miércoles, 18 de marzo de 2009

Aguas tranquilas


La verdadera naturaleza del ser humano sería la de un río de aguas plácidas, tranquilas, serenas, que guían una barca hacia su destino. Tú te encuentras dentro de esta embarcación dejándote llevar por el flujo amoroso de tu esencia. Tu alma reposa contemplando el maravilloso paisaje que va encontrando a cada instante.
Deléitate del proceso. Deja de negar, de temer, de querer controlar tu viaje. Deja que todo sea porque el abrazo de tu sabiduría interior sabe de estos momentos. Quizás tú no los entiendas, pero una fuerza superior vela por ti, llevándote a espacios donde puedas manifestar tu verdadero ser. No te cuestiones cada paso que des porque solo crearás más confusión en tu interior. Acepta esta serenidad de ser llevado aguas más allá para poder encontrar tu lugar en la inmensidad del universo. Ahora, todo y así, ya te encuentras en el lugar adecuado para dar un paso más hacia tu integridad.
Disfruta contemplando y aprendiendo de todo lo que ves desde la barca donde te encuentras. Siente cada momento como el único instante que existe en tu vida, y deja que la belleza de tu entorno refleje tu divinidad. Obsérvalo todo desde la armonía de tu corazón. Permite que tu alma repose en este viaje y acepte el Plan Divino que decidiste aceptar en esta dimensión en la cual te encuentras. Mantente sereno y firme. Agárrate a la barca y deja que ésta te lleve a hacia lo que se pactó con anterioridad, antes de convivir con el cuerpo que tienes en la actualidad.
Las aguas saben donde llevarte hacia tu mayor bien. Tu alma sabe del proceso y aunque a veces protestes o te quejes, ella se alegra por la transición por la cual estás pasando.
Una transformación se está produciendo en ti. Atrás quedan los vestigios de una vieja energía y una vida ya obsoleta. A medida que vas avanzando por el caudal del río, tu esencia va elevándose, acercándose más al Dios que hay en ti, al Dios que tú eres. Deja que se te lleve a la plenitud, aunque te gustaría más, quizás, “distraerte mucho más en el viaje”. No tengas miedo de dejarte llevar, porque lo que te está esperando es mucho más de lo que te hayas podido imaginar hasta ahora.
Los sueños de tu pasado se irán presentando ante tus ojos. Cógete a la barca y disfruta del viaje de tu vida, porque es único y no volverá a presentarse tal como lo conoces actualmente. Siente el silencio y la melodía de la Luz y el Amor rodeándote, desbordando sobre ti su presencia para aligerar un alma dolorida por los miedos de un pasado.
Si miras a tu entorno, probablemente verás a otras barcas con alguien dentro, que como tú, son llevadas, cada una de ellas, a su lugar más preciado para que puedan sentir la plenitud de su divinidad. Tú también te diriges a lo pactado inicialmente, aunque en estos momentos no te acuerdes.
No pienses, no te cuestiones, no protestes y deja que todo sea según el Plan Divino de vuestra Creación. Todo va bien. Confía y mantente firme escuchando la voz de tu corazón. Él te hablará de estos momentos y te tarareará la melodía más dulce y tierna sobre tu vida. Relájate y duérmete con los sonidos de quienes te aman desde el otro lado de velo y se encuentran cerca de ti, aunque tú, quizás, hayas negado sus presencias.
Eres un ser amado, ¡y no sabes de qué manera! Ves a tu interior y sácate la vestimenta de tu pasado para poder vestir según los nuevos tiempos. Relájate y déjate llevar por la ternura de la mano que mece tu ser.
Te diriges hacia tu mayor bien. Todo va bien. Déjate llevar.

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