miércoles, 15 de septiembre de 2010

Me siento como el viento

Me siento como el viento que se deja llevar por el flujo de la inmensidad del universo, donde todo está en su lugar perfectamente sincronizado con el resto de la vida existente en él.
Soy como el viento que viaja a través del tiempo, siempre en el presente, y yendo más allá fortaleciendo mi espíritu. Me siento llevado por la Voluntad Divina de la Creación y como el aire que limpia la tierra, ciudades y poblaciones, por más pequeñas que sean, así yo me desplazo a través del tiempo inexistente en mi dimensión actual.
Me elevo llegando al silencia del espacio y después retorno a la influencia del planeta Tierra.
Me siento llevado por el flujo de la vida eterna. Soy presente y en todo momento soy este presenta que me hace estar vivo y enfortecer mi espíritu. Noto, con el tiempo lineal, la fortaleza y sabiduría de mi espíritu y ser. Manteniéndome en el presente noto como mi interior, mis células, mis energías van cambiando a cada instante dejándome llevar por la inercia de lo que ha de ser.
Como un observador del espacio deijo pasar los días con mi presencia en medio de cada momento. Miro, observo, siento y aprendo, y mi esencia se eleva cada vez más, notando el aumento de la majestuosidad de mi divinidad.
Vivo y soy cada instante, no habiendo otro momento donde yo pueda existir, y estando en el presente, me doy cuenta que mi ser ha ido dejando la densidad y mostrando su luminosidad cada vez con más intensidad, así como el grado de pureza amorosa en toda mi biología y ser. Mi conciencia, siempre estando en el presente, ha ido conectando con los registros akásicos de mi naturaleza origina.
Me mantengo despierto, viajando por el universo y sintiendo la omnipresencia de mi sabiduría y mi fuente creadora amorosa. Sencillamente estoy. Yo Soy, y en medio del firmamento viajo sintiendo el valor de mi presencia por la vida existente a lo largo de todo el vacío generador de la eternidad.
Estoy en el lugar, sintiéndome fuerte, jovial, alegre, amado y acompañado por aquellos que pertenecen al Hogar de la cual procedemos. Su amor es grande, puro, al servicio de la Fuente Creadora de toda Vida. Yo sencillamente estoy. Todo pasa y a medida que voy dejando atrás, voy sintiendo mi fortaleza sin envejecer, porque el tiempo no pasa para mí. Siento la resurrección de mi esencia y al verdadero ser que soy. Cada vez más. Noto la divinidad queriéndose manifestar en mí, pidiéndome paso debido que el tiempo de la nueva Creación ha llegado.
No me siento envejecer, pero sí divino. No tengo la sensación de ir haciendo un viaje por propio pie, sino que es mi alma quien va absorbiendo todo aquello que se le presenta para poder elevarse cada vez más con menos esfuerzo. Mi cuerpo deja de pesar, recuperando una vitalidad divina no manifestada hasta ahora.
No me siento haciendo cosas para crecer, sino sintiendo el presente y conforme lo voy sintiendo, mi ser se va alimentando y ascendiendo. Mi alma va elevándose has formar parte de cada presente del universo.
No soy humano, sino espíritu en proceso de ascensión y siempre en presente. No tengo la sensación de ir avanzando, porque siempre estoy en el ahora, como si no me moviera, pero depende de cada sensación manifestada en este ahora, me elevo más, más y más. No me siento forma, sino espíritu, y ¡éste es tan grande!
Tengo la sensación de encontrarme en medio del firmamento y conforme yo voy elevándome este también lo va haciendo y extendiéndose. La fuerza que puedo llegar a sentir dentro de mi, es como si automáticamente quedase impregnada en cada partícula del espacio infinito. ¡Somos tantos los que estamos aportando esta energía!
Me siento como el viento celestial que se va elevando con la toma de conciencia que voy teniendo a medida que voy manteniendo la vida en mí. Estar despierto aumenta la sensación divina en mí, y la capacidad de sentir la inmensidad amorosa de mi verdadera esencia manifestada con mi voluntad.
No hago nada, ésta es la sensación que tengo. Lo que me permite sentir quien soy es manteniéndome en el presente y sentir la procedencia de donde vengo y quién soy. Me siento acompañado en mi viaje del presente. Es como si estuviera quieto y los decorados fuesen pasando rápidamente hacia atrás. No soy yo quien avanza, sino la conexión con quien soy quien hace liberarme de todo aquello que pueda obstaculizar mi ascensión.
Hay una paz absoluta. Hay calma y armonía. Todo está en orden, como yo también lo estoy dentro de la inmensidad del firmamento. Estoy en el lugar adecuado sintiendo la conexión con él. Siento el amor profundo de la divina esencia en mí. Soy uno con todos y todos. Mi aprendizaje consiste en recordar quien soy en todo momento y sentir el amor a cada decorado que se me acerca y pasa de largo, porque todo pasa. Sólo quedo yo en el presente. Lo que queda es el amor sentido a cada presente y la sensación plena de Dios en ti. Lo que queda es la unión con el Todo. Esto queda… i más, pero esto lo debe de sentir y experimentar cada uno.
Sé presente y siente el universo en ti. Siente el vacío del espacio infinito dentro de ti y entonces las puertas de la sabiduría y la Voluntad Divina se manifestarán en tu verdadero ser.
Todo pasa menos tú, porque tú eres el universo. Tú eres Dios.

Que el Amor y la Paz sean en ti.

No hay comentarios: