miércoles, 15 de mayo de 2013

A los Maestros de nuestros tiempos


Me doy cuenta que hay muchas cosas que todavía no sé y no las tengo integradas en mí. Puedo saber y tener conocimiento de quién fui o de dónde procedo. Puedo tener conocimiento de parte de mi existencia, aunque, sabiéndolo, me doy cuenta que no todo está integrado en mí. Todo y así puedo decir, desde el altavoz de mi corazón, que sé quién soy.
He seguido un proceso de instrucción por parte de las altas esferas de la Luz, de Maestros de otras dimensiones, e incluso, de todavía encarnados. Éstos fueron apareciendo a medida que yo me encontraba dispuesto a abrir una nueva puerta en mi camino. Cuando expresaba este interés emanado de mi interior, entonces se activaba un proceso que me llevaba a encontrar a un ser que sería una puerta para subir un nuevo peldaño en mi escalera personal de Ascensión.
Han ido pasando los años, y me he dado cuenta que mi biblioteca de sabiduría existencial iba ampliándose. Muchos de los conocimientos iban integrándose en mi ser, siendo yo, parte de esta sabiduría transmitida, sobre todo en los últimos años, des del Hogar de dónde todos procedemos.
He aprendido con diferentes seres, y cada uno con su lección preparada para mí. Todos fueron parte de lo que ahora soy. Gracias a ellos he llegado a mi presente. A todos gracias.
Me daba cuenta que muchos otros, esparcidos a lo largo de mi amado planeta transmitían, de alguna manera la dirección a seguir en nuestro proceso. Empecé a preguntarme qué transmitía yo de diferente en relación a ellos. ¿Qué era aquello único que yo podía transmitir y no los demás? ¿En qué me diferenciaba, como transmisor, a los demás? ¿Qué es lo que yo añadía de nuevo en mi amado planeta y no los demás, y cuál era mi camino?, porque parecía que lo que yo transmitía, era igual o parecido a lo que muchos y muchos otros hermanos a lo largo de mi amado mundo también transmitían. ¿Estaba aquí para decir lo mismo que los demás? Sabía que no estaba en la Tierra para decir lo mismo que tantos otros a lo largo de los cinco continentes también estaban ofreciendo. ¿Qué es lo que yo tenía que ofrecer que fuera distinto a los demás? ¿Qué era aquello por lo que mi ser había encarnado nuevamente para transmitir a la humanidad y colaborar con el planeta?
Esto me llegué a preguntar en alguna vez. Mi interés y conexión con mi ser para encontrar la respuesta, hizo que a su tiempo se me fuera revelado. Entonces entendí el porqué, de una manera extensa y absoluta, mi presencia en esta vida. Ahora sabía el motivo por el cual, inmerso en el Gran Plan Divino, pactamos una nueva venida en la materia para dar un salto cuántico a mi ser y ayudar a los demás que también lo hagan.
Aquí estoy.
Viví situaciones que para otro podrían parecer que la vida me dio la espalda.
Conocí personas que parecían ignorar mi presencia y tensar el hilo de mi postura y actitud de aquellos tiempos ante la vida.
Todos, absolutamente todos los seres humanos que me encontré en esta vida me llevaron a mi interior y, con mi predisposición, a un aprendizaje que me llevaría a entender el por qué de todos ellos en mi vida. Con algunos tuve que hacer las paces en relación a otros encuentros de otros tiempos, bien por mi parte, como de la suya. Con otros me llevaron a una mayor autoestima, necesaria para abrir nuevas puertas en mi camino hacia el verdadero ser que soy.
Aprendí a ser paciente y a confiar.
Ahora, sabiendo mi camino, especificado y claro, he podido centrarme en aquello que yo puedo ofrecer de la manera que solo yo puedo hacerlo. Cuando más he ido escuchando a mi corazón, más he podido adentrarme en la realización en esta vida. Fue importante para mí, saber qué era aquello que yo, y solo yo podía hacer, de diferente, en relación a los demás. Esto me dio renovadas fuerzas para seguir mi camino, y esta vez, sin ningún posible titubeo y con firmeza. Cuando más he sabido desde el corazón, más me he dejado ir, y cuanto más me he entregado a las manos de quien me creó, mi vida tomaba más fuerza y sentido.
Ahora veo muchos maestros que empiezan a manifestarse y todos ellos tienen algo en especial que solo ellos por su experiencia pueden transmitir con sus palabras y serenidad al respecto. Hay diferencias entre ellos, como los profesores de un Instituto, donde predominan los de historia, física, química, prácticas,…Todos tienen su especialidad, teniendo integrados aquello por lo cual se han preparado. Así en el mundo de la Ascensión, del camino espiritual, sucede. Hay seres que transmiten más un tipo de temas que otros, y todos son necesarios para la sabiduría completa. Unos son más historiadores que otros, más prácticos que otros, más teóricos que los demás. Unos nos hablan de donde procedemos, otros de quienes somos, otros de diferentes técnicas y otros están enfocados más a la conexión divina de cada uno. Todos tienen su razón de ser, pero al igual que sucede a nivel Universitario, por ejemplo, hay o habrá especialidades que deberán de ser retocadas y actualizadas.
A medida que el ser humano vaya predisponiéndose a la aceptación de su camino, responsabilizándose de él, deberá de ir conociendo su potencial, conectar con él y saber cómo hacerlo servir.
Tengo mi lugar en este mundo lleno de grandes nombres, pero no para obtener uno de ellos, sino para llegar de manera diferente, como una especialidad nueva y necesaria para los tiempos que vivimos.
¡Al final supe porqué había nacido en una biología esta vez!
Sigo mi camino. Éste, ahora, no es el mío, sino el de quién me creó. A través de mí, estoy siendo llevado, protegido, guiado y amado por el Hogar del cual, cada uno de nosotros procede.
Siento en mi corazón la fuerza de quién soy y lo que he venido a hacer.
Ahora, pasado un tiempo, sigo mi camino en el silencio, la humildad y la guía de mi corazón.
Cuando nos dejamos llevar por él, la vida toma otro matiz. Se respira diferente. Se vive diferente y se mira y percibe diferente, porque ya no eres tú quien lo hace, sino la divinidad que hay en ti manifestándose cada vez más a través de tu intencionalidad y tu vehículo.
Sencillez, naturalidad, humildad y fe, son los pilares de una manifestación de tu ser al mundo.
Me siento agradecido por toda la instrucción de más allá de mi dimensión y a todos los seres que me han acompañado a lo largo de toda mi existencia.
A todos, gracias.
 
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muchas GRACIAS! muy hermoso tu relato, hermosísimo.

Unknown dijo...

Muchas GRACIAS JORDI, muy hermoso tu relato, realmente desde el corazón.