias que he ido haciendo a lo largo de todo este año. Algunas de ellas han sido fuentes de vivencias únicas, haciéndome sentir aquel quien yo soy, siendo Uno con todos vosotros, donde maestro y discípulo se han unificado para el mayor bien de todos.
Gracias a todos por la confianza que habéis depositado hacia mi ser. Vuestro corazón os ha llevado cerca de mí, y os puedo decir, que por momentos, me habéis activado, todavía más, la motivación para continuar mi camino.
Con todos vosotros he aprendido, he podido compartir, vivir y sentir momentos inolvidables, muchos de ellos con la apertura de vuestro corazón e interior, viendo y sintiendo como la carga que algunos de vosotros llevabais fueron liberadas. Habéis llegado a dar el consentimiento, y puertas de vuestro camino pudieron abrirse. Gracias a todos.
Gracias por vuestra presencia en mi vida. Es la hora de la Unicidad, de empezar a acercarnos y a SER UNO en este andar donde cada uno tiene su papel.
¡Gracias a todos por ayudarme!
 
Os recuerdo que de cara al próximo año, todos aquellos que queráis que las actividades, tanto el Seminario ¡SENTIR!, como los cursos o talleres se realicen en vuestra población, centro o asociación, podéis escribirme un mail a emaeljordimorella@hotmail.com
Gracias a los que a lo largo de este año habéis hecho posible que mi actividad haya hecho presencia en vuestras tierras. A todos, ¡Gracias!
         
Desde mi corazón, un fuerte abrazo a todos y que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros.
 
¡GRACIAS!
 
 

 

 

miércoles, 25 de diciembre de 2013

La Fuerza del Silencio

 He andado entre el desconcierto de la soledad de mi tiempo.
He estado sintiendo el estar solo rodeado de otros seres que seguían también su camino.
He sentido en momentos de mi vida una especie de desconexión con todos aquellos que eran parte de mi entorno. Durante años ha habido una línea invisible entre quienes vivía y mi ser. No me sentía parte de ellos, y tuve que adaptarme a las circunstancias que me tocaron vivir.
Todo ello me llevó, a valorar la importancia de estar contigo mismo y el silencio. Era, estando en él, cuando me sentía a mí mismo y el alivio del sentido de mi vida. Era el refugio de un ser que vivía en un entorno desfasado a cómo sentía. Era como si la voluntad de toda existencia me hubiera dejado en medio de un “Fuerte Americano” y yo fuese un indio apache. Tengo la imagen de estos juguetes que en su momento los Reyes Magos me trajeron y yo jugué y jugué, haciendo que “los buenos” no fuesen vencidos.
Durante años tuve que vivir abrazado por una energía que no era la mía. Tuve que aceptar, porque no había otra salida, el hecho de convivir con seres que solo transmitían lo recibido por la sociedad y su ambiente familiar adaptado a esta sociedad.
Tuve que buscar un espacio, un refugio para encontrarme conmigo mismo y saber que existía algo que me hacía sentir bien. Este algo era el silencio creado por estar conmigo mismo. Sí, solo estando conmigo sentía el bienestar, porque mi inexperiencia en esta dimensión con mi cuerpo actual no sabía cómo encajarlo para poder ser yo y seguir las pautas adquiridas que todos hacían imperar para mantenerte en el estatus de grupo social. Sentía que quizás no era el mío.
El silencio me ayudó a avanzar por el entendimiento de mi proceso terrenal. Era como una melodía después de escuchar música house o heavy. Todo era sonido fuera de mí sin ningún sentido y coordinación. Notas fuera de lugar que no encajaban con mi partitura. Necesitaba de la batuta de mi ser para recolocar a cada instrumento y nota en su lugar para que la composición fuese música para mi alma. Esta batuta era el silencio y la soledad, porque sin soledad no hay silencio consciente.
Puedes dejar de emitir sonido, pero tus energías continúan desfasadas. Cuando permites que tu ser no oiga nada más que tu melodía interior, entonces es cuando relajas tu cuerpo, tu mente y tu corazón se abre para poder respirar un poco ante tanto ajetreo.
Crecí y llegué a lo que se conoce como edad adulta. Bueno, aquí estoy, pero con un aprendizaje a través de mi voluntad de ser íntegro, honesto y yo mismo ante todo. No fue una decisión que me enseñasen, pero aquel quien yo era me empujaba hacia esta dirección.
¿Dónde poner orden y ver claro la dirección a seguir? Pues estando en el balanceo del silencio, que como una cuna, te mece hasta llegar a un estado de dejadez espiritual y poder ser amado por quienes pertenecen más allá de nuestra realidad y sentir el bienestar que hay en cada uno de nosotros.
El silencio es el estado de escuchar aquello que hay en ti y poder liberar todo lo incluido que no te pertenece por naturaleza. El silencio es la Luz de tu alma, que te susurra amorosamente indicándote la presencia de aquel quien eres. Cuando te dejas invadir por este espacio y estado interior donde nada predomina por encima de lo que hay en ti, entonces sientes como la puerta del sentido de tu existencia se abre de par en par para mostrarte las raíces de las cuales provienes y todo lo que se te ha acumulado de la densidad de tu entorno. ¡Oh, sí! Todo esto aparece y lo percibes de una manera muy clara, sabedor que lo que se manifiesta ante ti es tu situación actual ante la densidad de tu entorno.
El silencio te hace conectar con aquella fuerza que hay en tu interior, e incluso, con tu Familia, tu verdadera Familia.
Estar en silencio es como adentrarte en la cueva de tu empoderamiento y tus capacidades adormecidas o descolocadas debido a la posible identificación con todo lo que te ha rodeado hasta ahora.
Cuando me adentro en él, siento un gran alivio y sosiego que permite relajar mi alma y todo mi cuerpo.
En el silencio Yo Soy.
En el silencio se produce la conexión con quien en verdad soy y guía mi vida.
Es un camino que se abre ante mí, pudiendo sentir la inmensidad de mi ser, aunque a veces, puede llegar a crear una desolación y llanto por cómo está funcionando tu vida. Nada es lo que parece. El silencio es el verdadero espejo de cómo eres en aquel preciso momento. No lo rompas. Siente lo que estés sintiendo y respira. Podrás ver como el vacío que pueda haber en ti se irá apaciguando y la tranquilidad irá apareciendo poco a poco. Continúa respirando y sé un observador de tu interior, de todo lo que sientas y de tus pensamientos recurrentes que puedan hacer presencia en aquellos momentos. Obsérvalos y déjalos ir. No te detengas en ellos o querer saber el por qué han aparecido. Míralos y déjalos ir, porque ellos no pueden contigo. Eres tú quien los ha creado y ahora se manifiestan para que sepas qué es lo que ha sido parte de tu creación en estado de no silencio.
Tu camino hacia a ti, lleva incluido esta herramienta para romper con todo lo establecido y unir aquellas partes de ti que estaban descompuestas u olvidadas. Únelas en este espacio y deja que la sensación de bienestar en ti te abrace y puedas sentir el verdadero ser que eres.
No temas al silencio, amada alma, que estás leyendo estas palabras. Estas van dirigidas a ti. No es porque sí, que las estés leyendo. Tenlas presente y aposenta este pilar en tu vida a partir de ahora. Deja que el silencio sea parte de ti, pero no para alejarte y distanciarte de tu entorno, sino para recordarte aquel quien en verdad eres y lo que has ido acumulando a lo largo de los días o años y no te hacen sentir bien.
El silencio te activa el empoderamiento y pone Luz en tu vida.
¡Sal al campo, a la naturaleza y haz silencio! Observa, escucha y te darás cuenta cómo vas a percibir mucho más la vida que te rodea. Esta vida es el reflejo de la tuya.
Abre la puerta de tu interior y deja que todo fluya.
El silencio puede mostrarte la Verdad del camino que estás siguiendo. Cógele de la mano, porque en verdad, en tu día a día, hay poco que decir, y las palabras pueden no tener sentido para quien las escucha ante ti. Es tu presencia la que se necesita, no tus palabras.
El silencio puede ayudarte en la plena manifestación de tu ser, de aquel quien en verdad eres. Cuando éste se muestra, la majestuosidad de tu presencia invade el lugar y sobran las palabras. Tu compañía es la que se necesita en aquellos momentos.
Deja que el silencio te abrace en los momentos de reconexión. Verás la Luz y las respuestas que puedes llegar a necesitar en tu vida.
Desde el Amor del silencio de mi corazón expandido, te deseo que el Amor y la Paz sean en ti.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Actividad para el mes de enero



¡Hola Familia!

Me complace comunicaros alguno de los próximos encuentros a realizar dentro del nuevo año que entraremos en pocos días.

Este año será más activo que el anterior, y las actividades que vengo realizando hasta ahora parecen querer ir más allá de donde me encuentro en estos momentos. Ya os iré anunciando cada uno de los eventos programados o a punto de programar para el nuevo 2014.

Para este mes de enero:

-        Charla gratuita sobre “Abriendo los ojos a las señales de la vida”. Será el jueves 16 a las 19’30 en Cardedeu.

-        Curso “Interpretación de los Sueños y las Señales de la Vida”. Organizado para los días 25/26, sábado todo el día hasta el domingo hasta las 14h.


Estos dos encuentros están organizados por el Centre LA FONT de Cardedeu. Para más información, podéis leer los documentos adjuntos a este comunicado.

 
Pronto os anunciaré las nuevas actividades a partir de febrero.

 
Un abrazo

Si estáis interesados que estas actividades se realicen en vuestra población o centro, podéis enviar un mail a: emaeljordimorella@hotmail.com 

miércoles, 18 de diciembre de 2013

El medicamento


Oigo que llaman a la puerta. Me dirijo a ella, la abro y veo a alguien que me dice:

-        Le traigo el medicamento que nos pidió.

-        Lo siento, me parece que se equivocan – respondo.

-        ¿Es usted quien vive aquí?

-        ¡Sí! – contesto.

-        Bien, pues este medicamento es para usted.

-        ¿Seguro que no se equivoca? La vecina de al lado no se encuentra bien, quizás sea para ella.

-        ¡Oh, no! La dirección es la correcta – dice alargándome su brazo para darme una pequeña caja que parece contener un medicamento.

-        ¿Quién me lo envía? – pregunto.

-        Usted nos lo pidió, y aquí le traemos.

-        ¿Quién? – insisto para saber del remitente.

-        ¿Últimamente no se siente bien, duerme poco, ha perdido el apetito que tenía y tiene ganas de estar solo?

-        Sí, eso es – le digo

-        Pues este medicamento es para usted.

Un poco desconcertado por estar hablando con esta persona que desconozco, alargo mi brazo y tomo el medicamento. A continuación, el desconocido me dice:

-        Tendrá que firmarme esta entrega.

-        ¿Por qué? – pregunto.

-        Para saber que no nos repetimos.

-        ¿Cómo dice?

-        Usted nos ha pedido este remedio, y queremos tener constancia de nuestra entrega y no dar por dar.

-        No comprendo – digo.

-        Lo siento. A veces hablo para mí – me responde quien me ha hecho la entrega.  No queremos llevar medicamentos a quien no los quiere.

-        Pero si los entregan es porque las personas les han solicitado – digo sonriendo.

-        Cierto, pero todo tiene un límite.

-        ¿Yo también? – le pregunto.

-        Sí, tú también.

-        ¿Eso quiere decir que algún día no me traerán el medicamento que pueda llegar a necesitar?

-        Bueno, eso depende de ti – me responde.

-        ¿De qué?

-        De que lo quieras tomar.

-        ¡Hombre! Ya lo creo que me lo tomaré.

-        Bueno esto se verá al abrir la caja.

Luego, quien me ha hecho la entrega me vuelve a decir:

-        ¿Puede firmarme, por favor?

Lo hago. Cierro la puerta y me dirijo al comedor donde me siento en una butaca y me dispongo a abrir la caja para ver el medicamento que es, recordando las últimas palabras: “bueno, esto se verá al abrir la caja”.

La caja es pequeña, un poco rectangular. La abro por un lado y me encuentro dos pastillas, una de color azul y la otra blanca. También hay un papel que dice:

Se recomienda tomar solo una de las dos pastillas.

Para los decididos, tomar la pastilla azul; y para los que quieran más pastillas, tomar la blanca.

En casos urgentes, tomar la mitad de cada una de las dos, pero para esto, consultar con vuestro corazón.

Si no sabe qué hacer, espere a nuestra llamada.

 

-        ¡Pero si no saben cuál es mi teléfono, ni yo tengo el suyo! –expreso en voz alta.

A continuación pienso sobre qué pastilla tomar, si la blanca o la azul.

-        Yo quiero estar bien, por lo tanto, me parece que tomaré la azul, pero no soy valiente. Me cuesta decidirme y hacer aquello que siento. Tengo miedos. (Pausa). No quiero tomar más pastillas, por lo tanto, me parece que me decidiré por la azul. Sí, me parece que así lo haré.

Mientras estaba pensando sobre mi decisión, oigo que suena el teléfono.

-        ¿Sí? – digo.

-        Soy quien le ha traído el medicamento. ¿Se ha decidido ya por cuál tomar?

-        Pensaba tomarme la azul.

-        ¡Perfecto! – me responde la voz del otro lado del teléfono. Tendrá que tirar la blanca, pues – acaba diciendo.

-        De acuerdo, así lo haré. ¡Ah, por cierto!, ¿con la pastilla azul se me irán todos los miedos, dormiré bien y recuperaré el apetito? – pregunto.

-        Quizás – oigo que me dice.

-        ¿Cómo que quizás? Si no es seguro, ¿entonces por qué tomarla?

-        Recuerde que la azul es para los valientes.

-        Sí pero yo quiero estar bien.

-        Bueno, entonces es la mejor decisión que habrás podido tomar.

-        (silencio)….

-        ¿Alguna pregunta más? – me dice

-        ¿Cuánto tardaré en ver los efectos a mi favor?

-        Bueno, esto depende.

-        ¿De qué? – pregunto.

-        De lo valiente que seas.

-        ¿Por qué valoran tanto el ser valiente o no? – pregunto por curiosidad.

-        Los valientes entenderán la situación que viven.

-        ¿Y los que no?

-        ¡No! – contesta tajantemente.

-        ¿Me la puedo tomar ahora?

-        Como quieras – me responde

-        ¿Tendré que pedir más medicamento?

-        Eso depende de ti.

-        ¿De qué? – vuelvo a preguntar

-        De lo valiente que seas.

En fin, que vuelvo a estar en las mismas sin verlo del todo claro.

-        Bueno, gracias – le digo a la voz del otro lado del teléfono.

-        Escucha a tu corazón. Él te dirá – acaba diciéndome y colgando a continuación.

Cojo la pastilla azul, y con un poco de agua, me la pongo en la boca y la engullo.

Al día siguiente se me ocurrió mirar en la memoria del teléfono por si constaba de donde procedía la llamada de ayer en relación a las pastillas. En el visor ponía: 609 333 168. Quise guardármelo en mis contactos, y cuando lo hice, apareció la palabra: EL HOGAR.

Nunca se sabe.
 

A principios de la semana siguiente, recibí una llamada.

-        ¿Sí, diga?

-        Le llamaba para saber cómo le fue la pastilla – dijo la voz del otro lado.

-        ¡Oh, muy bien, muy bien! Me la tomé y a los dos, tres días empecé a sentirme mejor. Lo extraño fue que los miedos que tenía empezaron a menguar. Todo yo me tranquilicé y también pude dormir mejor, no como tiempo atrás, pero más profundo, y a más a más, teniendo unos sueños que me hacían levantar con ánimos.

-        Bueno, me alegro – dijo la voz. Esta será mi última llamada para saber de su resultado. ¿Querría preguntarme algo antes de colgar?

-        ¡Sí! ¿Estos efectos durarán ya para siempre?

-        Eso depende de usted – me dijo mientras reía con una especie de complicidad. Este estado puede mantenerse siempre y cuando haga algo.

Hubo un silencio, interrumpido por mi curiosidad:

-        ¿Qué es ese algo?

-        Amarte – oí que se me decía de una manera firme y compasiva. No te olvides de amarte cada día. La pastilla hizo su efecto, pero ahora tienes que mantenerlo. Esa es la clave del resultado final: mantenerte en Ti. No deberá de hacer nada especial que no sienta en su corazón. Él le guiará. Ya le dije la semana pasada: aquello que sienta, ¡hágalo! porque será el agua que regará a la pastilla para ir creciendo. Ya tiene la semilla, ahora hay que cuidarla. ¡Cuídese! ¡Ámese! porque no hay fecha de caducidad,…..para el medicamento que ya se encuentra en usted.

-        Supongo que ahora ha llegado la hora de poner de mi parte.

-        Esta es la valentía que hay en ti, la fuerza que en un momento olvidaste y volviste a recuperar con tu intencionalidad. Te deseo lo mejor.

-        Gracias – le dije, a la vez que me colgó.
 

Volví a mirar el visor del teléfono y leí: EL HOGAR, a la vez que colgué  el mío, haciendo una sonrisa por saber que algo importante estaba cambiando en mi vida….y lo deseaba. 

domingo, 15 de diciembre de 2013

¡Felices Fiestas!



Preparaos porque después de la Gran Limpieza en nuestro ser, ahora, a partir del próximo año 2014, ha llegado la hora de ver brotar los resultados de nuestro proceso y recoger los frutos tan anhelados.
Para todos, os deseo unas felices fiestas y un resplandeciente nuevo año.

Desde mi corazón, un fuerte y cálido abrazo y que el Amor, la Paz y la Realización sean en todos vosotros.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Con David sobre la sanación

 Para mí es un placer poderos mostrar el contenido de un nuevo encuentro con David. Sus palabras parecen emanar de la fuente de toda sabiduría albergada en el corazón de cada ser.
El tiempo pasa, viviendo el presente intensamente, cuando nos encontramos y creamos este espacio donde parece que solo la verdadera esencia que somos tiene cabida.
Esta vez nos habla de la sanación y de una visión de la vida,  más allá de lo establecido. Parece como si viviera ajeno a lo que le rodea, pero nada más lejos de la realidad. Un ser lleno de claridad, sosiego y serenidad.
Para todos vosotros, he aquí un nuevo encuentro con David:
-        ¡Hola David!
-        ¡Hola! – me responde.
-        Hoy me gustaría ahondar sobre la sanación.
Él, como impasible pero abierto y dispuesto a responder a mis preguntas, asiente con la cabeza, a la vez que expresa:
-        Bien.
-        Me gustaría que nos dijeras cómo ves tú el tema de la sanación. Nos encontramos en un período donde parece que cada vez hay más sanadores y personas que se interesan en el campo de la energía. ¿Qué nos dirías al respecto?
-        Las distancias entre el Cielo y la Tierra cada vez son menores. La barrera que había en su momento para poder conectar con los Seres de otras dimensiones se ha desvanecido. Ahora, se ha abierto una gran puerta, para poder cada uno de los que estamos encarnados, adentrarnos y profundizar en un aspecto de nuestro potencial que siempre hemos tenido. Es la capacidad de poder comprender y aplicar la energía que somos y habita en el universo. La sanación es la capacidad de usar esta energía y aplicarla para establecer el equilibrio en aquello que se encuentra inestable, o alejado de su esencia. Sanación es sinónimo de Equilibrio, de hacer que aquello que se encontraba alejado de su verdadera naturaleza, vuelva a encontrarla.
-        ¿Por qué se sana? – le pregunto.
-        La sanación no es producida por quien pone su intencionalidad en que así sea. La sanación se produce por volver a activar al verdadero ser que hay dentro de cada uno. Sanar es conectar con la Divinidad que cada uno es. Cuando ésta interviene, se produce la sanación, siendo ésta, a nivel no solo físico, sino también emocional o mental. Una sanación es volver a la estabilidad de nuestro ser.
-        Entonces, toda sanación es una intervención divina – intervengo. 
-        Así es. No es el ser humano quien realiza la sanación, sino la divinidad de este ser, activando la divinidad de quien recibe este amor.
-        ¿Sanación es Amor?
-        Sí. Así ha sido siempre. Cuando el Amor hace presencia, todo se armoniza. Nuestra existencia es la manifestación del Amor. Nuestro sentido de vida está unido a la Intencionalidad Divina, y esta Divinidad Superior, es la que da sentido, a la vez, a nuestra presencia en esta dimensión. Cuando nuestro ser, manifiesta el Amor que somos, entonces, es cuando nos podemos preparar para ver los milagros y las sanaciones en la vida.
-        Entonces, no sanamos “nosotros”.
-        Es la más alta vibración manifestada en cada uno, quien interviene para la armonización.
-        ¿Entonces?...
-        ….no somos nosotros quienes sanamos, sino Dios en cada uno.
-        ¿Y el papel de los canales?
Después de una pequeña pausa, responde:
-        El agua de un río necesita de unos márgenes para poder llegar a su final. Así seríamos nosotros en la sanación: este espacio para que el agua pueda seguir su curso hasta allí donde deba de llegar. Quien dice el agua, dice la energía, el Amor. Sería como un indicador por donde debe de pasar. Cuando más puro es el canal, más caudal puede llevar y regar más regadíos por allí donde pase. Es mostrar el camino para estabilizar la situación que nos podamos encontrar o al ser necesitado de estabilidad. El grado de pureza está relacionado con lo que hace un tiempo se denomina el despertar y el recordar del ser. Este despertar y recordar conlleva a la manifestación de Dios en nosotros. Nuestra divinidad libera los “obstáculos” del ser para que pueda fluir y estabilizar su situación. (Silencio para luego continuar:) Es su Amor en él quien estabiliza su vida, su desequilibrio o alejamiento de su alma. Quien sana es debido a una intervención divina, como antes he dicho. La sanación no es fruto del ser humano, sino del ser divino en cada uno.
-        ¿Los canales serían como interruptores para poner luz?
-        Algo parecido. El Amor existe, pero no todos encuentran este interruptor. Nosotros, cada uno de nosotros, seríamos este interruptor para nosotros mismos y los demás. Nuestra presencia pone al alcance del necesitado la posibilidad de iluminar su situación.
-        Pero no siempre se producen las sanaciones – añado.
-        Cierto. Tú puedes tener una muy buena y perfecta instalación, pero hay que respetar el libre albedrío. Éste está en consonancia con el proceso del alma. (Pausa). El camino a seguir por cada una, depende del aprendizaje a realizar para su evolución. (Pausa corta). Para que la sanación se produzca, debe de cumplirse dos requisitos: el primero es que aquel quien podíamos denominar “paciente”, esté preparado para recibirla, y segundo, quien hace de transmisor, el canal.
-        Entonces, ¿la divinidad no tiene plena libertad para manifestarse?
-        Ha, ha, ha – se ríe diciendo: El Amor siempre está. Cuando conectamos con aquel quienes somos, el Amor fluye. Nosotros somos divinidad. Somos parte de Dios, así como una gota de agua es parte del mar, y cada una de ellas contiene la misma esencia del mar u océano al que pertenece. Tú bien sabes que cada gota es igual a las demás. Todas llevan la misma esencia. Cada gota es la representación del mar allí donde se encuentre. Así, de alguna manera, también nosotros somos Dios.
Después de un silencio un poco largo, continúa diciendo:
-        El Amor es la más alta manifestación del ser. Tú eres Amor, y el Amor siempre tiende al equilibrio. Tú puedes Amar, pero no obstaculizar el camino hacia la sanación del otro. La Consciencia despierta sabe cuando intervenir o no, y este momento implica a las dos partes un aprendizaje en sus respectivos caminos.
-        Entonces, el sanar o no, depende de uno mismo.
-        ¡Exacto!- dice. ¿Estás preparado para sanar? ¿Estás dispuesto a liberar parte de tu pasado y querer aceptar el motivo por el cual has llegado hasta este punto?
Hace una nueva pausa, para concluir:
-        La sanación no depende exclusivamente del canal, sino de la preparación y disposición de quien la desea. No todos están dispuestos a aceptarla. Muchos – dice con una expresión como de tristeza - son los que la desean, pero en el fondo, solo quieren mejorar. Eso es el libre albedrío.
-        Personalmente he podido constatar tus palabras – le digo. Precisamente, los que más se quejan y lamentan, son los que más resistencias tienen al cambio, a dar pasos hacia su bienestar.
Después de una pequeña pausa, continúo diciendo:
-        A veces tengo la sensación que no quieres hablar, como si ya estuviera todo dicho – le digo al percibir su estado y energía.
-        Como dirías, Jordi, lo que uno puede querer saber, se encuentra en su interior. Las palabras, entiendo la utilidad de su presencia, pero no siempre son escuchadas. (Pausa). Lo más importante se encuentra dentro de uno mismo. Solo hay que ir a su interior y sabrán de ellos mismos. Este es el camino del recordar. Allí encontrarán el Amor que son y el camino de su alma.
-        Sé que eres de pocas palabras, pero hay quien todavía necesita de ellas para encender el interruptor de su camino.
-        Sí, es cierto en estos momentos – me responde.
-        A pesar de todo, ¿hay algo más que quieras añadir al encuentro de hoy?
Me mira y me sonríe, como queriendo decir: ¿no he hablado bastante ya hoy? Luego hace una respiración y con su expresión de paz y serenidad, acaba diciendo:
-        Todos somos sanadores y sanados por nosotros mismos.
-        Gracias nuevamente por tus palabras y por permitir que éstas puedan ser leídas a través de las redes sociales. Gracias.
Finalizamos la conversación dejando que el silencio y las energías de su ser y los que nos rodean nos abracen, sintiendo – como dijo David anteriormente – aquel quien somos.
 
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.