jueves, 26 de enero de 2012

Más allá


La senda del corazón nos lleva más allá donde nuestros ojos pueden ver y nuestra mente imaginarse.
Sentir el amor en uno mismo te enlaza con el sentido de tu existencia. El horizonte parece cercano en relación a donde puedes llegar. Allende de lo deseado, la luz que ilumina tu camino te permite ver tu vida como algo maravilloso y conjuntado con una intencionalidad más allá de nuestros sentidos.
Nuestro corazón nunca nos miente ni nos deja a medias; sencillamente nos coloca en el lugar que debemos de estar a cada instante para llegar allí donde nuestro motivo en esta vida ha sido creado. Conseguir llegar a nuestro objetivo del alma es lo más grande que a uno le puede suceder. Para que así sea, el Amor nos acompaña en todo momento, siendo nuestros pasos y obras Uno con él. De esta manera, todo fluye y da sentido en nuestra vida.
Somos mucho más que una forma, un medio físico interactuando en este mundo de la forma. Somos algo más, algo superior que da sentido a la forma en la cual vivimos.
Nuestros anhelos, nuestros deseos de antaño todavía hoy en el presente están relacionados con lo que hemos venido a hacer, y nuestra alma esto lo sabe, por esto nuestras inclinaciones hacia algo concreto, quizás muy diferente al resto de nuestros familiares, vecinos o amistades.
Algo fuerte hay en nuestro interior que nos empuja a tomar ciertas decisiones, a menudo sin pensarlas. Algo más allá de nuestra condición humana nos llama y nos sentimos atraídos, como alguien que nos atrae hacia sí a través de una cuerda atada a nuestro cuerpo.
Nuestro camino se dirige hacia una Luz intensa que se encuentra, para la mayoría, más delante de donde nos encontramos en estos momentos. A medida que vamos avanzando, tomamos consciencia de lo que vemos y sentimos. El aprendizaje se hace cada vez más fácil, entendiendo el por qué de lo que nos sucede y lo que se está aventurando en nuestro amado planeta y sus habitantes. Es entonces cuando nuestro corazón sale de su resguardo y discreción diciéndonos:

- ¡Vamos, a qué esperas!

Sin casi tener tiempo de cuestionarnos su presencia, damos el primer paso hacia lo que sentimos. No es racional, ni lógico muchas veces, pero se crea una satisfacción y una sensación de bienestar conforme tu y tu verdadero ser están de acuerdo y coinciden una vez más.
Cuando nuestra vida se vuelve intuitiva, rompemos los lazos con nuestro pasado, alejándolo sin pena ni tristeza.
Cuando nos vemos abocados a una determinación salida de nuestro interior estamos abriendo la puerta de la Luz en nosotros y del Amor incondicional hacia nuestro ser. Es entonces cuando los sueños se hacen realidad.
Nada hay al azar. Como una salsa bien ligada (permitidme esta expresión), todo se unifica y nuestra vida toma el sabor que le corresponde, siendo una exquisitez para nuestro ser, el ser que ha decidido vivir esta experiencia en la densidad,…..en la forma.
Entonces, las puertas de la realización se abren y sientes la alegría y el gozo de vivir. Entonces, es cuando la vida empieza a tomar sentido. El azar desaparece, así como las casualidades, y el potencial de cada uno empieza a manifestarse con todo su empoderamiento.
Los grandes maestros y genios de nuestra historia han seguido la voz de sus corazones. Así han llegado donde han llegado.
Cada uno de vosotros es un maestro y un genio en potencia. Algunos empezáis a manifestar vuestros dones y capacidades. Vuestro camino empieza a esclarecerse y vosotros vais viendo claro la dirección a seguir.
¡Escuchad vuestro corazón porque os llevará a vuestra magnificencia en este mundo donde vivís!
¡Sois tan grandes! ¡Tan majestuosos y omnipotentes, que vuestra divinidad pide paso en estos tiempos para que todo sea!
Pensabas que eso era cosa de los demás y no eras un privilegiado o elegido para ser feliz o tener estas capacidades que siempre has visto en los demás, en alguno de los que te rodean, pero no en ti.
Bueno, los tiempos pasan, y tus plegarias, tus ruegos y peticiones, tus sueños y pensamientos que tenías para escaparte de este mundo y la situación que vives o vivías, ahora han sido escuchadas.
Cuando nuestro corazón nos habla, la mente calla. Luego, ésta intenta sobornarte para continuar con el pasado, pero a medida que vayas sintiendo en tu interior una nueva vida y mejor para ti, y te adentres hacia esta dirección, tu mente dejará de insistir porque se dará cuenta que tú eres un ser perfecto, completo y entero. Tú eres un ser íntegro, y como tal, tus deseos podrán hacerse realidad.
Nuestra fuerza interior es ésta: vivir desde el corazón y sentir a Dios en ti, porque tu ser reclama que tu verdadera naturaleza sea manifestada a los cuatro vientos para el mayor bien de todos.
Siento paz, mucha paz en mi, después de seguir este proceso en mi vida.
Siento el Amor que soy y al cual pertenezco.
Soy quien soy, viviendo aquí y siendo del verdadero Hogar más allá de toda materia.
Mi vida empezó a ligerarse y a empezar a abrir las puertas que hasta entonces se mantenían bloqueadas, cuando empecé a recordar quien soy y a escuchar esta voz que hay en mí que me guía hacia mi esencia e intencionalidad amorosas procedentes de un Gran Plan Superior al cual todos pertenecemos.
Me siento agradecido y en paz conmigo mismo.
Continúo viviendo en un entorno de dualidad, pero voy viendo, a medida que yo voy siendo cada vez más yo, como la humanidad va respondiendo según mi proceso. Soy parte de la creación humana. Soy parte de cada uno de vosotros, con la esperanza de ver un mundo nuevo en los tiempos de hoy. A pesar de los pesares, ahora, yo, ya veo esta existencia en mi y hasta donde mis ojos y sentido pueden llegar a divisar.
Todo está en orden, en armonía y vosotros sois parte de ella.
Hemos travesado las puertas del corazón, aunque haya quien se ha quedado en sus umbrales contemplando nuestro avanzar en el nuevo mundo. Nos miran y continúan preguntándose si esta nueva vida es de fiar por lo que ellos han vivido hasta el presente.
Giro la cabeza. Los miro y siento mi amor en ellos, llenos de miedo por lo nuevo y sintiéndose limitados por lo adquirido en sus inicios en esta vida. Siento el Amor en esta escena, sabedor que, en algún momento también la cruzarán, muchos de ellos, con otra forma en relación a la actual.

Que el Amor, la Paz y el sosiego sean en todos vosotros.

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