miércoles, 25 de septiembre de 2013

La hora del camino

El camino ha sido largo hasta el ahora.
Miro atrás y veo la senda polvorienta, por la cual he debido de pasar. Veo los acantilados sin continuación, y tener que superarlos para llegar al otro lado de la cima.
Tampoco quiero recordar demasiado. Sólo sé que he llegado. Mi ser se ha aligerado y siente la esencia etérea en cada partícula de mi composición.
Contemplando mí pasado veo una historia sin color, pero llena de acontecimientos que me han permitido dar una brocha de ilusión a mi avance a través de la desesperación, por momentos, impotencia, aunque una pequeña llama me alentaba a continuar: la esperanza y la Fe en mí mismo y el proceder del transcurso de mi evolución.
Me encuentro en unos instantes, en un ahora lleno de color, divisando más allá de donde me han llevado mis pasos, una intensidad absoluta, radiante, llena de ilusión, realización y plenitud.
Hay en mí, los recuerdos del aprendizaje, como joyas de mi proceder desde el corazón y la ignorancia en un principio. No pesan. Están aquí, como pilares de mi ser actual, aquel quien realmente soy. Han sido experiencias donde me han permitido aplicar el aprendizaje realizado para mi alma.
He aprendido a aceptar, a aprender y a amar sin ninguna condición por parte de mi mente. Ésta se ha mantenido a un lado, haciendo presencia cuando la reclamaba al sentir lo que mi corazón me decía. Su brújula y mi Fe, me han llevado al estado actual.
Me encuentro al otro lado del precipicio que tanto tiempo me ha llevado saber cómo cruzarlo sin puentes ni materia alguna que mi racionalidad pudiera entender y sentir el apoyo de algo físico.
Me encuentro aquí, donde hay un silencio armonioso y una paz y serenidad sólo encontrada hasta ahora, en algún momento de mi proceso hasta el presente, en mi interior. Ahora es todo yo y constantemente. Ellos están aquí. Ante mí. Rodeándome y dándome la bienvenida sin palabras. Están para, juntos, hacer lo pactado antes del período del no-color.
Siento como si algo en mí se hubiera alejado ya para siempre. Sólo siento y la emoción es tal, que sólo viviéndolo desde el corazón puede ser entendido. La plena sensación de haber llegado el momento es fuerte. No es intuición, sino convencimiento absoluto que así es.
Ahora sabiéndolo, toda exaltación está ausente de mi presente. Siento. Sé. El Amor es Uno conmigo y haciéndome sentir aquel quien yo soy. Hay como una fuerte conexión con la esencia de donde procedemos. El Abrazo de Dios en mí.
Aquí no hay camino, solo espacio para que tu alma pueda manifestarse tal como es y tu ser materialice, con tu propia voluntad, aquello por lo que ha llegado hasta aquí.
No hay un camino a seguir. Estos han desaparecido y es el corazón que indica la dirección a seguir. Todo fluye. Todo se equilibra y materializa porque aquí con ellos, es estar aquí conmigo. Sentir la presencia del Hogar en mí, ensalza mi ser y permite sentir la plenitud de la verdadera naturaleza que cada uno es.
No hay individualidad. La conexión con todos estos seres resplandecientes es fuerte, firme e indivisible. Es una unión universal procedente de nuestra existencia donde el sentido de nuestro andar en la humanidad toma el sentido según la Intencionalidad Divina.
Me sonríen. Están esperando el momento de la manifestación de nuestra unión y poder obrar en la dimensión donde seres como yo hemos encarnado.
El Cielo está aquí. Soy parte de él, y ahora siento de una manera nítida y clara que no se encuentra fuera de nosotros, sino que nosotros somos el Cielo mismo en la materia inicialmente. Con el proceso de cada alma, va llamando a la puerta del raciocinio de cada ser para ser escuchado. Muchos sienten algo especial que les lleva a profundizar hacia esta dirección, hacia su interior.
Sé que otros también han llegado donde ahora yo me encuentro. Gracias a ellos, ahora estoy donde estoy y siento lo que siento. Gracias faros hermanos predecesores.
No hay caminos, solo la Voluntad de uno mismo junto con la Unicidad Divina con aquel quienes somos.
¿Quién soy? Pertenece al pasado. Aquí en todo momento es YO SOY. Sabes solo sintiendo. Comprendes solo sintiendo y aprendes solo sintiendo. No hay palabras, solo una apertura del corazón puro e incondicional dispuesto a AMAR según la divinidad que somos. Aquí el concepto de amar no es como lo percibíamos en el camino. Lo siento, no puedo describir lo que siento en estos momentos. Solo aquel que lo llega a sentir en él mismo, puede entender la plenitud máxima de la presencia del universo en nosotros. Somos parte de él y creador del mismo. Somos co-creadores de la magnificencia divina universal.
Aquí estoy, en el no-tiempo, existiendo eternamente y sintiendo la naturaleza de aquel quien yo soy.
Paz, sosiego, absoluta armonía y siendo mecido por el amor de la Fuente de la cual todos procedemos. Abandonado en sus brazos, dejo que la cuna en la cual reposo sea alimentada por el sentimiento más sutil y de alta vibración que pueda existir. Encontrándome en ella, siento la protección, guía, apoyo y sustento de la inmensidad del firmamento. Todo en orden. Todo paz. Todo Amor.
Siento lo mucho que debo de hacer aquí. Cada paso en el momento adecuado y ya previsto. Veo la secuencia de mi avance en este estado celestial. No hay paraíso. ¡Tú eres el Paraíso! No hay edén. ¡Tú eres el edén! Sí, amada alma que estás leyendo ahora estas palabras procedentes del Hogar, no busques a fuera lo que tienes y eres en tu interior.
El mayor tesoro del ser en estado de evolución es invisible a los ojos humanos. Solo desde la divinidad, desde el corazón se podrá abrir la puerta de aquel quien eres.
Donde ahora estoy no existe aquel que fui, quien pensaba que era. El camino se encargó de alejarlo de mi mente y dar paso al aprendizaje de lo vivido. Este aprendizaje te permitirá llegar a quién eres.
En su momento os estaré esperando, para juntos, elevar el alma y proseguir desde el Hogar a nuevos escalones hacia la plena divinidad. Otros anteriores a mi venida, así lo han hecho con los que hemos llegado hasta aquí. Todos nosotros también seremos manos y guías para otros, que como yo, puedan transcender su humanidad hacia la divinidad.
Todo va bien. Todo está bien.
El camino tiene un fin,….luego, vuestro ser os guiará y vuestra mente manifestará vuestra divinidad.
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.

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