Una estrella se ha apagado

El hombre se sentó ante su mesa del despacho. Cogió una hoja en blanco y empezó a escribir:

Una estrella se ha apagado ante mí. Hacía tiempo que su luz iba menguando poco a poco. El cielo ya no contaba con ella.
Una estrella ha dejado de existir, pero de nuevas han aparecido a lo largo del firmamento. Por cada una que se apague, hay otras que aparecen. Parece como si la esencia de lo que desaparece alimentase a las bienvenidas.
A veces, cuando me encuentro sentado ante la mesa escribiendo en el silencio con unas notas de suaves melodías de fondo, me da la sensación como si me hablasen, como si todo el espacio en el cual me encuentro estuviera lleno de amigos que me hablan dulcemente, y con su ternura y amor, me transmiten el sentido de mi vida.
Estando en la mesa, veo el cielo iluminado por la vida sutil de la Creación. Me da la sensación como si alguien del más allá me velase y me mirase.
Cierro los ojos y los veo a mi entorno iluminando todo el despacho en el cual me encuentro. Con los ojos cerrados siento sus presencias. Los abro y continúo sintiéndolos allí conmigo. Sus vibraciones, presencias sutiles, me rodean y me transmiten su amor. Me siento como si fuera uno con ellos, como si se hubiera reunido la Familia Espiritual. Yo Soy uno de ellos en estos momentos, y puedo decir que estos instantes son la unión y almas de energías amigas a lo largo de la eternidad.

El hombre se deja llevar por su pluma en la mano izquierda, y como si fuera guiada escribe y escribe dirigida y dictada por los seres que le rodeaban:

El silencio es el espacio donde el ser humano puede conectar con su esencia y el mundo del cual procede Sentir la energía y el estado interior de cuando se encontraba en Casa le permitirá recordar su procedencia y quien es en verdad. Su majestuosidad y omnipotencia es entendida cuando deja que su interior se manifieste. El orden divino y el por qué de los acontecimientos de nuestros tiempos, son entendidos y aceptados cuando te adentras en la infinidad de tu interior. Sentimientos procedentes de nuestra identidad se manifiestan todos a la vez creando unos momentos donde el Dios que llevamos dentro recupera el papel que le corresponde. Entonces, tú, eres tú. Dios se manifiesta. Sólo armonía, paz, luz y amor, así como una visión clara de nuestro presente y de más allá del tiempo recuperan la sabiduría comprensiva de la Voluntad Divina. En estos instantes, tú eres parte de ella.

El hombre continuaba escribiendo sin parar ni pensar en las palabras, mientras una música sonaba de fondo, acompañando cada palabra impresa en aquellas hojas que había sacado y se encontraban ante él.
Todos los de aquella habitación eran Uno. Todos formaban un peldaño para entender el mensaje que el mundo necesitaba saber. Los seres de Luz hacían servir el canal de aquel hombre para poder despertar su conciencia y elevar sus energías, así él, en su día a día, iba transmitiendo la nueva vibración obtenida por ahí donde pasase. Aquel ser era como la pequeña piedra lanzada en un lago de aguas tranquilas, como la onda que nace al recibir la piedrecita con unas energías de más alta vibración. El proceso había empezado.
Un solo hombre es necesario para cambiar el mundo. La cadena continuará por sí sola. Una presencia influye a otra, y ésta a otra, y así sucesivamente hasta llegar al resto de la humanidad.
Aquel hombre se sentía afortunado y agradecido por poder estar en Casa aquí en la Tierra. Una de las cosas que aquel hombre escribió tenía que ver con el proceso de la evolución humana:

Cada uno de vosotros (refiriéndose al ser humano) lleva la semilla del universo en él. Es necesario que os desnudéis de vuestro pasado y os liberéis de todo aquello que os ha transmitido vuestro mundo hasta ahora, porque lo que fue ya no será y un mundo nuevo está naciendo. Necesitáis integrarlo en vosotros y dejar los hábitos habituales que os han hecho creer seres inferiores en relación a la verdadera naturaleza que sois. Debéis de empezar a ver las cosas, no por vuestros ojos físicos, sino a través de vuestras percepciones. La palabra tendrá cada vez, menos presencia en vuestras comunicaciones. Cuando más despertéis vuestras conciencias, menos necesidad tendréis de hablar, y más os comunicaréis a nivel mental. Recibiréis la información y os comunicaréis por percepciones, telepáticamente. Vuestras energías se comunicarán entre ellas y nosotros seremos parte de vosotros. Cada vez intervendremos más en vuestro proceso de Ascensión, y aquellos que se abran a nuestras presencias y se predispongan, nos “sentirán y verán”.

Aquel hombre sentía la paz inmensa de su divinidad. Escribía desde su plena conciencia. Cada vez recibía más información del mundo espiritual. Era Uno con ellos.
Finalmente, después de mucho rato, dejó de escribir dándose cuenta que aquel día había sido diferente, como cada día. Cuando más sentía su divinidad, más se daba cuenta de su capacidad de crear y vivir la vida que se había propuesto. Su sabiduría iba en aumento y la bondad y el amor que desprendía su expresión y todo él, atraía a la gente necesitada de Luz y sanación.
Nuestro hombre salió fuera de la casa a contemplar un rato las luces del firmamento. Una alfombra de puntos blancos cubría toda su cabeza hasta donde divisaban sus ojos con la cabeza elevada. Era una noche clara y fría. Había vida en aquel lugar y en aquel silencio elevado que contemplaba. Se sentía uno con aquel lugar. Entonces salió su pareja. La abrazó por la cintura y después de estar un rato abrazados, contemplando juntos aquel paisaje, entraron a dentro para sentir en la intimidad, la presencia de aquel ser que amaba.
La vida tiene un sentido no explicado en los libros, ni en la infancia, que te empuja a querer vivir y levantarte nuevamente, sabiendo de la existencia de un Plan Maestro Divino procedente de las más altas esferas del Universo.
Una estrella se apagó en la vida de aquel hombre, pero de nuevas aparecieron para indicarle el nuevo camino a seguir. Todo estaba en perfecto orden.
Solo desde el corazón y la “no-mente”, se llega a entender la existencia y la motivación de levantarse cada día, sintiéndose agradecido y afortunado por las bendiciones que la vida nos da.
Que podáis sentir el cielo en vuestro interior y ser abrazados por el amor de la creación.