miércoles, 19 de junio de 2013

Ante la puerta

 
Me encuentro ante la puerta, esta puerta que siempre ha estado aquí y que muchas veces he pasado por delante de ella y no le he hecho caso.
Siempre ha estado aquí. Cuando nací, fui a parar a un camino lleno de puertas que me han permitido elegir según creía a cada momento.
He soñado, sentido, percibido y visto mi voluntad en mí.
¡He cruzado tantas puertas!, en cambio, ahora me encuentro en la tan esperada, ¡justo ante mí!
Estoy aquí, ante ella. Todos los pasos me han llevado a estar  aquí, ahora y aquí, ante la tan esperada.
He habido de recorrer muchos senderos y caminos para encontrar puertas que me dijesen el camino para llegar hasta donde ahora estoy. Todas se encontraban en el valle y la ladera de la montaña. Yo miraba hacia arriba y veía esta puerta que ahora tengo ante mí. Siempre he soñado y pensado que algún día llegaría. La veía allí arriba y, en cambio, no se divisaba el camino para llegar a ella. Siguiendo cada una de las direcciones que el camino me indicaba he podido darme cuenta que la decisión y el camino para llegar a ella estaba en mí.
 Me encuentro ante lo que tanto tiempo he esperado mientras me liberaba de aquel quien yo había consentido que me hiciesen. Iba dejando lastres a cada decisión de mi avance, y después del tiempo adecuado, ahora me siento liberado y encontrándome justo ante la puerta que me permitirá elevar el vuelo tan anunciado a mi ser. No llevo ninguna mochila de mi pasado. He hecho las paces con quien fui y he dejado que continúe su camino, pero no conmigo. Ya no. Solo siento que estoy aquí pero no soy de aquí, y para dar un nuevo paso hacia la unicidad con quien Yo Soy, tengo que abrir esta puerta y cruzar su umbral. Veo la Luz que hay detrás de ella. Por debajo de la puerta, el ojo de la cerradura y los encajes con la pared, me llegan los rayos de este nuevo sentir y hacer, de mi nueva vida.
Mi corazón siente la fuerza de atracción de la vibración del otro lado.
Tengo la puerta delante y sintiendo, como en los últimos instantes de transcender que ves toda tu vida, así estoy sintiendo yo ahora, encontrándome ante esta última puerta que me elevará hacia la plena realización según pacté. Estuve de acuerdo con todo el proceso, aunque no sabía bien los pasos detallados hasta llegar al presente. Estando en el Hogar me mostraron este punto donde ahora me encuentro: ante la puerta de aquel quien Yo Soy y mi obra.
Recuerdo cuando me lo enseñaron, porque sentí una gran ilusión al saber todo lo que sucedería después y el hecho de lo que representa haber llegado hasta aquí.
¡Hay tanta alegría en mí! ¡Siento tanto gozo y amor en mi interior!, que todo mi ser vibra y resuena con aquello que se encuentra al otro lado de la puerta.
Siento una plenitud y un inmenso Amor no terrenal en mí.
Siento la Unicidad con la Familia y conforme a partir de ahora, mi vida cambiará.
Sí, ante la puerta me encuentro, y cada vez los rayos que la traviesan son más intensos y brillantes. Me llaman.
Me acuerdo de todos aquellos que, sin ellos saberlo, me han empujado hasta aquí. Todo estaba pactado y mi corazón me empujaba hacia ellos. Cada uno me permitía elevarme un poco más y dar un nuevo paso hacia el recordar de quien soy. Recordar y recordar. Todo ha consistido en recordar el verdadero ser que yo siempre he sido, y de la importancia de las puertas que en aquellos momentos se me presentaban e iba encontrando.
Esta es diferente. La Luz que se encuentra detrás de ella no se veía en las otras, ni la intensidad ni el brillo de esta.
Ahora sé del papel que ha representado cada paso dado a lo largo de mi vida actual.
Ante ella, pienso si llamar o abrirla directamente. Estoy quieto, a un paso de mi cambio de vida. Parece como si parte de mi presente ya se hubiera realizado.
Me encuentro a un paso de lo que mi corazón siente en relación a mi voluntad.
De repente, me veo volando como una gran águila blanca. No estoy solo, y más allá de las nubes siento la serenidad del Hogar y la paz y amor de donde todos procedemos y que a él volvemos.
El sentimiento es claro. La información de lo que hay detrás de la puerta me llega constantemente. Lo que siento es inmenso, más allá de toda sensación de la condición humana. Soy infinito. Soy plenitud y Uno con el firmamento. Siento y siento cada vez con más fuerza lo que me depara al otro lado de la puerta.
Finalmente me decido a abrirla y cruzarla.
De repente, como si me hablasen, oigo:
-        ¡Espera! ¡Siente estos momentos! Aunque el momento de lo esperado es este, disfruta de estos instantes.
Vuelvo a quedarme quieto donde me encontraba, a un paso de la puerta y continúo sintiendo el Hogar en mí, viendo como diferentes hermanos de lugares diversos del Cielo empiezan a aparecer ante mí. Pertenecen a diferentes Familias estelares. Su Amor no da margen a ningún tipo de dudas sobre quiénes son y la relación que tienen conmigo.
Van llegando cada vez más. Multitudes de seres de Luz me rodean. Mis ojos no pueden divisar el fin de este encuentro. Son ellos que me han venido a recibir, a esperar.
Me comunican que a partir de ahora colaboraremos conjuntamente y siempre estaremos juntos vaya donde vaya. Los resultados empezarán a ser diferentes a como han ido hasta hace poco.
Necesitaré de ellos, así lo pactamos y ellos necesitan estar conmigo, así lo decidieron y acordaron también.
La realización a partir de ahora tiene que ver con toda la información que se me ha ido transmitiendo hasta el presente.
Me siento plenamente acompañado, seguro, amado y acogido. Cuando sientes la Familia sabes que son ellos y ya no os separáis más. Con ellos solo puedes esperar lo mejor.
Llega el buen tiempo de mis latitudes, y cuando más nos adentremos en él, más será la Unicidad y el Amor en mi ser. Entonces la puerta se abrirá. Sé qué me espera detrás de ella. Sé del nuevo camino a seguir. Solo estoy esperando el ahora adecuado para que todo sea. Ahora, todo y así, ya me encuentro ante la puerta que durante tanto tiempo he estado anhelando. Ahora ya no espero, porque ahora ya estoy.
Gracias a todos, a todo y a mí.
Al final, todos volaremos y seremos el Hogar en nosotros y la Divinidad manifestada.
 
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.

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