jueves, 26 de mayo de 2011

Entregarse al proceso

A veces, cuando te dejas llevar por el flujo de lo que ha de ser, tienes la sensación que no estás avanzando, a pesar que miras al entorno de tu presente y te das cuenta que has dado pasos importantes hacia tu integridad.
Sientes la fuerza de tu corazón como te habla. Su voz es fuerte y clara.
He dejado de llevar el timón, incluso. Estoy siendo llevado, guiado y protegido hacia el mayor bien según la intencionalidad divina universal.
               A veces, cuando permites que el Gran Plan sea en ti, debes de apartarte a un lado y dejar que “Ellos” tomen el protagonismo que les corresponde. Eres Uno con Ellos, y Ellos son Uno contigo. Sabes que estás siendo llevado hacia la majestuosa manifestación de tu ser al mundo. La Luz abre el camino para que todo pueda ser. Tú, liberado de toda intervención, permites que tu vida sea llevada hacia su realización. Tu Amor deshace los bloqueos de lo que fue de ti en un pasado porque ha llegado la hora que la fuerza del presente se manifieste en tu ser y tu vida.
Miro los pasos dados hasta ahora, y veo como las puertas se han empezado a abrir, estas puertas que, o bien no veía en su momento, o por más que lo intentaba no había manera de abrirlas. Ahora, por sí solas se han “desbloqueado”, y como si fueran automáticas que al acercarte reciben tu presencia y se abren solas, así está siendo el caminar del ser humano que escucha a su corazón abierto.
Uno está en el lugar adecuado y en el momento oportuno para que las coordenadas de tu vida coincidan y puedas continuar avanzando en la dirección apropiada para tu alma. Realización y Ascensión se manifiestan en estos instantes que parece que tu proceso esté detenido, pero nada más lejos de la realidad. Todo está en movimiento, como el universo, en constante evolución y expansión.
Dejémonos llevar por estos grandes momentos del Gran Cambio Planetario. La nueva casa nos está esperando, pero antes, debe de hacerse la limpieza adecuada y colocar las cosas en su lugar para que nos sintamos a gusto en ella. Así está sucediendo en el ser humano en pleno proceso hacia su divinidad.
Siento el Amor de quienes me acompañan del Hogar del cual procedo. Son un bálsamo en momentos como estos, donde quizás mi condición humana, en momentos concretos, le gustaría ver resultados más notables en la materia. Mis hermanos de la luz me abrazan y me transmiten las esperanzas de la plena realización de lo qué he venido a hacer y de nuestra colaboración conjunta en la realización del Gran Plan Divino aquí en la Tierra. Ellos me hacen sentir el Amor de Dios en mí. Me dan coraje para seguir, y entonces siento la paz, la serenidad y la fortaleza para continuar el camino de la paciencia temporal hasta que la alfombra de la Resurrección esté bien extendida para que mis pies traspasen el umbral de la liberación humana para manifestar la plena divinidad que cada uno es.
Estoy sentado ante el ordenador, sintiendo el Hogar en mi, y me doy cuenta que solo hay alegría, gozo y contento en ella. Hay mucha emoción por esta fase final de un ser existente y el nacimiento de la nueva vida, la nueva conciencia abrazando a la humanidad.
Hay serenidad en mi interior y deseos de amar todavía más. Hay ciertos anhelos de tener oportunidades para poderlo hacer. Siento, a la vez, como el Padre/Madre me dice que “Sea”, porque Siendo, todos se beneficiarán.
Siento la fuerte presencia de mi ser en esta dimensión, dándome cuenta que no pertenezco a ella. La fortaleza para vivir en la forma me viene del Hogar, de mi Familia Espiritual, de la cual pertenezco.
Siento paz, protección y la guía de mi naturaleza. Todo va bien. Todo está bien. Soy consciente de estos momentos vividos, sabiendo de la importancia de cada instante de aceptación por parte de mi ser. Cada Ahora aceptado es un avance y un dejar hacer a la Voluntad Divina aquí en la Tierra, y concretamente, en mi vida, Una con Todo y Todos.
A veces me vienen ganas de escribir y reflexionar sobre diferentes aspectos de la espiritualidad, pero cuando empiezo a hacerlo, me doy cuenta que ya sé el por qué de todo y que no es necesario que continúe. Supongo que por motivos de lo qué he venido a hacer, acabo el artículo para que os llegue a vosotros, los que leéis estas palabras, porque así ha de ser para el mayor bien de todos.
¡Cómo no! Ahora es uno de estos momentos, y aunque no sé de donde han salido el resto de las palabras a partir del primer punto y aparte, he llegado hasta aquí, teniendo la sensación que el contenido de la necesidad de plasmar en unas líneas lo que sentía ha sido perfectamente mostrado.

Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.

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