miércoles, 20 de julio de 2011

En momentos de desconcierto y estar perdidos

Cuando nos dejamos llevar por las circunstancias que vivimos, abrimos la puerta de nuestra condición humana y el malestar.
Cuando resaltamos los sentimientos más humanos, mostramos nuestras limitaciones y estamos diciendo al mundo: “¿Lo veis?, yo no puedo.”
Cuando así es, debemos de dirigirnos a nuestro corazón y encontrar la esencia del verdadero ser que somos. Sentir la paz, la calma, el sosiego y el amor existente en cada uno nos permitirá transmutar la densidad creada para liberarnos y volver a conectar, nuevamente con nuestra verdadera naturaleza.
Este acto de fortaleza y coraje para centrarnos y tornar a sentir nuestra verdadera esencia es propio de la fuerza interior que cada uno tiene dentro de sí como ser espiritual que es. No somos nuestra identificación con lo que hemos vivido ni con lo que os pasa. Somos mucho más que la experiencia del momento.
Aquello con lo cual nos identificamos o centramos nuestra atención, lo potenciamos, entonces, ¿os dais cuenta del por qué tantas veces nos quejamos? ¿Lo entendéis ahora? Nuestra mente tiene que estar al servicio de nuestro corazón, no nosotros a su servicio.
Cuando no permitimos que nuestros pensamientos intervengan al querernos hacer recordar nuestro pasado estamos bloqueando el dolor y dando paso al verdadero ser que somos, el ser amoroso y que siente su naturaleza, y todo su vida, centrada a través de la guía de su corazón.
Cuando nuestra cotidianidad nos hace sentir mal por el motivo que sea, debemos de volver al corazón para sentir la harmonía, el orden, la paz y el amor de quien somos. Centrados en nuestro corazón nada debemos de temer, porque él nos hablará y nos hará ver la verdadera realidad de nuestra situación. El “problema o dramatismo” de la situación desaparecerá y entonces volveremos a sentir el bienestar que realmente somos, pudiendo ver la luz en nuestras vidas.
Por más que nos encontremos en momentos claves donde nos sintamos perdidos o desconcertados, es entonces cuando debemos de retornar a nuestros orígenes para reestablecer el flujo continuo de nuestro equilibrio. Quizás lo veamos todo muy negro, pero la puerta de la luz nos espera y se encuentra dirigiéndonos hacia nuestro corazón. Siguiendo los pasos de la autoestima, abriremos las puertas de la calma, la paz interior y poder sentir la inmensa plenitud de bienestar en nuestro interior. Quizás no sepamos como amarnos, pero si como relajarnos, bien, esto está muy bien. Será la gran apertura de nuestra recuperación. Es el primer paso, ante una supuesta adversidad: la calma. Desde ella podremos darnos cuenta del verdadero significado de la situación vivida en nuestra vida: el aprendizaje, el auto conocernos un poco más. Cuando no hacemos nada por remediar nuestro estado inestable, y culpabilizamos a algún aspecto de nuestro entorno, es que realmente estamos identificados con nuestro pasado. Estamos atrapados. Necesitamos un proceso de desintoxicación y liberación. ¿Qué tal si dejamos de ver la TV? ¿Qué tal si dejamos de leer las noticias de los periódicos o revistas? ¿Y si tuviéramos que romper la rutina que llevamos para deshacernos del acomodamiento? ¿Has pensado en cambiar de alimentación, que a lo mejor, no es la más adecuada ni para tu cuerpo ni para tu espíritu? Sí, deberemos de hacer cambios, tanto a nivel de actitud ante la vida, como de hábitos a diferentes niveles. AUTOESTIMA. Eso deberemos de aplicar a nuestra vida: el Amor negado durante años, y probablemente procedente de nuestra infancia. ¿Qué tal los abrazos? ¿Ya abrazas a tus hijos, pareja o amigos? ¿Ya dejas de importarte por lo que puedan decir de ti? ¿Has intentado alguna vez dejar de querer tener la razón?....y sobre todo, ¿ya has pensado en dejar de querer controlar tu vida? ¿Qué tal si empiezas a relajarte y a ver lo positivo y amoroso que la vida te da?
¿Cuántas cosas a tener presente, eh? Bueno, todo es empezar.
Quizás siempre has deseado vivir en paz, estar bien con todos, pero a pesar de tus buenas intenciones, de cuando en cuando tu tranquilidad se ve truncada por algún acontecimiento, y a menudo superfluo, banal.
La paz no consiste en que los demás te dejen tranquilo.
La calma no consiste en no hacer nada.
La verdadera paz y calma se consiguen a través de que tú te dejes tranquilo con tus insistencias mentales y el parloteo constante de tu mente sobre lo qué hacer o no hacer, sobre el recordar o tener presente lo pendiente. Déjate tranquilo a ti mismo serenando tu mente. Pon sosiego en ella. No permitas que tu mente rija tu vida. Por cierto, la calma no se consigue no haciendo nada, sino no permitiendo que tu mente te recuerde tu pasado. Aprende a sentir tu corazón y entonces reconocerás a la verdadera calma que, a veces, para alguno, lleva años tras ella.
La vida no es como nos la han transmitido. Esta transmisión solo es la pasarela para que tu puedas conectar con tu verdadero yo al reconocer la verdad de lo que te rodea y el aprendizaje hacia tu integridad.
El verdadero ser que hay en ti espera poder manifestarse. Hace tiempo que está llamando a tu puerta, pero estás demasiado distraído con las supuestas adversidades que te rodean. Al centrarte en ellas, tus oídos se cierran a escuchar a la verdad de quien eres.
No te identifiques con lo que te rodea, y más si aparentemente no te es agradable vivirlo. Aprende de ello y piensa que tú eres quien lo ha atraído hacia ti, porque tú eres el verdadero responsable de tu vida. Tú eres el creador de lo vivido y lo que estás por vivir. Todo depende de un momento, y éste, es el presente, el Ahora. Tu vida depende de Ahora. ¿Qué decides vivir? ¿Qué cualidad de vida te quieres dar?
La vida es fácil, y depende de ti. Está basada en las decisiones que tomes: ¿tu pasado o el presente?, ¿la culpa o la responsabilidad? ¿Quieres ir de víctima o responsable? Tú tienes el poder de elegir la vida que quieres llevar. Tienes el libre albedrío que se nos concedió al encarnarnos.
Por lo que veo, hasta ahora la cosa no te ha ido como tú querías, ¿qué tal si coges la riendas de tu vida y te diriges hacia allí donde quieres llegar?
Ves a tu corazón y siente la paz, la harmonía y el amor de tu verdadero ser. Una vez te familiarices con tu corazón, aprende a escucharlo y a seguir sus consejos y directrices. Todo irá bien. Todo va bien. No temas por lo desconocido o por cambiar de estilo o ritmo de vida. Todo va bien. Deja que tu corazón te guíe y confía que te estarás dirigiendo hacia tu mayor bien y el de todos.
Eres un ser perfecto, completo, entero. Aquello que necesitas ya se encuentra en tu interior. Ves a él i date cuenta de todas las herramientas que se encuentran en ti para sentirte realizado/a y poder manifestar tu divinidad.
Tú puedes. Eres un ser maravilloso, lleno de amor para dar, empezando por ti mismo.
¡Adelante! Todo es empezar.
¡Bienvenido/a al primer día del resto de tu vida!


Que el Amor y la Paz sean en ti.

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