jueves, 17 de junio de 2010

A vosotros, amados hermanos


A vosotros nos dirigimos, amados hermanos.
Que las energías de nuestro mensaje llegue a todos vosotros con el Amor y la Luz del Hogar del cual todos procedemos.

El planeta se está despojando de su piel. Como la serpiente la muda, así vosotros también os desprendéis de una vida y una manera de ser para dar paso a una nueva humanidad.
Nuestro mundo y el vuestro cada vez están más cerca. Vuestras vibraciones ahora son más parejas con las Nuestras. Vuestro mundo se desprende de la densidad en la cual ha estado abrazado durante siglos. Un nuevo andar está manifestándose en vuestro camino. Un nuevo ser está emergiendo de la ignorancia protagonizada hasta el momento. Nada será como lo que fue. Nada será como ahora. El despertar de un nuevo día, de un nuevo cielo está apareciendo en vuestra existencia.
Los que nos encontramos en esta dimensión estamos emocionados por los cambios que han de suceder en vuestro planeta y que ya han empezado a manifestarse. Una nueva conciencia aparece en el nuevo ser humano. Muchos de vosotros que habéis abierto vuestro corazón habéis recibido la buena nueva y estáis viviendo sus efectos en el presente. Este ser despierto no teme el ahora y es conciente de lo que avecina a vuestro planeta y la humanidad. Los corazones bostezan de su letargo y empiezan a ponderar en la vida de todos aquellos que os habéis abierto a las nuevas energías.
Un gran cambio está sucediendo en cada uno de vosotros. Algunos lo interpretan como la desaparición de la tranquilidad, mientras que otros como tu, una señal de la construcción de la Nueva Jerusalén.
El mundo que vivís transmutará su esencia, su manera de actuar desde la mente por la del corazón. Aunque haya focos de resistencia en la Tierra, al final se realizará la Voluntad Divina en vosotros. Os uniréis y estableceréis un nuevo orden mundial, una manera diferente de regir los países. Nuevos gobernantes regirán los altos cargos de las naciones. Estos nuevos seres, con su Luz y conexión con las altas esferas de la Luz, llegarán a todos los que se encuentren bajo su orden. Su bondad, tolerancia, amor y conciencia harán que vuestro mundo renazca de las cenizas en las cuales os encontraréis.
Una purificación de alto grado se está produciendo en estos momentos en las almas que habitáis vuestra dimensión. Esta transmutación es necesaria para poder vivir en paz y desde el amor en este nuevo mundo hacia el cual os dirigís.
No temáis. Sólo aquellos enraizados en el pasado verán como la tempestad del presente les azotará queriendo mantener su rigidez. Sed como el junco y el bambú, que siendo fuertes, flexibilizan su presencia ante las supuestas adversidades que parecen vivir. Manteneros firmes en vuestro interior. Escuchad vuestro corazón que él os dirá en todo momento qué debéis de hacer para no dejaros llevar por la incomprensión de la oscuridad.
Un mundo nuevo está emergiendo de las profundidades del ser humano. Un mundo donde la esencia de cada uno podrá manifestarse libre y plenamente en el nuevo espacio donde se ubicará.
No temed, amados hermanos. No temed por no conocer, algunos de vosotros el por qué de todo vuestro presente. Confiad. Confiad y tened fe que todo lo que está sucediendo y por suceder, tiene un fin divino. Todo lo procedente del Padre proviene de su mano amorosa. Cogedla y no temáis dejar de ser lo que habéis estado siendo hasta el presente. Dejaros ir porque las aguas de los nuevos tiempos os llevarán al gran lago de la hermandad blanca donde cada uno de vosotros podrá manifestar su divinidad. Dejad que todo sea. No temed porque nosotros estamos con vosotros. Llamadnos y abrir vuestros corazones para que nos podamos comunicar con vosotros. Quien os escribe estas palabras sabe de la importancia de ser Uno con nosotros, vuestros hermanos de la Luz, como él nos llama. No temáis. Confiad. Abrid vuestros corazones y dejad que el Padre guíe vuestras vidas y nosotros podamos llevar a término aquello que hemos venido a hacer con vosotros. Somos parte de vosotros, y como familia, queremos lo mejor para vosotros y vuestro mundo. Por esto hemos venido a vuestro planeta, y aún muchos más llegarán durante los próximos años, porque vuestra luz cada vez ilumina más el universo en el cual nos encontramos.
Un nuevo ser humano está naciendo y tú eres uno de ellos. Deja que la resurrección sea en ti. Nosotros estamos y estaremos a vuestro lado. Nada debéis de temer.
Para finalizar os queremos decir que la luz que desprenderás abrirá los corazones de quienes estén a tu lado y las puertas que hasta ahora estaban cerradas, empezarán a abrirse.
Eres uno de nosotros, amado hermano encarnado. Te ofreciste voluntario/a para materializar la Voluntad del Padre aquí en este planeta alejado del universo para que todo pueda seguir su curso, pero vuestro despertar ha llamado la atención de otras vidas del firmamento. Sois almas infinitas y perfectas, llenas de Luz y Amor.
La luz llama a la luz, por eso estamos aquí contigo.
No estás solo ni lo estarás. Nuestra unión es fuerte, ¿o quizás ya no te acuerdas de cuando estabas aquí con nosotros? Es la hora que la Familia se reúna.
Con todo nuestro Amor y servicio al Padre, Creador de toda Vida, que la conciencia sea en ti.


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