miércoles, 10 de octubre de 2012

Aunque....


Cuando te despojas de las sonrisas provocadas,
Cuando te limpias el maquillaje de apariencia,
Cuando tus pasos no titubean en el caminar,
Cuando tu corazón se abre y reconoce el aislamiento,
Cuando todo esto sucede, entonces es que algo grande está sucediendo en ti.
Cuando ves la belleza que te rodea a pesar de los pesares,
Cuando tu mirada deja de ser de soslayo,
Cuando eres capaz de respirar profundamente sin pensar en la pérdida de tiempo de este momento,
Cuando tu agenda deja de ser lo primordial en tu vida cotidiana,
Cuando todo esto sucede, hay una luz en tu interior que quiere ser mostrada.
Aunque cada mañana parezca ser lo mismo antes de levantarte,
Aunque sientas que hay mucho o nada que hacer en el día de hoy,
Aunque puedas llegar a pensar: “un día más”,
Aunque todo esto parezca en ti, siempre queda lo imprevisto para impresionarte y poder decir: “¡mira!, esto me ha gustado”.
Aunque hoy no puedas desayunar,
Aunque sientas un fuerte impulso de llorar,
Aunque esta noche tampoco hayas podido dormir como te hubiera gustado,
Aunque no perfiles la salida de tu aparente situación estancada,
Aunque todo esto parezca existir ante ti, déjalo ir y siente la esperanza que lo existente actualmente en tu vida sólo es un impulso para llegar a ti.

Nuestro pasado nos empuja a creer lo vivido en antaño, a dar por hecho que lo que fue, continuará siendo, y el hecho de sentir este sentimiento en nuestro interior, hace que nuestro potencial de ser nosotros se desvanezca debido que ponemos a las manos de lo que fue nuestro empoderamiento como seres libres que somos.
Nos ponemos a merced de lo que fue para sentir el abatimiento de nuestro estado interior según nuestro pasado. Éste continuará insistiendo en querer subyugarnos a su domino, pero solo es una cuestión de conciencia personal.
Cuando no sabemos, nos creemos limitados.
La vida no es como nos la han hecho creer. Más allá de todas las connotaciones culturales, religiosas o sociales, nuestro caminar no tiene un solo camino, sino que existe también, otro más en acorde a nuestras necesidades. Sí, existe un camino ante nosotros, único y primordial para nuestro ser. Éste no es externo, sino que la dirección a seguir a partir de ahora reside en lo que nos dicta nuestro corazón.
Todos somos iguales como almas, pero diferentes como seres encarnados. Por eso, debemos de buscar y encontrar el camino adecuado para nuestra alma. Somos únicos dentro de la especie de la humanidad. Solo nosotros sabemos hacer aquello que sentimos en nuestro interior de la manera que lo sentimos. Nadie más puede hacer aquello de la manera que nosotros lo podemos hacer y beneficiar a aquellas otras almas necesitadas de la comprensión como nosotros también sentimos. Despertando de la quimera onírica de nuestro pasado limitado, ahora podemos levantarnos y decir bien fuerte, en voz alta: “Hoy, yo sí que puedo y lo consigo! ¡Hoy vale la pena vivir!”
Nuestra vida abraza los deseos de nuestro corazón. Cuando así lo hacemos, entonces, sentimos la fuerza de nuestra esencia pidiendo paso para hacerse un hueco en nuestra amada existencia.
Cuando despertamos por la mañana y sentimos el amor en nosotros, entonces es que algo está cambiando en nosotros.
Cuando nos levantamos y sentimos la gratitud por este nuevo día, es que nuestro ser ha encontrado el camino de vuelta a casa.
Cuando nos miramos en el espejo y sonreímos por podernos ver y nos agrada lo que observamos, entonces, es que algo grande se está produciendo dentro en nuestro interior.
Cuando cada día sentimos la necesidad de levantarnos para recibir con los brazos abiertos lo inesperado de aquella jornada, es que nuestro corazón se ha abierto y nuestros hermanos de la Luz nos acompañan susurrándonos al oído el nuevo día.
Mirando en el silencio de la mente, vemos el reflejo de la perfección de la creación.
Sintiendo la serenidad de tu interior, percibes el potencial que hay dentro de cada uno, a pesar de las diferencias y los enojos.
Cuando decidimos experimentar esta sensación de la encarnación, no se nos dijeron muchas de las cosas que hemos vivido. El libro de instrucciones no nos fue leído del todo. Hubo apartados que sólo nosotros tuvimos que darnos cuenta a través de la vivencia. Llegar hasta aquí nos abrió las puertas del verdadero ser que somos y del recordar.
Ahora, aquí leyendo estas palabras mi ser está atento y centrado en cada una que mis ojos resiguen. Algo en mi me aquieta, como si alguien amado estuviera a mi lado y sintiera el bienestar de su presencia. Continuas leyendo como parte del día de hoy, elevando tu esencia hacia lo más alto de tu ser.
Hoy es un buen día, aunque a lo mejor el cielo parezca no querer lucir el sol, pero en el fondo, me doy cuenta que no es lo más importante, porque aunque no lo vea, él continua en lo más alto alentándome a seguir.
Mi corazón sabe de los por qués.
Hoy decido andar sintiendo.
Hoy me permito expresar mis emociones sin impedimentos.
Hoy es un buen día para renacer aquel ser que soñaba en mi interior, libre, elevándose hacia la eternidad de mi realización.
Hoy, mi corazón está dispuesto a hablarme y yo a escucharlo.
Pase lo que pase hoy, yo seré yo. Así lo siento y así lo expreso.
Por eso, cuando siento la fuerza, por momentos, de este algo sutil que reside en mi interior,…abro los brazos, miro al cielo y expreso:
“¡Sí! ¡Yo puedo! ¡Yo quiero y hago mi voluntad según mi corazón!
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!”

Los días son pequeños regalos que nos pueden hacer grandes.
Los instantes, guindas de nuestro pastel existencial.
Dejemos que la celebración sea compartida con todos aquellos que nos rodean. Entonces, veremos cómo cada mañana, tarde o atardecer son muestras de agradecimiento por sentir la gratitud de estar aquí.

Desde mi corazón, un fuerte abrazo y que el Amor y la Paz sean en todos vosotros. 

No hay comentarios: