miércoles, 2 de septiembre de 2009

Nuestra família espiritual


Seguramente, como la mayoría de les seres que habitamos este planeta, habréis tenido momentos de sentiros solos e incomprendidos. Probablemente habréis tenido la sensación que os faltaba algo o alguien de plena confianza o amistad con el cual poder mostrar vuestro interior, vuestros sentimientos y poder, a la vez, expresar vuestras emociones libremente sin ser criticados ni juzgados. Estos momentos son frutos de vuestra desconexión.
Vivís en una dimensión donde la forma prevalece ante el fondo. Lo visible se antepone a lo que nuestros ojos físicos no siempre ven. Creemos en lo que vemos y aquello que no percibimos con nuestros sentidos lo relegamos a un segundo término, no aceptándolo. Desconexión. En estos momentos os encontráis desconectados con vuestra verdadera naturaleza y vuestra verdadera casa, el lugar de donde procedéis.
Por el hecho de haber nacido tenemos unos padres, y quizás unos hermanos/as con que compartir un mismo techo, un mismo hábitat. Nacemos en una comunidad donde otros seres como nosotros comparten su espacio y su tiempo con los que nos encontramos cerca. La familia es un gran pilar para nuestro proceso de evolución. Ella nos siembra y nos planta las semillas para nuestro mañana. Crecemos y experimentamos una vida según nuestros implantes familiares, a la vez que sociales.
Hay veces que no coincidimos con nuestro entorno, no sintiéndonos identificados con él. No somos aceptados, comprendidos, o no estamos de acuerdo con lo que él nos transmite o impone. Muchas veces nuestra familia de sangre no es cercana a nosotros y nos sentimos diferentes preguntándonos el por que habré nacido en una familia como ésta. La respuesta se encuentra en el camino a seguir para la evolución de nuestra alma. Somos seres espirituales en un proceso de evolución continuo. Nuestra familia terrenal nos aporta los elementos para que podamos llegar a ser nosotros, aunque no siempre nos sintamos identificados con ella.
Tú, amado ser humano, perteneces, como ser espiritual que eres, a un mundo que no es de tu dimensión actual. Tenéis la creencia, algunos de vosotros, que vivís esta vida, morís, y al cabo de un tiempo volvéis a esta vida, que en el fondo es vuestra casa. Os alejáis un tiempo y volvéis (reencarnación). Es cierto que dejamos esta dimensión y volvemos, pero no con la idea que tenéis, sino que a la inversa. Vuestra verdadera casa no es ésta terrenal. Vivís en una dimensión superior a la que os limita. Sois seres de Luz y Amor libres. Vuestro estado natural es la manifestación plena de vuestra esencia espiritual. Vivís en la no-materia cuando os encontráis en vuestra verdadera casa. No tenéis limitaciones, ni dolor, ni penas, solo sentís amor y plenitud. Veis cual es el verdadero sentido de vuestra existencia y recordáis el por qué de ser. Estáis rodeados de seres como vosotros que os aceptan plenamente y os aman profundamente. Estos son vuestra verdadera familia. Ellos son vuestros hermanos/as. “Os sentís amados y como en casa”, ¿y sabéis por qué? ¡¡Porqué estáis en casa!! Cuando entráis en una materia, un cuerpo, se os olvida de cual es vuestra verdadera esencia y lo valoráis, entonces, todo por la forma. Es con los años que podéis recordar quienes sois y recuperar vuestra divinidad manifestándola en la dimensión donde os encontráis.
Nunca habéis estado solos. Siempre habéis tenido a la familia con vosotros, vuestra verdadera familia, aquellos seres que han estado y están a vuestro lado desde vuestro nacimiento. A medida que vayáis evolucionando podréis llegar a sentir sus presencias, e incluso a verlos. Vosotros sois Uno con ellos. Ellos son vuestra verdadera familia. La que conocéis como familia terrenal solo son los tutores que desde las altas esferas de la Luz os han puesto en vuestra vida para que os dieran durante un tiempo, todo aquello para que vuestra alma pueda llegar a evolucionar. Lo que une no es la sangre, sino el corazón. El amor es lo que os une.
Vosotros pertenecéis a una familia universal más allá de todo tiempo y espacio y nunca estáis solos. Cuando así os sintáis, abrid vuestro corazón y notaréis el amor que se os envía de vuestros seres más queridos del mundo de la Luz.
Sois un ángel aquí a la Tierra, y cuando un ángel se encuentra extraviado, vienen otros ángeles en su ayuda para enderezarlo y que recuerde el amor que es y el amor que está recibiendo constantemente desde Casa, su verdadera Morada.
Mi Amor es contigo hermano/a. Desde mi esencia divina te envío el amor que tú también eres y has olvidado. Tú eres un ser superior al que tus ojos ven. Tu corazón es grande y Uno con todos nosotros, tus hermanos del firmamento, Uno con Dios.
Que el Amor y la Paz sean en ti y tu conciencia te recuerde el verdadero ser que eres. Eres Luz y Amor, Uno con el Todo.
Así es y será.




No hay comentarios: