jueves, 28 de marzo de 2013

Sentir quien soy



Estoy emocionado. Mis ojos derraman lágrimas al sentir la fortaleza de nuestro interior. Siguiendo el empeño de lo que sentimos en nuestro corazón, hace que tu vida vaya transformándose para abrir la puerta de lo que tanto sientes dentro de ti y que te hace llevar allí donde tu verdadero ser se encuentra en lo más alto de tu presente.
Es tanta la emoción que estoy sintiendo en estos momentos que mis ojos limpian las impurezas de la impotencia creada a lo largo de los años.
Aquello que uno siente con una fuerza inusual que te lleva a dar los pasos hasta encontrarte justo en aquel instante donde tu creatividad se muestra como un volcán amoroso haciéndote sentir como el ser más especial fuera de tu cuerpo estando en él, es lo que hay dentro de ti que debes de dedicar tu vida a ello.
La fuerza que uno tiene es tal que lo que puede suceder a tu alrededor queda pequeño en relación al amor que te empuja a ser tu.
¡Sí!, siento esta fuerza en mí, sabedor que cada uno de los que me rodean también la poseen. Siento la intensidad del amor de nuestra esencia innata, llevándote a aceptar y a darte cuenta a través del sentir, que toda tu existencia es única, y ésta implica a todos los que se encuentran a tu lado; y de alguna manera, aquello que sientes y haces según esta fuerza que emana de lo más profundo de tu naturaleza, también derrite las resistencias que puedan haber a tu alrededor para que lo que sientes pueda llevarse a término. Sabes esto y mucho más.
¡Hay tanto potencial amorosa en cada ser humano, que el término humano  deja de tener sentido!
Algo dentro de ti te empuja hacia algo que a lo mejor, ni siquiera tú, eres consciente de ello. No lo ignores. No lo rechaces, porque aunque hayas vivido la vida que has vivido, la vida de depara algo mejor para ti. No importa en qué momento te encuentres ni lo que estés haciendo. Sientes el amor en ti y éste te empuja hacia el amor manifestado que realmente eres.
Es tal la fuerza que tenemos que solo con nuestra voluntad persistente podemos abatir todo muro que nos impide avanzar.
Es tal la intensidad que siento en estos momentos en mi interior que no hay limitaciones para mi ser. No puedo dejar de llorar, pero no por tristeza o impotencia acumulada, sino por la emoción y el amor que se me permite mostrar de aquel quien soy en verdad.
Mis dedos tiemblan de lo que siento.
La fuerza del Amor te hace avanzar y es desde el Amor, que tu vida abre las puertas hacia dónde tienes que llegar.
¡Déjate llevar por él!
¡Deja que tu nave existencial sea guiada por la esencia de quien te creó!
No hay nada más conmovedor que sentir como eres llevado hacia la magnificencia de lo que has venido a hacer. La ilusión es grande. La emoción,… …sublime.
Siento el Amor de donde procedo. En este estado nada de lo que vivo y acontece en mi dimensión parece tener valor más allá de lo que se percibe. No hay nada que temer. No hay nada que debáis de inquietaros. Aquello que vivís y experimentáis no os llevará a un conocimiento terrenal, sino a una sabiduría divina que habita en cada uno de vosotros.
No sois quienes sois. Aquello que sentís os indica el camino a seguir. Os conduce a unas decisiones para llegar a vuestro bienestar.
¡Es tanto el potencial y la fuerza de vuestro interior que sentirla y adentrarse en ella abriría las montañas para que pudieseis llegar a la gloria de quienes sois sin adversidades posibles que hasta ahora habéis creado vosotros mismos.
Sólo el Amor que hay en vosotros mismos puede abrir la puerta de vuestra divinidad y realización en vuestra encarnación actual. Nada os puede frenar, porque el Dios que sois derrite el hielo de vuestro pasado que se encuentra en ante vuestro presente.
Así es la fuerza de vuestro interior. Esta es la fuerza que tenéis cada uno. Vuelvo a repetir: ¡CADA UNO!
¡Sentid quien sois!
Es tanta la emoción que siento que mi corazón, abierto de par en par, siente la unicidad con cada uno de vosotros. Sé que algunos os encontráis en una distancia muy lejana a la mía, pero no es así como lo siento, porque es como si estuviéramos todos juntos ahora y aquí.
¡Siento tanto Amor dentro de mí, que hace que mi alma se eleve y sienta al Padre y el Hogar conmigo!
¡No desfallezcáis, amados hermanos distribuidos a lo largo de los cinco continentes de este mundo que hemos acordado venir y experimentar con la materia!
¡No os desalentéis porque vuestra voluntad y lo que sentís en vuestro interior os empuja hacia la luz de vuestro camino!
¡Confiad y tened Fe! Llegará el día que lo que sentiréis os llevará a no valorar lo que ahora valoráis y os atrapa. Llegará el día que la Luz de la que os estoy hablando os parecerá irreal porque os liberará de vuestra condición humana.
Nada de lo que os transmito pertenece a la realidad que conocéis, y a la vez, todo este potencial se encuentra ya en vuestro interior, desde el primer día que nacisteis.
Os estoy hablando del verdadero Amor que sois, del verdadero ser que habita en cada uno de vosotros y la capacidad que tenéis de poderlo activar y manifestar según la plena libertad que se os ha concedido. ¡Hacedla servir para dirigiros allí donde vuestro corazón os indica!
Quiero deciros que tenéis mi Amor que os apoya y os da el coraje desde los niveles superiores de nuestra conciencia, porque así es mi voluntad. No temed porque no estáis solos, y no lo digo por mi presencia en cada uno de vosotros, sino porque el Hogar se encuentra con vosotros y os miman y os aman incondicionalmente en todo momento de vuestro proceso.
Algún día todos nos encontraremos sintiendo lo que ahora yo siento, y entonces nos abrazaremos, creando una sola Luz, trascendiendo nuestro amado planeta, hacia niveles que denotarán que el Plan Divino por el cual hemos nacido una y otra vez en este rincón del universo habrá concluido satisfactoriamente.
Siento la calmada plenitud, la gran Paz y el Amor del Padre en mí, y desde este estado os digo:
Amados hermanos, dejad que el Amor sea en vosotros. Sentidlo y entregar vuestro timón a aquel que os creó
 
Desde mi corazón, que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.

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