domingo, 18 de enero de 2009

La razón de vivir,...


Llegar a preguntarte cual es la razón de vivir, de continuar viviendo, es el resultado de irte reprimiendo a lo largo de los años tus emociones y tu manera de ver y vivir la vida. Encontrarse en este punto del camino donde no se encuentra una motivación para seguir viviendo y levantarse de la cama para adentrarse en el nuevo día que se te presenta implica haber anulado tu naturaleza y alejarte de tu alma. Necesitas urgentemente volver a conectar con ella. Necesitas volver a ser tú, cuando eras pequeño/a y te reías con la vida.
¿Cuál es la verdadera razón para vivir? ¿Qué motivos puede llegar a tener uno para querer vivir y abrirse plenamente a la vida?
Me gustaría que recordases aquellos momentos de tu vida que te sentiste bien. En la vida de todos hay un momento donde han aparecido estos momentos, este oasis de alegría y esperanzas en nuestras vidas. Dedícate unos instantes para estar contigo mismo/a, y entre tus recuerdos, recupera aquellos momentos donde valía la pena vivir y te sentías bien. Recuerda como te sentías. Procura que los sentimientos y las imágenes sean el máximo posible de nítidas. Déjate llevar por ellas y por lo que sentías. Todos tenemos alguno de estos momentos, aunque sean remotos y se encuentren muy escondidos en nuestro corazón y nuestra memoria. Todos fuimos niños alguna vez.
Me gustaría, también, que pensases en aquellos momentos donde ayudaste a alguien, aunque fuera para indicar donde se encontraba una calle que alguien estaba buscando y no sabía donde era. En todos existen momentos como éste o similares. ¡Hay tantas personas que hemos ayudado de una manera u otra! Quizás en alguna ocasión hemos llegado a consolar a alguien, le hemos hecho compañía porque lo necesitaba, o bien le hemos abrazado por la pena o tristeza que sentía, o le hemos dejado un dinero porque lo necesitaba, o quizás hemos convidado a tomar una bebida o a comer a algún familiar o amistad que necesitaba de nosotros después de una llamada de teléfono o un encuentro “casual” por la calle. ¡Hay tantos momentos inconscientes que nosotros no valoramos o nos damos cuenta que son importantes para los demás…!
En nuestra vida, a veces pensamos que estamos solos, pero nada más lejos de la realidad. El ser humano puede pensar que la vida no tiene sentido y que no habéis hecho nada importante en vuestro caminar, pero hay tantas pequeñas cosas que habéis interactuado con los demás ayudándoles a continuar avanzando, que debido a vuestra distracción por la vida pensando en lo que no tenéis o no va bien en vosotros os ha hecho ignorar todo lo bueno que sí que hacéis. No hay dos días iguales. Nuestros sentimientos no son iguales y los detalles que nutren cada día, también. Nosotros somos diferentes cada día, no actuamos igual, y esto hace que el día sea diferente. Esta diferencia se basa en como nosotros vemos la vida según lo que hemos experimentado en los primeros años de nuestra infancia. De pequeños no nos han enseñado a conocernos, a ser nosotros, y esto hace que con el tiempo, interpretemos la vida parcialmente.
Cada acto que hacéis está influenciando a los demás, aunque os parezca que no sea así. Todos estamos unidos. Cada ser humano es parte de un rompecabezas para completar el Total. Tú eres importante porque lo que estás haciendo está repercutiendo a los demás. Imagínate que tú no hubieses existido. Tu presencia ha intervenido en muchas vidas, y en algunas las has ayudado con tus actos, palabras, gestos o actitud a aquellos que se encontraban cerca de ti. Tú eres parte de ellos, por lo tanto, sin ti, ellos, esta gente más cercana a ti, no hubiesen llegado a ser lo que son ahora.
¿Todavía continuas preguntándote si vale la pena vivir? Cada día es una oportunidad para ser tú mismo/a. Cada día es un regalo que la vida te da para sentir el Amor en ti. ¿Por qué no sientes tu validez, tu manera de ser? Tú puedes ser tú. La vida depende de ti. Tú tienes la última palabra para ser tú. Imagínate por un momento la vida que quieres llevar. Disfruta de lo que estás visualizando, imaginando en tu mente. Siente la paz en tu corazón, la calma, y sobre todo, el Amor. Siente la tranquilidad en ti. Respira, medita y ves al centro de tu interior donde tu corazón te hablará alto y claro sobre ti y lo que puedes hacer a partir de estos momentos para ser Tú. Cuando más lo seas, más sentido tendrá la vida y más desearás vivir, para dar todavía más, más sentido a tu existencia y a la de los demás.
Si te preguntasen cuál es la razón de vivir, la respuesta sería bien claro y firme:
LA RAZÓN DE VIVIR ERES TÚ MISMO/A.
ERES TÚ EL SENTIDO DE TU VIDA.

¿Y sabes por qué? Porque has hecho que cada uno de nosotros pueda seguir su camino. Todos te necesitamos para ser nosotros. ¿Qué no lo entiendes? No te preocupes, llegará un día donde todo lo verás claro. De momento, siente el amor en ti y deja que tus ilusiones y esperanzas se hagan realidad, escuchando a tu corazón y haciendo en todo momento aquello que te dicta.
Gracias por existir.

No hay comentarios: