martes, 22 de diciembre de 2009

Prosperidad


Prosperidad no es acumular.
Prosperidad no es guardar y mantener.
Prosperidad es fluir y confiar que aquello que necesites lo tendrás.
Prosperidad es sentir la abundancia del universo en ti y sentirte realizado en tu vida.
Esto es prosperidad.
Deberíamos de diferenciar aspectos sobre la prosperidad: por un lado, la prosperidad material y por otro, la prosperidad espiritual. A veces, una no tiene nada que ver con la otra.
La visión del ser humano se basa en la materia y se interpreta desde ella. Debido al mundo de la forma que vivimos, lo que predomina por delante del sentido por el cual hemos venido a esta vida, es la posesión y los resultados físicos en nuestra existencia actual. “Ser próspero es tener”, pero no siempre es así.
Somos seres espirituales viviendo en la forma, y a veces ponemos por delante la forma antes que el fondo, que es la esencia de nuestra existencia.
¿Hay alguna otra manera de ser próspero o de interpretar la prosperidad a la vida de uno que no sea el ver que “todo” lo tiene? ¿Quién dice que uno, que aparentemente no tiene grandes pertenencias no sea rico? ¿Quién dice que uno que vive acomodadamente es más rico que otro? ¿En qué nos basamos para decir que uno vive en la riqueza o no.
La riqueza es un estado interior. No té que ver con la parte más visible de la materia. No a más posesiones, más rico es uno. La riqueza es una conciencia integrada en nuestras células. No es materia, es conciencia. Si la verdadera riqueza conlleva alegría y bienestar en el ser humano, ¿cómo es que no todos los considerados bien acomodados económicamente son felices? ¿Por qué a veces se sienten vacíos, teniéndolo todo aparentemente?
¿Quién es rico, aquel que disfruta de la vida i tiene “todo aquello” que necesita para disfrutar de su presencia en la vida actual, o aquel que está rodeado de los considerados bienes materiales y no se siente bien ante la vida?
La riqueza no depende de la cuantidad, sino de tu actitud ante la vida, de tu grado de evolución espiritual. La riqueza es un estado interior conforme todo lo que necesites o necesitarás sabes que lo conseguirás, y que, depende de cada uno, más tarde o más temprano se obtendrá.
Es bueno ser rico. Es bueno poder deleitarnos de todo aquello que nos rodea, pero uno debe de estar preparado para recibirlo y poder, realmente, disfrutar de la abundancia que el universo le tiene reservada. De nada sirve poseer y no sentirte cómodo con las bendiciones que la vida te da.
Uno disfruta verdaderamente, cuando está preparado para aceptar aquello que su voluntad expresa y es una con el flujo de su Plan Divino. Cuando estamos sintonizados con nuestra naturaleza interior y con el objetivo por el cual hemos nacido, entonces es cuando las fuerzas del universo se unen para abrirte las puertas de la más absoluta prosperidad ante la vida. No siempre el más rico es el que tiene. Rico es aquel que acepta y disfruta desde la serenidad y el amor aquello que le pertenece por naturaleza y se le ha concedido. Quizás mucho o poco, depende de cada uno. El mucho o poco puede ser riqueza para el ser humano benefactor. Hay personas que atraen prosperidad allá por donde van. He llegado a conocer personas de este tipo. Entran en un comercio y este se llena rápidamente de clientes. Colaboran en un centro, y éste, encontrándose bloqueado de actividad, de repente empieza a recibir clientes o pacientes aumentando constantemente. La fuente de prosperidad es este ser que tiene integrado la conciencia de abundancia en sus células, y a través de su presencia desbloquea la escasez.
A veces funciona para los demás, pero no para uno mismo, puede parecer. Puede dar esta sensación. Es verdad que a veces puede parecer que aquello que funciona para los demás no está siendo para nosotros.
Cada uno ha venido con una misión concreta en esta vida. No porque “no aparente tener”, no funcione. En personas de mucha Luz y avanzadas en su proceso espiritual, no siempre están rodeadas de grandes fortunas o posesiones. Cada uno ha venido para una tarea en concreto. A veces, las propiedades limitan, y estos seres necesitan plena libertad para ser ellos y ayudar a la humanidad. A pesar de todo, tienen siempre lo que necesitan, tarde o temprano reciben aquello que han expresado según su conciencia y Plan Divino. Con el tiempo, consiguen aquello que quieren. Con el tiempo atraen y manifiestan su voluntad en este planeta donde se encuentran.
Los grandes maestros espirituales del planeta saben de la importancia de conectar con nuestro interior y mantener la calma, la paz y sentir la serenidad y el amor de la creación. Saben que si siente esto, la vida les sonreirá y se sentirán agradecidos por todo lo que ésta les da. Las puertas del bienestar son y serán en ellos, y si esta es su voluntad, al final también disfrutarán de la abundancia física.
Ser rico no es tener, es sentirse rico. Disfrutar y amar no es materia, es espíritu. La realización y materialización de uno en esta dimensión depende de su grado de conciencia y voluntad. No todos son ricos de la misma manera.
Recuerda que la riqueza es un estado interior, no una visión almacenada de la materia en tu vida.
Prosperidad es la capacidad de materializar.
Rico no es aquel quien más tiene, sino aquel que se siente un afortunado en su vida. A menudo el tener o no tener no depende exclusivamente de tu.
Sé tú y agradece lo que la vida te da. Verás como tienes mucho más de lo que te piensas.
La riqueza es un sentimiento no una posesión.

Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.





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